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zafiro_star Novato
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Edad: 32 Registrado: 18 Ago 2009 Ultima Visita: 06 Ago 2014 Mensajes: 188 Ubicación: A donde el viento me lleve...
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Publicado: Sab Mar 06, 2010 12:38 am Asunto: La Guerra, el Regreso y el Brazalete |
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Disclaimer: Los personajes y todo lo que sea referente a los libros de C.S Lewis no son mios, ok?
Este es mi primer fanfic de Narnia, asi que espero sus opiniones, esto solo es el principio...se pondrá mejor y gracias a los que lo lean n.n
Edmund y Lucy regresan a Narnia para ayudar en una nueva guerra, ¿Peter y Susan se quedarán atrás? El mal se cierne nuevamente y nadie parece escucharlo… ¿Qué consecuencias traerá?
1.-El regreso
2.-Lo que se avecina
3.-El Brazalete
4.-¿Sueño o realidad?
5.- Guerra y Dolor
6.-De vuelta en casa
7.-Búsqueda
8.- Impotencia
9.- Aslan
10.- Reencuentro
11.- Locura
12.- Más problemas
13.- La verdad
14.- La primera nevada
15.- La magia del brazalete
16.- El escudo del león
17.- Si no tenemos fe, no tenemos nada
18.- El fin de la guerra
19.- Hasta el final de los días
El regreso
La lluvia caía incesantemente y no parecía aminorar ni un poco, tenía días lloviendo de esa manera y estaba tan adecuadamente al humor de todos los que habitaban en la casa del profesor que el lugar era realmente deprimente.
Edmund, miraba por la ventana perdido en sus pensamientos, viendo cómo las gotas de lluvia golpeaban insistentemente el cristal, hasta que notó que ya no estaba solo en su habitación.
---Edmund ---lo llamó Lucy.
--- ¿Qué pasa? ---preguntó sin despegar la vista de la ventana.
--- ¿Podría quedarme un rato aquí? ---preguntó Lucy tímidamente--- no me gusta estar sola.
--- ¿Dónde están Peter y Susan? ---dijo volteando a verla y pudo notar sus ojos hinchados.
---Están hablando con el profesor ---dijo Lucy alicaída ---tal vez sobre qué va ser de nosotros ahora.
--- Desearía estar en Narnia ---dijo Edmund en un suspiro resignado--- y nunca más regresar a este mundo.
---Regresar a Narnia no sería lo mismo sin Peter y Susan ---dijo Lucy tristemente--- y aún si vamos, no quisiera quedarme sabiendo que ellos están aquí, sólo nos tenemos a nosotros ---dijo derramando visibles lágrimas--- debemos estar juntos ---terminó rompiendo a llorar.
---Lucy…---dijo Edmund arrepentido de sus palabras y corriendo a abrazar a su hermanita--- lo siento, no pensé lo que decía.
--- ¿Por qué tuvieron que morir Ed? ---dijo entre sollozos.
--- A veces las cosas pasan por una razón, Lucy ---dijo Edmund intentando calmarla--- pero debes pensar que ellos están ahora en un lugar mejor.
--- Tan sólo quisiera haber tenido un último recuerdo de ellos con sus caras felices y no unas de tristeza por la guerra ---dijo escondiendo su cara en el pecho de su hermano.
--- Lo sé, pero no pienses en la última vez que los vimos, piensa en los momentos felices que tuvimos con ellos ---dijo Edmund acariciando su cabello--- como… cuando mamá te regaló ese perrito de peluche que tanto querías o…
--- Cuando papá se echó la culpa cuando rompiste el jarrón favorito de mamá ---le siguió Lucy con una tímida sonrisa.
---Exacto ---dijo Edmund sonriendo a su hermana--- o cuando nos llevaron al campo y nos quedamos toda la noche contemplando las estrellas mientras mamá nos contaba historias que Peter y Susan se sabían de memoria de tantas veces que los habían llevado antes que nosotros, y aún así le rogaban que se las contará de nuevo ---ambos rieron recordando aquellos momentos.
Peter y Susan entraron a la habitación con las caras muy serias, Ed y Lucy los miraron preocupados.
---El profesor nos dejó quedarnos ---dijo Peter a lo que Edmund y Lucy suspiraron aliviados---se encargará de nuestros estudios y podemos quedarnos el tiempo que queramos…---desvió su mirada un segundo y respiró hondo antes de continuar--- y hay algo más ---ambos los miraron extrañados a la espera de que continuara--- han traído el cuerpo de papá, lo enterraremos mañana ---dijo con voz monótona--- Edmund y Lucy no sabían qué decir, la tristeza los volvió a invadir de nuevo y Lucy no pudo evitar reprimir un sollozo. Peter y Susan se acercaron a sus hermanos y los cuatro se quedaron unidos en un largo abrazo mientras demostraban su dolor a su manera.
La mañana siguiente en el entierro, fue como aumentar más su dolor después de haber enterrado a su madre anteriormente y saber que se habían quedado huérfanos, sólo teniéndose entre ellos cuatro.
El día transcurrió como si fuera el mismo día en que la noticia de que su padre había muerto en la guerra y que Finchley había sido bombardeada y su madre también había muerto. El silencio era sepulcral que solo se rompía por los sollozos de Susan y Lucy, la lluvia seguía cayendo aun más fuerte que el día anterior y no podían hacer otra cosa más que lamentarse ahí, encerrados en la habitación del ropero donde solían usarlo para platicar, normalmente de Narnia.
Nadie decía nada y la verdad no había nada que decir, el profesor los había llamado varias veces para cenar pero en ningún momento salieron de ahí y él no insistió más, entendiendo su dolor. Pasaron ahí la noche durmiendo todos juntos reconfortándose entre ellos, hasta que la mañana llegó y se prepararon para ir a desayunar ya que sus estómagos resentían la falta de comida.
Bajaron y vieron al viejo profesor sentado a la mesa y los invitó amablemente a desayunar con él.
--- Se que no es un buen momento ---habló el profesor mientras desayunaban--- pero quería pedirles un favor.
--- ¿Qué clase de favor? ---preguntó Susan.
--- ¿Podrían ir a la oficina de correos? ---les preguntó--- necesito enviar un paquete, le diría a la señora Macready pero salió y no volverá hasta en la noche y si pudieran hacerme ese favor, se los agradecería mucho ---finalizó con una sonrisa.
--- No se preocupe yo lo llevaré ---se ofreció Peter.
--- Creo, que les haría bien tomar un poco de aire y salir a caminar un rato ---dijo el profesor sin perder la sonrisa--- estar aquí encerrados todo el tiempo no les hará bien.
Los Pevensie sabían que el profesor sólo quería que olvidaran un poco los últimos días así que no objetaron nada. Terminaron su desayuno, se abrigaron bien, tomaron dos paraguas, el pequeño paquete lo tomó Lucy y salieron hacia el lluvioso camino a la oficina de correos.
Al principio parecía una agradable caminata bajo la lluvia, pero después de un tiempo ya no parecía tan agradable. Peter y Susan iban delante por el camino lodoso mientras que Edmund y Lucy los seguían de cerca, el camino tenía laderas por ambos lados, un camino nada agradable para ir bajo la intensa lluvia.
---Creo que mejor hubieras ido sólo tú, Peter ---se quejó Edmund después de media hora de camino.
---Ya no falta mucho ---dijo Peter sin voltear a verlo.
---Si claro, sólo falta un kilometro ---dijo Ed sarcástico.
---No te quejes Ed ---le regaño Peter--- el profesor nos pidió este favor porque quería que nos despejáramos un poco.
--- Lo sé ---murmuró Edmund quedando todo de nuevo en silencio. Sin que nadie lo viese venir el silencio se rompió al pasar un carro por su lado y salpicando de barro por todos lados inclusive a Susan y Edmund que se encontraban del lado del camino, las risas de Peter y Lucy no se hicieron esperar y las quejas de Susan y Edmund las incrementaban haciendo que al final terminaran riendo también.
--- Ah, ¿Te parece divertido? ---preguntó Susan entre risas a Peter --- ¿Qué te parece esto? ---dijo mientras le arrojaba el barro en la cara y los demás reían. Y así comenzó una pequeña guerra de barro donde nadie quedó limpio y los paraguas quedaron de lado; por primera vez en muchos tiempo no pensaban en los malos días pasados y se divertían como lo hacían antes de la guerra.
La pequeña pelea se dio por terminada cuando Lucy intentó esquivar el barro que le lanzaba Peter, cuando resbaló por la ladera.
--- ¡Cuidado! ---gritó Edmund mientras tomaba la mano de Lucy para evitar que cayera pero él también resbaló y ambos rodaron por ella y en un parpadeo se desvanecieron.
--- ¡Edmund! ¡Lucy! ---las voces de sus hermanos gritando sus nombres fue lo último que escucharon antes de caer de golpe en la tierra.
¿Qué les pareció?
Última edición por zafiro_star el Jue Feb 17, 2011 2:30 am, editado 16 veces |
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divinafer Novato
Reputacion: 0
Edad: 28 Registrado: 11 Sep 2009 Ultima Visita: 18 Jun 2012 Mensajes: 381 Ubicación: el lugar mas hermoso del mundo
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Publicado: Mar Mar 23, 2010 5:14 pm Asunto: |
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wow que lindo me gusta mucho!
continuala pliss...
igual apoyame ami en mi FanFic La Copa de la Vida
beossss |
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zafiro_star Novato
Reputacion: 0
Edad: 32 Registrado: 18 Ago 2009 Ultima Visita: 06 Ago 2014 Mensajes: 188 Ubicación: A donde el viento me lleve...
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Publicado: Jue Mar 25, 2010 12:38 am Asunto: 2do capítulo: Lo que se avecina |
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Gracias divinafer por comentar n.n
me alegra que te haya gustado
aquí dejo el segundo cap.
2.-Lo que se avecina
---Lucy, aunque no lo creas… pesas ---dijo la voz ahogada de Edmund por la falta de aire a causa de que Lucy callera encima de él, esta se levantó enseguida disculpándose.
Lo primero que notaron fue que la lluvia ya no caía y el sol brillaba sobre sus cabezas, estaban rodeados por enormes árboles de tonalidades rojizas, seguramente ahí era otoño, se miraron y ambos sonrieron al mismo tiempo, ¡estaban de vuelta en Narnia!
Por un momento sus caras mostraron una felicidad que hacía mucho no sentían, pero así como apareció se fue al recordar que sólo estaban ellos dos. Miraron una vez más a su alrededor con la esperanza de verlos salir de entre los árboles pero no había nadie más.
--- Será mejor movernos ---dijo Edmund, sin mencionar nada sobre la ausencia de sus hermanos--- no podemos quedarnos aquí parados para siempre.
Lucy simplemente lo siguió pero se detuvo en cuanto vio algo que la hizo saber en donde se encontraban exactamente.
--- ¡Mira! ---exclamó--- es el farol, estamos en los Bosques del Oeste.
---No puedo creer que aún se mantenga en pie ---dijo Edmund sorprendido--- ¿Cuántos años habrán pasado ya?
--- Espero que no muchos---Lucy sentía que sería horrible saber que de nuevo ninguno de sus amigos estaría ahí, ¿seguiría Caspian aún con vida? ¿Qué habría pasado con Narnia para que los llamaran de nuevo?
Unos ruidos la hicieron regresar a la realidad y junto con Edmund se puso alerta, ambos corrieron a esconderse tras un arbusto para no ser descubiertos por aquellos desconocidos que podrían ser enemigos. Y no estaban equivocados, cinco soldados de Calormen salieron de entre los árboles, al parecer buscaban algo mientras miraban por todas partes. Edmund y Lucy permanecieron muy quietos rogando por que se fueran pues no tenían nada con que defenderse si llegaban a atacarlos.
--- Estoy seguro que escuché algo ---dijo uno de los soldados---deben estar por aquí.
--- No debieron ir muy lejos ---dijo otro--- tal vez se fueron por aquel camino ---señalando hacia donde Edmund y Lucy se encontraban, ella del susto se movió un poco quebrando una rama y alertando a los soldados quienes dirigieron sus arcos hacia el arbusto.
Edmund se llevó un dedo a la boca en señal de que no hiciera ruido y se movió hacia ella cubriéndola con su cuerpo dándole la espalda a los soldados, si no hacían más ruido tal vez pensaran que se tratara sólo de un animal.
--- ¿Quién está ahí? ---preguntó uno--- será mejor que salgas o disparamos--- pero no recibieron respuesta alguna.
--- Dispara ---dijo la voz de otro, el sonido de un pájaro aleteando fuertemente se escuchó mientras el arquero disparó hacia el arbusto mientras lanzaba una maldición al pájaro que había hecho desviar un poco su flecha al volar cerca de él, de no haber sido así la flecha le hubiera dado a Edmund en el corazón, pero aún así logró atravesar su hombro. Intentó no hacer ruido por el dolor y Lucy se tapó la boca para no gritar al ver a su hermano herido por protegerla.
--- Tal vez sólo fue un animal.
--- No lo creo ---dijo el que parecía ser el líder mientras miraba el arbusto desconfiadamente--- hubiera salido corriendo y no te creo con tan buena puntería para matarle ---se acercaron más hacia ellos. Los descubrirían si no hacían algo pronto.
--- Quédate aquí ---le susurró Edmund a Lucy mientras el gritaba--- ¡Está bien, no disparen! ¡Saldré!
--- ¿Qué estás haciendo? ---le susurró Lucy mirándolo asustada.
--- Cuando veas una oportunidad escapa ---le murmuró--- intentaré distraerlos.
--- ¿Estás loco? ---dijo Lucy, pero Edmund ya se había levantado y caminaba hacia los soldados con una mano en su hombro que sangraba.
--- Sólo es un muchacho---dijo el líder con burla y desprecio--- no parece que sea del ejército de Caspian--- a la sola mención de Caspian hizo a Edmund y Lucy sentir un alivio por dentro; que aún estuviera vivo significaba que no habían pasado demasiados años.
--- ¿Qué haremos con él? ---preguntó un calormen devolviéndolos a la realidad y al apuro que se encontraban.
--- No creo que le podamos sacar algo de dinero ---dijo el líder--- así que será mejor matarlo rápido y seguir buscando al Rey.
Uno de ellos sacó su espada y se dirigió a Edmund --- ¡No!--- el grito de Lucy se unió a los ruidos de cascos acercándose rápidamente y tras los árboles salieron tres caballos con sus jinetes y cinco centauros que acabaron con los soldados antes de que pudieran reaccionar.
Lucy corrió junto a su hermano mientras los jinetes desmontaban y junto a los centauros se acercaban a ellos. De inmediato reconocieron al joven que caminaba por delante de los demás y les sonreía abiertamente.
--- ¡Caspian! ---ambos exclamaron llenos de alegría al verlo casi igual que la última vez que habían visitado Narnia. Lucy lo abrazó contenta y Edmund iba a estrechar su mano cuando el dolor de su hombro surgió de nuevo.
--- ¡Estás herido! ---dijo Caspian preocupado--- hay que curarte pronto pero debemos movernos, es probable que haya mas calormenos por aquí.
Uno de los centauros se ofreció llevar a Lucy mientras Caspian ayudó a Edmund a montar su propio caballo mientras que él también se subía.
Cabalgaron un par de minutos hasta que consideraron que estaban lo suficientemente lejos del farol.
Mientras uno de los soldados curaba a Edmund, Caspian les hacía un interrogatorio.
--- ¿Cuánto hace que llegaron? ¿Qué les pasó a sus ropas? Parece que se hubieran revolcado en el suelo (y no estaba tan perdido en eso) --- y la última y la más dolorosa para todos. --- ¿Ellos no volvieron verdad?--- preguntó tristemente.
Edmund y Lucy negaron también con caras tristes. Peter y Susan no volverían a Narnia. Sabían que a quien más Caspian extrañaba era Susan pero ninguno dijo nada al respecto, sin embargo le contaron todo lo que les había ocurrido desde que habían vuelto a su mundo empezando por la muerte de sus padres hasta su llegada ahí y su encuentro con los Calormenos.
--- ¿Qué ha pasado Caspian? ---preguntó Lucy preocupada.
--- ¿Por qué los calormenes están en Narnia? ---secundó Edmund.
Caspian dio un largo suspiro y comenzó a relatarles lo sucedido.
--- Después de que se marcharan hace poco más de un año las cosas parecían ir avanzando muy bien, el reino de Archenland había aceptado sin ningún problema mi reinado, pero al momento de tratar con los Calormenos empezaron los problemas. Ellos aprovechando mi juventud pensaron que sería la oportunidad perfecta para expandir sus territorios y apoderarse de Narnia. Desde entonces se han estado infiltrando en Narnia y atacando a pequeños pueblos de las fronteras.
--- ¿No han declarado abiertamente la guerra? ---preguntó Edmund sorprendido.
--- Por supuesto que no ---dijo Caspian frustrado--- el Tisroc se desentiende por completo del asunto insinuando que son desertores de su pueblo y que actúan sin su consentimiento, pero estoy muy seguro que no es así. Quiere acabar con nuestras defensas poco a poco para que cuando estemos indefensos atacarnos con todo su ejército y así derrocarme.
--- ¡Qué horrible! ---dijo Lucy--- ¿Cómo pueden ser tan viles?, no han cambiado nada.
--- ¿Qué piensas hacer Caspian? ---preguntó Edmund muy serio--- Si les declaras la guerra ellos se respaldarán en que tú la iniciaste y estarán en todas sus anchas de invadirnos.
--- Es por eso que estoy aquí ---respondió Caspian--- he mandado un pequeño grupo de guerreros para que vigilen las fronteras de Narnia y así evitar que más calormenos entren en nuestras tierras, aún así es difícil vigilar tan extenso territorio con tan pocos soldados ya que si dejo desprotegido Cair Paravel no pensarán dos veces en atacarlo.
--- ¡¿Cair Paravel?! ---dijeron Ed y Lu al unísono al oír el nombre de su antiguo castillo que la última vez que lo vieron yacía en ruinas.
--- Cierto, no lo saben ---recordó Caspian--- después de que se fueron, Aslan reconstruyó Cair Paravel para que pudiera reinar desde él. Ahí es a donde nos dirigiremos.
Los Pevensie no cabían en sí de tanta felicidad al saber que volverían a ver los muros de Cair Paravel y podrían recordar los momentos más felices de sus vidas durante su reinado.
---Y ahora continuando con lo que les decía ---siguió Caspian--- son tan pocos soldados los que me he permitido mandar, por lo que también he decidido ayudar con la vigilancia.
--- Pero Caspian ---le interrumpió Lucy nuevamente--- ¿no crees que sería demasiado riesgoso? Recuerda que eres el Rey y si mueres Narnia estará perdida.
--- Lo sé muy bien mi querida Lucy, pero no puedo permitir que más narnianos mueran por culpa de los calormenos.
--- Debemos encontrar otra forma de proteger a Narnia--- dijo Edmund--- los calormenos saben que estas por aquí. Cuando nos encontramos con ellos te buscaban para asesinarte.
--- Majestad ---habló uno de los centauros--- si es verdad lo que dicen debemos regresar a Cair Paravel cuanto antes.
Caspian lo pensó un momento, cavilando en las ventajas y desventajas que tendrían al permanecer más tiempo ahí.
--- Tienen toda la razón ---aceptó finalmente Caspian--- regresemos.
Al montarse en sus caballos una avecilla roja llegó volando alterada.
--- ¡Majestad! ¡Majestad! ---dijo deteniéndose en un árbol.
--- ¿Qué es lo que sucede petirrojo? ---preguntó Caspian preocupado.
--- ¡Calormenos! Muy cerca, muy cerca ---gritó el petirrojo--- vienen directo hacia acá.
--- Hay que movernos y regresar a Cair Paravel lo más pronto posible ---dijo uno de los centauros.
--- Gracias de nuevo por la información petirrojo ---dijo Caspian--- sin tu ayuda no hubiéramos podido salvar al rey Edmund y a la reina Lucy y ahora nos previenes del peligro. Eres un verdadero fiel amigo de Narnia.
--- ¿Eras quien desvió la flecha del soldado Calormen? ---preguntó Lucy.
--- Así es, majestad--- respondió el petirrojo--- y después avisé al rey Caspian.
--- Te estoy muy agradecido petirrojo ---le dijo Edmund--- no sé qué hubiera pasado si no intervenías.
--- Debemos irnos ---avisó uno de los soldados de Caspian--- los calormenos deben estar acerándose.
Todos salieron galopando de prisa sin detenerse hasta que los caballos no pudieron más. Aún les faltaba un buen tramo por recorrer pero por lo pronto se consideraban a salvo.
--- Aún nos falta la mitad del camino ---dijo Caspian--- si seguimos con buen paso llegaremos para el anochecer.
--- ¿Crees que nos podamos encontrar con más Calormenos? ---preguntó Lucy preocupada.
--- No lo creo ---dijo Caspian--- Y si así fuera, sería un grave problema ya que eso significaría que los Calormenos han avanzado más de lo esperado y pronto podrían atacarnos con su ejército.
--- ¿Has pensado en lanzarle un ultimátum a el Tisroc? ---cuestionó Edmund.
--- Lo he intentado pero insiste en que él no tiene ninguna responsabilidad.
--- Me temo que lo único que se puede hacer a estas alturas es declararles la guerra ---concluyó Edmund--- si no lo hacemos las consecuencias serán peores para Narnia.
--- Si les declaramos la guerra el Tisroc no dudaría ni un segundo en invadirnos ---dijo Caspian preocupado por lo qué se les avecinaba.
--- Debemos dar el primer golpe ---dijo el líder de los centauros--- antes de que ellos lo hagan y nos dejen con nuestras defensas bajas. Hay que reunir a nuestro ejército y atacar cuanto antes, los Calormenos avanzan cada vez más, muy pronto no seremos capaces de detenerlos y será nuestro fin.
--- Es lo último que hubiera querido pero ahora es lo único que podemos hacer por salvar a Narnia--- dijo Caspian decidido.
--- Otra guerra más…----murmuró Lucy tristemente, aún así Edmund pudo oírla.
--- No te preocupes Lucy, ya verás como pronto terminará todo, estaremos bien ---dijo intentando animarla aunque él mismo no se sentía seguro en ese momento y el pensar en otra guerra le hacía recordar en las pasadas y todas las vidas que se perdieron en ellas. Estaba preocupado en como terminaría todo eso y deseaba fuertemente que Peter estuviera ahí y le dijera qué hacer o que todo saldría bien para animarlo así como él intentaba hacer en ese mismo momento con Lucy aunque sin muchos resultados.
¿Les gustó? Si la respuesta es sí, deja un comentario y si no, también.
Recuerden que si no hay comentarios no puedo subir el siguiente capítulo T.T |
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Edward Scarlett Novato
Reputacion: 0
Edad: 34 Registrado: 25 Mar 2010 Ultima Visita: 03 Mar 2011 Mensajes: 4
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divinafer Novato
Reputacion: 0
Edad: 28 Registrado: 11 Sep 2009 Ultima Visita: 18 Jun 2012 Mensajes: 381 Ubicación: el lugar mas hermoso del mundo
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Publicado: Jue Mar 25, 2010 6:09 pm Asunto: |
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siii esta muy bien!!!
no tienes que cambiarle nadaa
gracias por pasar a mi fic..
porfaa publica el siguiente capituloo |
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zafiro_star Novato
Reputacion: 0
Edad: 32 Registrado: 18 Ago 2009 Ultima Visita: 06 Ago 2014 Mensajes: 188 Ubicación: A donde el viento me lleve...
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Publicado: Lun Mar 29, 2010 12:43 am Asunto: 3er capítulo: El Brazalete |
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Gracias por seguir leyendo n.n
espero que les guste
3.-El Brazalete
Tal como lo había predicho Caspian, llegaron a Cair Paravel al anochecer, afortunadamente sin ningún contratiempo. A pesar de la oscuridad podían apreciar los grandes muros del castillo que los recibían imponentes junto con sus grandes torres, podían escuchar el murmullo del mar y las olas chocando contra las rocas y percibían el olor agradable del océano, Cair Paravel ya no era más una isla, había vuelto a unirse a tierra, seguramente por la magia de Aslan; todo estaba tal como lo recordaban, se sentían felices de estar ahí pero lo hubieran estado aún más si sus hermanos estuvieran ahí con ellos.
Los extrañaban aún cuando hacía poco que los habían visto por última vez, se preguntaban qué estarían haciendo y si se sentirían tan desdichados como ellos por no poder estar en Narnia y estar juntos, como se habían prometido cuando sus padres murieron.
Una vez dentro del castillo, todos los recibieron cálidamente y llenos de felicidad al ver a los antiguos reyes de Narnia, al menos dos de ellos.
Trumpkin llegó corriendo lo más rápido que sus cortos pies le permitían, Lucy al verlo corrió a abrazarlo feliz de volver a verlo.
--- ¡Te he extrañado Q.A.! ---gritó Lucy emocionada.
--- Y yo a ti pequeña ---dijo Trumpikn en voz baja para que sólo ella pudiera escucharlo ya que no era de los que mostraban sus emociones a todo el mundo.
--- Es un placer verlos de vuelta en Narnia, majestades ---dijo una voz bajo ellos y al mirar encontraron al ratón Reepichip saludando con una inclinación de cabeza.
--- Creo lo mejor sería que subieran a quitarse esas ropas y ponerse unas más adecuadas ---sugirió Caspian mirándolos disimuladamente.
Edmund y Lucy se fijaron por primera vez en su aspecto y se sorprendieron al encontrarse completamente bañados de lodo seco; al recordar el motivo una pequeña risa los inundó.
--- Creo que en verdad necesitamos un baño ---dijo Edmund con una sonrisa.
Caspian los condujo a sus habitaciones que para su sorpresa eran las mismas que una vez ocuparon cuando vivían ahí, con sus nombres grabados en plata y adornados con flores y hojas.
---Estoy seguro que las encontrarán tal y como estaban ---les mencionó Caspian al momento de abrir la puerta de la habitación de Lucy, y ésta emocionada, entraba a recorrer hasta el último rincón de ella.
A Edmund también le alegró ver todo tal y como lo había dejado, caminó hasta su cama y vio en la mesita de noche el libro que estuvo leyendo antes de regresar, abierto en la misma página, y su juego de ajedrez ya empezado, en el que había estado jugando con Peter. Habían acordado terminarlo al regresar de la búsqueda del ciervo blanco ya que Peter estaba a una jugada de perder y Edmund, como buen hermano, prefirió aplazar un poco su derrota para no hacerlo sentir tan mal. Este recuerdo lo hizo sonreír, pero así como apareció se fue al pensar en que su juego nunca podría ser terminado.
--- Cuando estén listos los estaré esperando para cenar ---dijo Caspian antes de marcharse.
Edmund hizo un esfuerzo sobre humano para apartar la vista del tablero y empezar a prepararse para la cena.
Al poco tiempo alguien llamó a su puerta con pequeños golpes y después se abrió dejando ver a Lucy, vestida con un hermoso vestido rojo.
--- Edmund--- lo llamó.
Él volteó a verla, y pudo ver en sus ojos que sabía exactamente lo que él había estado pensando antes de que llegara, ella se sentó en la cama a un lado de él.
Lucy, al ser la menor se sentía segura al tener a Edmund a su lado porque sabía que él cuidaría de ella como hermano mayor que era, pero para Edmund era más difícil al verse como el hermano mayor y no tener a nadie que tomara el control de las cosas, aunque no lo admitiera, Lucy sabía que los necesitaba, ambos los necesitaban.
---Probablemente cuando volvamos ni se darán cuenta que nos fuimos ---dijo Lucy tratando de hacerlo sentir mejor.
--- ¿Sería bueno decirles que volvimos a Narnia?--- Se imaginaba la cara que pondrían sus hermanos, llenas de tristeza, resignación y anhelo al saber que su hermanos pequeños tuvieron nuevamente la oportunidad de regresar a ese lugar tan querido que ellos jamás podrán volver a ver.
--- Creo que no es momento para pensar en eso Edmund, debemos salvar a Narnia de los calormenos. Aslan nos ha traído para eso.
--- Quisiera que Aslan estuviera aquí.
--- Él vendrá cuando lo crea necesario ---dijo Lucy segura de sus palabras--- pero es seguro que lo hará. Ya lo verás.
--- Te creo Lucy, se que así será.
La puerta volvió a sonar y por ella se asomó Caspian.
--- Es hora ---les dijo intentando ocultar una sonrisa--- les hemos preparado una cena de bienvenida. Espero que les guste.
--- No tenías por que hacerlo Caspian ---dijo Lucy apenada---con una simple cena era suficiente.
---Su llegada merece más que una simple cena ---dijo feliz--- vamos, sólo será por esta vez.
Ed y Lucy siguieron a Caspian hasta el comedor; a pesar que se sabían el camino de memoria, ya que lo habían recorrido miles de veces en su época Dorada.
Al entrar al comedor, Edmund y Lucy dieron un respingo ante los gritos de júbilo de los narnianos que se encontraban ahí para celebrar su regreso. Miles de caras sonrientes y aplaudiendo a los antiguos reyes, era algo que no se habían esperado ver y los hizo sentirse verdaderamente en casa.
Comieron y bebieron hasta quedar saciados, hacia días que no comían como debían debido a la falta de ánimo, pero en Narnia se sentían tan felices que esos sentimientos se olvidaban por momentos. La cena concluyó dejando a muchos exhaustos que sólo podían pensar en la cómoda cama que los esperaba.
Lucy se preparaba para dormir cuando se percató de un pequeño paquete sobre su mesa de noche, era el paquete que el profesor les había pedido que llevaran, se acercó un poco para examinarlo y pudo ver que estaba rasgado y la dirección se había borrado, Lucy pensó que tal vez había sido durante la guerra de lodo que debió mojarse y romperse ¿Qué le diría al profesor sobre el paquete? Tendría que asegurarse de que sea lo que contenía el paquete estuviera intacto o no tendría con qué cara verlo de nuevo.
Quitó el poco papel que envolvía al paquete aún y descubrió una pequeña cajita plateada, quitó la tapa y lo primero que vio fue un pequeño papel doblado muchas veces, de tal forma que cupiera en esa estrecha cajita. Lucy pensó que tal vez dentro del papel tuviera alguna dirección o por lo menos saber a quién era dirigida, pero se detuvo antes de abrirla ¿Sería prudente leer una carta que no le correspondía? No quería entrometerse en los asuntos del profesor. Tal vez debería preguntarle a Edmund su opinión, después de todo cuando fueron reyes y reinas, él era el rey con más juicio de los cuatro. Cerró de nuevo la tapa de la caja y la llevó a la habitación de Edmund.
Tuvo que zarandearlo un poco para despertarlo y ya una vez despierto, aunque algo adormilado, le mostró la cajita.
--- ¿Crees que deberíamos leerlo? ---preguntó Lucy.
--- No lo sé ---dijo Edmund dudoso---no está bien espiar las cosas de los demás.
--- Sólo le echaríamos un breve vistazo para ver si tiene algún nombre.
--- La dirección se borró Lucy, aún si hubiera un nombre no podríamos enviárselo---dijo Edmund muy acertadamente.
--- Tienes razón ---dijo Lucy apenada--- tendremos que decirle al profesor lo que ocurrió, el comprenderá.
Cuando Lucy estaba a punto de regresar a su habitación para dormir, las ventanas se abrieron de golpe dejando entrar una fuerte ráfaga de aire extrañamente cálido y haciendo volar el papel del profesor hacia el otro lado de la habitación. Edmund se apresuró a cerrar la ventana de nuevo y Lucy fue por la carta que se había desdoblado un poco. Y sin intención alguna, Lucy leyó las primeras palabras escritas en la hoja, dejándola completamente sorprendida. Aquellas palabras decían: “Lucy Pevensie”. ¿La carta iba dirigida a ella? ¿Pero, cómo era posible? El profesor les había pedido que enviaran ese paquete, no podía haber sabido que ellos llegarían a Narnia y leerían la carta ¿O sí?
--- Edmund tienes que ver esto---dijo asustada.
Él se acercó preocupado por la expresión de su hermana y después de leer lo mismo que Lucy su cara cambió a una igual a la de ella. Ambos se miraron confundidos pasando por su mente las mismas preguntas aun así decidiendo seguir leyendo.
Lucy Pevensie
Éste es un brazalete muy valioso hecho por mi tío, es un recuerdo muy especial. Espero que les sea de ayuda a ti y a tus hermanos.
Cuídense mucho.
Profesor Kirke.
---Es imposible ---dijo Edmund verdaderamente sorprendido--- ¿Cómo es que…? Pero… --- era incapaz de decir nada ante tal carta. Ninguno de los dos hermanos sabía cómo reaccionar. No llegaban a comprenderlo.
Lucy caminó hacia la mesita de noche donde había dejado la caja y notó un pequeño brillo plateado, iluminado por la luz de la luna que entraba por la ventana. Sacó el brazalete que contenía y lo observó deslumbrada, era hermoso, plateado y brillante como si tuviera luz propia y alrededor del brazalete colgaban diversos dijes, entre ellos: una pequeña estrella, una espada y un escudo, una llave, unos cascabeles y por último un león parado sobre sus patas traseras.
---Es hermoso---dijo sosteniéndolo en su mano.
---Me cuesta creer que el profesor haya sabido que vendríamos.
---Es extraño verdad, pero hay algo que el profesor no supo ---dijo Lucy mirando tristemente el brazalete.
--- ¿Qué cosa?
---Que sólo nosotros dos volveríamos ---Lucy miró a su hermano y vio como su mirada se ensombrecía--- la carta decía: Espero que les sea de ayuda a ti y a tus hermanos. Pero ellos no volverán.
---Es cierto---dijo Edmund sentándose en su cama con la vista fija en la ventana--- pero ellos no querrán que nos pasemos nuestra estancia aquí deprimidos ---miró a Lucy y sonrió--- debemos llevarles historias para que no olviden.
---Tienes razón ---dijo devolviéndole la sonrisa--- Usaré el brazalete, después de todo el profesor me lo dio.
---Ahora será mejor que te vayas a dormir. Después del día que tuvimos creo que nos merecemos un descanso.
Puso una mano sobre la cabeza de Lucy despeinándola un poco y ella se fue a su habitación.
---Buenas noches, Edmund.
---Buenas noches, Lucy.
Nos vemos en en el próximo capítulo |
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divinafer Novato
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Edad: 28 Registrado: 11 Sep 2009 Ultima Visita: 18 Jun 2012 Mensajes: 381 Ubicación: el lugar mas hermoso del mundo
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Publicado: Lun Mar 29, 2010 5:05 pm Asunto: |
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Wow que lindo! que significa el brazalete? se lo dio su tio el mago?
sigueleee......... |
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zafiro_star Novato
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Edad: 32 Registrado: 18 Ago 2009 Ultima Visita: 06 Ago 2014 Mensajes: 188 Ubicación: A donde el viento me lleve...
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Publicado: Sab Abr 03, 2010 7:33 pm Asunto: 4to capítulo: ¿Sueño o Realidad? |
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Gracias por seguir aquí apoyandome divinafer
y a los que también lo leen espero saber sus comentarios n.n
!Disfrútenlo!
4.-¿Sueño o realidad?
La luna llena brillaba con intensidad en medio de la oscuridad del bosque hasta que una nube la cubrió dejándolo todo en penumbras.
Corría incansablemente sin mirar siquiera un segundo su dirección, sentía como lo rodeaban por más que intentara escapar, miró a ambos lados y las sombras iban aumentando, estaba perdido y no había nadie que pudiera ayudarlo, comenzaba a tener dificultad para respirar, no podría seguir corriendo por mucho tiempo y a decir verdad no le serviría de mucho, mientras pensaba en eso tropezó con la raíz salida de un árbol. Era su fin, la temperatura descendía tan rápido que podía ver su propio aliento, las sombras se arrastraban hacia él silenciosamente y una mucho mayor que las demás se paró justo en frente. Sentía el miedo correr por todo su cuerpo, era una sensación que no había sentido desde hacía mucho tiempo, lentamente levantó su mirada y al llegar a su cara una luz inundó el lugar.
El sol le pegó a Edmund directo en la cara cuando Lucy descorrió las cortinas de su habitación para despertarlo, tardó unos segundos en acostumbrarse a la luz mientras se incorporaba en la cama y sentía un gran alivio de que todo hubiese sido un sueño.
---Buenos días ---le dijo Lucy--- o debería decir tardes ---terminó sonriendo.
--- ¿Cuánto dormí? ---preguntó Edmund desperezándose.
--- Ya es medio día, así que pensé que ya era hora de despertarte.
Si no hubiera sido ella probablemente el hambre lo hubiera despertado, su estomago rogaba por comida. Había dormido mucho tiempo, demasiado para su gusto, no quería recordar el sueño que había tenido. Lucy esperó a que Edmund se arreglara y ambos bajaron a comer. Caspian los esperaba en el enorme comedor y al verlos saludó a Edmund.
---Pensé que nunca ibas a despertar ---le dijo con burla.
---Lo sé--- dijo apenado--- no pensé que dormiría tanto.
---Bueno, al menos ya estás muy bien descansado.
Se sentaron en la mesa, mientras comían y Edmund casi devoraba la comida un fauno entró deprisa y agitado. Caspian se puso de pie y se acercó al fauno asustado.
--- ¿Qué es lo que sucede Lunos?---el pequeño fauno tomó aire para poder responder.
---Señor, el centauro Vendaval a traído noticias de los calormenos.
---Hazlo pasar a la sala de reuniones, Lunos.
Caspian, Edmund y Lucy se dirigieron hacia allá con paso veloz y con su semblante serio, no sabían qué daños más habrían causado ahora los calormenos.
Esperaron a que Vendaval llegara sin decir palabra, sumidos en sus propios pensamientos y formando sus propias ideas de lo que podía haber ocurrido, una vez llegado y cerrado la puerta para que nadie más escuchara, hizo una reverencia y se dispuso a dar el informe.
---Majestad, hemos estado revisado las zonas donde se han visto calormenos. No encontramos nada.
--- ¿Cómo?--- Caspian se hallaba desconcertado, apenas ayer se habían topado con un puñado de ellos ¿y ahora desaparecían?
--- Nos ha llegado un reporte de los grifos, dicen que los han visto regresar a las fronteras. Al parecer regresan a Calormen.
Esa noticia los había descolocado a todos. ¡¿Regresaban a Calormen?! ¿A caso se habían rendido? Eso no podía ser, ellos no se darían por vencidos tan fácilmente, si hubieran seguido sus pequeños ataques ya estarían muy cerca de bajar todas sus defensas, incluso ayer pudieron haber matado a Caspian si las cosas hubieran salido mal. Definitivamente lo que decía Vendaval no tenía sentido.
--- ¿Estás seguro? ---no estaba de más asegurarse, aunque tenía toda su confianza en el centauro.
--- Esta misma mañana nos han dado aviso, majestad. Le aseguro que la información es verídica.
---Aún así no es bueno confiarse ---Edmund se mostraba intranquilo y no sólo por la situación, sentía que algo andaba mal, como un presentimiento--- será mejor asegurarse de que no vuelvan a entrar a Narnia.
---Sí, podrían estar tramando algo y esto sólo es para distraernos. Vendaval ---llamó Caspian al centauro--- dile a los grifos que vigilen las fronteras y que me comuniquen si los calormenos intentan regresar. Vigilen las zonas donde se vieron por última vez, estén muy alertas ante la menor sospecha de su regreso.
---Como ordene, majestad----respondió con una inclinación, para después salir a realizar las órdenes del Rey.
--- ¿Crees que regresarán? ---preguntó Lucy preocupada.
--- Me gustaría creer que no ---dirigió una triste sonrisa a Lucy---pero, no creo que ustedes estarían aquí si no fueran a volver.
El sol se ocultaba lentamente tras las olas del mar, la refrescante brisa marina llegaba desde la playa, moviendo lentamente las hojas de los árboles y el cabello de Edmund quien miraba desde el balcón el hermoso paisaje que le regalaba Narnia. Por un momento, desvió la vista de la playa y miró hacia el norte entre las dos colinas que se situaban ahí, un ligero temblor recorrió su cuerpo al recordar el pasado y especialmente a una persona a la cual no querría volver a ver nunca en su vida.
--- ¿En qué piensas? ---Lucy se había situado a un lado de él y lo miraba perspicazmente.
--- En nada ---contestó sin inmutarse mientras desviaba su vista de las colinas y miraba de nuevo el mar.
--- Creo conocerte lo suficiente para saber cuando quieres ocultarme algo ---le dijo con suficiencia, mas él no respondió--- Edmund, ¿Por qué piensas en eso ahora?
--- No lo sé ---le dijo desanimado--- pero no es algo por lo que debas preocuparte, Lucy.
--- ¿Por qué no? ---Cualquiera se preocuparía por sus hermanos y ella no era la excepción.
--- Porque es algo sin importancia ¿de acuerdo? ---le dijo irritado--- Eso ya está en el pasado.
Lucy no quiso seguir insistiendo, sabía que el tema era muy duro para su hermano y no quería hacerlo revivir esos recuerdos. A pesar de haber pasado años, los cuatro recordaban esos momentos casi como si hubiera sido ayer, aunque ninguno lo mencionara. Deseaba que Aslan estuviera ahí, el estar con él los hacía siempre olvidarse de los problemas y los reconfortaba.
--- ¿Te parece si paseamos por la playa? ---tal vez eso le haría distraerse un poco.
--- Pronto va anochecer, Lucy ---le dijo como si Lucy no se hubiera percatado de que ya era tarde.
--- Sólo un rato ---le dijo suplicante--- por favor.
Edmund sonrió al ver la carita que ponía Lucy, no podía creer que se doblegara ante sus súplicas.
--- Está bien ---dijo resignado--- pero sólo un rato ---le advirtió.
Lucy sonrió, feliz por haberle convencido y asintió ante su condición. Le avisaron a Caspian que darían un paseo y bajaron a prisa hacia la playa.
Las olas se mecían con tranquilidad contra la playa y el sol mostraba sus últimos rayos de ese día, el clima comenzaba a refrescar mientras ambos caminaban por la orilla de la playa. Lucy andaba descalza dando pequeños saltos en el agua mientras Edmund la seguía de cerca.
--- Sí sigues haciendo eso te dará un resfriado--- le regañó--- ¿acaso no sabes que el invierno está cerca? El agua debe estar helada.
--- A mi me parece agradable, ¿por qué no lo intentas?
--- No gracias, me gusta estar sano ---dirigiéndole una sonrisa burlesca.
--- Bueno, es una pena que no vayas a estarlo más ---le respondió Lucy con una inocente sonrisita, mientras que se agachaba y con sus manos le comenzaba a arrojar agua a su hermano quien se hallaba desprevenido.
--- ¡Lucy! ---gritó después de encontrarse totalmente empapado--- ya verás--- y comenzó a mojarla también. Las risas de ambos se escuchaban por la silenciosa playa, mientras se divertían salpicándose y corriendo en la arena mientras las olas golpeaban contra ellos. Lucy definitivamente había logrado su objetivo al evitar que Edmund siguiera pensando en el pasado.
Mientras aún seguían jugando Edmund alzó la vista hacia los árboles y lo que vio lo dejo tan aturdido que cayó sentado al agua de la impresión, la visión había sido de sólo unos segundos pero el recuerdo lo dejaba paralizado y aterrado, no podía creer lo que sus ojos habían visto. Cuando había fijado su mirada nuevamente hacia los árboles ya no había nada pero, estaba seguro de no haberlo imaginado. Era ella, esa mujer inmensa, envuelta hasta el cuello en una piel blanca, sosteniendo su vara dorada y una corona en su cabeza. Con su bello aunque blanco rostro y esos labios rojos, y con una mirada orgullosa, fría y severa. No podía ser nadie más, la Bruja Blanca. ¿Pero cómo? Se había ido, no podía ser verdad.
--- Edmund, ¿Estás bien? ---Lucy lo miraba preocupada, seguramente su cara no lucía nada bien.
--- Yo… ---dudaba de lo que debería decirle ¿Creería que se había vuelto loco? Ni siquiera él sabía qué pensar ¿y si sólo fuera una ilusión? Había estado pensando en la bruja unos instantes atrás, probablemente eso había causado aquella horrible, aunque a su parecer muy real, visión --- No es nada Lucy ---sería mejor no preocuparla con eso, necesitaba descansar, eso era todo ---vámonos, ya es muy tarde ---le dijo aun con una ligera intranquilidad.
Lucy no lo contradijo y lo siguió sin decir palabra, mirándolo de vez en cuando disimuladamente, aunque Edmund lo notaba. Realmente debía tener un aspecto horrible.
Al llegar al castillo, Edmund se encerró en su habitación alegando que debía cambiarse o enfermaría y señalándole a Lucy que hiciera lo mismo. Después de eso no volvió a salir de su habitación ni siquiera para cenar, eso le tenía muy preocupada a su hermana que no podía dormir y se la pasaba dando vueltas en la cama intentando conciliar el sueño, pero nada podía sacarle la angustia que la mantenía despierta, no entendía qué había ocurrido en la playa para explicar su comportamiento, parecía que había visto un fantasma pero eso no le decía nada. Al final se dio por vencida y se levantó de su cama, tenía que ir a verlo, saber que estaba bien, no quería presionarlo pero la duda la carcomía.
Caminó por el oscuro pasillo con cuidado de no hacer mucho ruido hasta llegar a su puerta y abriéndola lentamente entró a la habitación. Edmund estaba de espaldas, tranquilamente dormido, no parecía tener ningún problema ahora, tal vez Lucy había exagerado un poco las cosas y en verdad no sucedía nada grave ya que él no tenía problemas para dormirse así que después de pensar un poco decidió dejarlo dormir, probablemente había sido una tontería y por eso no quería contárselo. Con el mismo cuidado volvió a salir, cerrar la puerta y regresar a su habitación e intentar dormir ahora que estaba más tranquila.
Lo cierto era que Edmund en realidad no estaba dormido, al escucharla entrar había fingido que dormía y una vez que su hermana se fue respiró aliviado, se levantó de la cama y caminó hacia la ventana. Desde ahí se podían ver las dos colinas, casi imperceptibles pero ahí estaban, sacudió la cabeza para quitarse esas ideas de su mente y volvió a la cama, sólo había sido su imaginación eso era todo, y con ese pensamiento trató de auto convencerse e intentar dormir.
A la mañana siguiente, una serie de constantes pasos que corrían de un lado a otro por el pasillo lograron despertar a Lucy. Extrañada se cambió rápidamente y salió al pasillo para saber el motivo de tanto ruido, en eso vio acercarse a Reepichip corriendo hasta ella.
--- Reepichip, ¿Qué pasa? ---preguntó confundida.
--- Mi señora ---dijo haciendo una reverencia--- esta mañana uno de los grifos a llegado con una mala noticia. Ha visto un ejército de calormenos en el desierto acercándose a Narnia para reunirse con los soldados que se habían retirado. El Tisroc ha declarado abiertamente la guerra.
---- ¡No puede ser! ---exclamó asustada --- ¿Dónde está mi hermano?
--- Esta con el Rey en la sala de reuniones, majestad. Ahora mismo iba hacia allá.
Sin decir nada más, Lucy salió corriendo seguida de cerca por Reepichip; había sucedido lo que habían temido, una guerra se acercaba y tendrían que participar en ella. No podían permitir que su amada Narnia fuera gobernada por esos tiranos calormenos. Al llegar a las sala de reuniones se encontró a Caspian y a su hermano junto a Vendaval, Trumpkin y otros más alrededor de una mesa redonda con un gran mapa de Narnia sobre ella. Los presentes voltearon a ver a los recién llegados y luego volvieron a prestar atención nuevamente al mapa. Edmund le hizo una seña a Lucy para que se situara a junto a él y continuaron escuchando a Caspian que era el que hablaba.
--- Los Calormenos tardarán por lo menos un día y medio para cruzar el desierto y llegar a las fronteras de Narnia y otro día para llegar hasta aquí---señalando la trayectoria que tomaban los calormenos--- Necesito que reúnan a todas sus tropas lo más deprisa que puedan, debemos ser más rápidos que ellos y detenerlos antes de que avancen más. Los veré aquí en dos horas para planear la estrategia. Partiremos mañana al amanecer--- Dicho esto todos salieron de la sala, quedando solo Caspian, Lucy y Edmund.
---También necesitamos dejar algunos hombres vigilando Cair Paravel ---explicó Edmund--- podrían no sólo venir por tierra sino por mar, es una posibilidad que debemos tomar en cuenta.
--- Tienes razón, dejaremos algunos a que vigilen la costa ---Caspian se veía preocupado mientras miraba el mapa de Narnia--- si mis cálculos son correctos seguramente nos encontraríamos con ellos cerca del altozano de Aslan.
--- No podemos utilizarlo como la última vez, quedó completamente destruido ---dijo Lucy hablando por primera vez.
--- No ---concordó su hermano con ella--- pero la visibilidad es buena, podríamos tener una ventaja.
--- Aun así, no tenemos un gran conocimiento de su ejército ---dijo Caspian intranquilo--- pueden doblarnos en número, necesitamos pensar muy bien las cosas antes de actuar.
Lucy miraba a ambos muchachos que seguían planeando la mejor estrategia para atacar, seguramente tenían la misma expresión que ella, de total preocupación y miedo. Los calormenos se acercaban cada vez más a Narnia, no sabían si podrían reunir a las tropas suficientes para darles batalla, aunque todos supieran que los números no significaban la victoria. No había pensado que el momento de pelear llegaría tan rápido, los habían tomado por sorpresa al pensar que se habían rendido, pero como bien había dicho Caspian, ella y su hermano no estarían ahí si todo hubiera terminado. La voz de Edmund la sacó de sus cavilaciones regresándola a la realidad.
--- Lucy, tú te quedarás aquí.
--- ¿Qué? ---preguntó creyendo haber entendido mal.
--- No irás a pelear ---dijo Edmund mirándola seriamente.
--- Pero… ¡Por qué! ---estaba enojada, no podía prohibirle no ir a la batalla cuando él si lo haría.
--- No pienso permitir que te pongas en peligro, Lucy --- dijo tajantemente.
--- ¡Eso es injusto! ¡No puedes impedírmelo! ---le gritó bastante molesta.
--- ¡Esto no es un juego, Lucy! ---no iba a permitir que Lucy se saliera con la suya, no podía dejar que fuera y se arriesgara de esa forma cuando no estaban seguros si vencerían--- ¡Es una guerra! ¡Los calormenos no se apiadarán de ti, entiéndelo!
--- ¡Ya hemos pelado contra calormenos antes!---se defendió Lucy--- no puedes decirme ahora que no pelee.
--- Era totalmente diferente, ahí eras mayor, aquí no.
--- Y tú tampoco lo eres.
--- Por favor, no hagas esto más difícil ---suplicó Edmund.
---No, tú eres el que lo hace más difícil ---las lágrimas urgían por salir de sus ojos--- Yo no puedo quedarme aquí sentada esperando a saber si volverás o no--- Después de decir eso no pudo retener las lágrimas por más tiempo y salió de ahí corriendo sin darle tiempo a Edmund de decir algo más.
A Edmund le dolía ver a su hermana así, entendía cómo se sentía, aquel miedo de perder a alguien más después de las muertes de sus padres era horrible. Sin embargo, no dejaría que le pasara nada, y mantenerla al margen era lo único que podía hacer por el momento para protegerla.
--- Ve a hablar con ella ---la voz de Caspian lo hizo recordar que aún estaba ahí.
--- Pero… la estrategia… ---intentó excusarse.
--- Yo me haré cargo ---le dijo Caspian sereno---cuando terminen de hablar podrás seguir ayudándome, ella te necesita ahora.
--- Gracias ---dijo antes de marcharse para seguir a Lucy.
Ya viene lo bueno
¿Qué creen que pasará?
muajaja lo sabrán muy pronto
nos vemos |
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divinafer Novato
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Edad: 28 Registrado: 11 Sep 2009 Ultima Visita: 18 Jun 2012 Mensajes: 381 Ubicación: el lugar mas hermoso del mundo
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Publicado: Lun Abr 05, 2010 5:41 pm Asunto: |
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wayy yo si creo que era la bruja blanca, no puede ser!!!
pobre Lu!! |
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zafiro_star Novato
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Edad: 32 Registrado: 18 Ago 2009 Ultima Visita: 06 Ago 2014 Mensajes: 188 Ubicación: A donde el viento me lleve...
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Publicado: Mie Abr 21, 2010 9:19 am Asunto: 5to capítulo: Guerra y Dolor |
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Lo sientooo divinafer, se que me tarde
pero es que con una cosa y otra, las tareas, etc. no había podido
pero aquí está!! espero que lo disfruten!!
5.-Guerra y Dolor
La buscó en su habitación y en otras partes del castillo pero aún no había dado con ella, hasta que recordó un lugar donde no había buscado. Al abrir la puerta ahí estaba ella, tendida en la cama que una vez fue de Peter, llorando con la almohada cubriendo su cara. Le partía el corazón verla así, sabiendo que él por alguna extraña razón siempre lograba hacerla llorar. Cerró la puerta sin hacer mucho ruido acercándose lentamente hasta estar junto a la cama y se arrodilló para estar a su altura, ella levantó su cara de la almohada y lo miró con los ojos llorosos.
--- Lucy… lo lamento ---le dijo arrepentido de haber sido tan brusco con ella--- perdóname, yo…no quiero perderte ---Lucy se levantó de la cama y abrazó a Edmund sin dejar de llorar.
--- Yo tampoco quiero perderte ---dijo entre sollozos.
--- Lo sé --- dijo mientras acariciaba su cabello intentando calmarla--- pero entiéndeme, no podría concentrarme sabiendo que tú también estas ahí corriendo peligro.
Lucy se separó de él mientras se limpiaba las lágrimas, y después lo miró con los ojos hinchados de tanto llorar.
--- Se que no puedo pedirte que me prometas que regresarás --- explicó con la voz quebrada--- pero, me conformo con que me prometas que no harás ninguna locura ---le dijo con una pequeña sonrisa.
--- ¡Hey!---se quejó Edmund, aunque una sonrisa se asomaba por sus labios---Yo no hago locuras.
--- ¿Quieres que te haga una lista? ---le dijo Lucy levantando una ceja--- Como cuando rompiste la vara de la bruja y casi te mata o cuando saltaste del tejado para empujar a un telmarino y terminaste a un lado de muchos de ellos lanzándote flechas, o cuando los calormenos casi te matan por intentar distraerlos para que yo escapara o…
--- Esta bien, está bien ---la interrumpió antes de que siguiera enumerándole todos sus actos impulsivos--- ya te entendí, te prometo que no haré ninguna locura ---dijo regalándole una sonrisa. Lucy lo volvió a abrazar dándole un pequeño gracias --- ahora tengo que volver con Caspian para ayudarlo con la estrategia---Se levantó del suelo y salió de la habitación. Después de unos segundos Lucy lo imitó, pero antes de salir le dio una última mirada nostálgica al cuarto vacío y después cerró la puerta.
La noche había llegado pronto sobre Narnia, ya todos los soldados estaban reunidos en las afueras de Cair Paravel, la estrategia ya había sido planeada y tan sólo esperaban el alba para partir. Lucy entreabrió la puerta de Edmund y se asomó un poco; ahí estaba él, sentado en la cama junto a su armadura, mirando el escudo que tenía entre sus manos, el escudo de Peter. Lucy entró a la habitación y se sentó a su lado.
--- Caspian me lo dio ---le dijo sin despegar su vista del escudo--- es lo más cerca que podré estar de él por ahora.
--- Ellos siempre están cerca de nosotros---le dijo comprensiva--- al igual que Aslan. Además, pronto los volveremos a ver, cuando la guerra termine.
Edmund suspiró cansado, tenía tantas cosas en la cabeza, sin embargo debía concentrarse en la batalla que les esperaba.
--- Caspian me ha dado mi cordial ---le dijo para cambiar de tema--- necesitas curarte la herida de tu hombro.
--- Mi hombro está bien ---le dijo Edmund.
--- Pero te hirieron hace sólo dos días ---le reprochó.
--- Y ya está bien. De verdad. No deberías desperdiciarlo en mí, pronto lo necesitarás más.
--- Bien ---dijo desanimada--- ¿Aún lo llevas verdad?
--- Nunca me lo he quitado ---le dijo sabiendo a qué se refería, mientras llevaba su mano al cuello y sacaba una cadena con un dije plateado y un pequeño frasco de cristal del tamaño de una uña y la forma de una gota. El dije tenía grabado lo siguiente: Rey Edmund, el justo y por el otro había una espada. El frasco tenía un contenido rojo, una gota del jugo de la flor de fuego para ser más específico. Lucy se los había regalado a sus hermanos en su primer año de reinado en Narnia, durante la época dorada.
--- Con eso me basta ---dijo sonriendo--- después de todo eres un testarudo.
--- Tú también lo eres--- le dijo, y ambos se rieron.
Aún faltaba poco para el amanecer cuando los soldados comenzaron a alistarse, la mayoría ya se hallaba montada en sus caballos o los que no montaban, con su armadura lista. Sólo esperaban la señal de Caspian para partir.
Edmund y Lucy se encontraban a las puertas de Cair Paravel, ambos miraban a todo el ejército reunido, veían las caras de determinación en cada uno de ellos, algunos muy jóvenes, otros mayores, rostros que tal vez no volverían a ver después. Todos dando su vida por defender su país y a sus familias. Caspian se acercó a ellos vestido con su armadura al igual que los demás y portando a Rihndon, la espada que había pertenecido a Peter.
--- Ya es hora ---les dijo su rostro mostraba una gran madurez a pesar de su juventud.
Edmund se volteó a ver a Lucy y ella lo abrazó, mientras dejaba que sus lágrimas salieran sin control.
--- Cuídate ---le susurró para después separarse.
--- Tú igual ---le dijo Edmund--- no creas que por quedarte aquí no dejas de estar en peligro.
--- Sin embargo, es casi seguro que los calormenos no vendrán por mar, así que no debes preocuparte tanto ---le dijo limpiando sus lágrimas.
--- No te preocupes ---le habló Caspian--- regresaremos con la victoria---Lucy asintió con la cabeza un poco más tranquila--- Dejo a su cargo la protección de Cair Paravel ---dijo refiriéndose a Lucy y a Trumpkin que se acercaba. Caspian había designado a cien hombres para proteger el castillo mientras no estaban, dejando a Trumpkin y a Lucy a cargo de ellos.
Resonaron los cuernos que anunciaban la partida por todo el lugar, Caspian, seguido de cerca por Edmund y Vendaval, se colocó a la cabeza de su ejército y todos emprendieron la marcha. Lucy los vio alejarse, como muchos otros que se quedaban ahí, hasta que se perdieron completamente de vista.
--- Estarán bien ---le dijo Trumpkin en un intento de animarla. Lucy apreciaba el gesto y deseaba con todas sus fuerzas que tuviera razón.
El ejército avanzó a grandes pasos hacia las fronteras, descasando por momentos y luego continuando con su rumbo. Las pisadas de los cascos al correr hacían eco por los silenciosos y vacíos bosques, desde que habían comenzado los ataques a narnianos la mayoría evitaba dejarse ver por mucho tiempo, por miedo a ser vistos por un calormeno. A Edmund le recordaba a los tiempos en que los narnianos se escondían de los telmarinos al haber sido invadidos por ellos. Pero esta vez no sería así, no permitiría que de nuevo Narnia pasara por eso.
Cabalgaron durante todo el día, hasta que la noche no les permitió seguir más, se hallaban muy cerca de Beruna como había predicho Caspian. Un grifo fue mandado a inspeccionar el área en busca de algún indicio de los calormenos, regresando una hora después.
--- Están a un kilómetro de aquí, majestad ---informó el grifo a Caspian--- se han detenido también.
--- ¿Cuántos son? ---preguntó ocultando su preocupación.
--- Me atrevería a decir, señor ---dijo el grifo nervioso--- que son tan grandes como los nuestros y aún más.
Ya había esperado una respuesta como esa, por lo que mantuvo la calma y le dijo al grifo que podía retirarse. Edmund, que se hallaba a su lado, pudo ver que Caspian respiraba profundamente para no perder la compostura, un Rey no debía mostrarse débil ante su pueblo o todos perderían la fe. Puso una mano sobre su hombro y éste lo miró --- No perderemos--- le dijo Edmund confiado--- Aslan está de nuestro lado ¿Recuerdas?
--- Tienes razón ---respondió con nuevos ánimos--- gracias.
Casi nadie durmió bien esa noche sabiendo que tenían a los calormenos a tan sólo un kilómetro de distancia y menos sabiendo que al amanecer sería el momento de pelear y defender a su pueblo, y que al final, algunos no volverían a ver la luz del Sol.
Lucy despertó sobresaltada, se incorporó en la cama mirando a su alrededor, había escuchado un ruido pero ahí no había nada. Seguramente había sido su imaginación, estaba muy inquieta por la batalla, cualquier ruido la ponía alerta y sentía una angustia muy grande creciendo en su pecho; e de ahí el porqué no había dormido mucho. Puso ambos manos sobre su cara tratando de tranquilizarse cuando se percató de que algo faltaba, el brazalete no estaba en su muñeca. Lo buscó sobre su cama y luego miró al suelo encontrándose con él tirado a un lado de la cama, tal vez el ruido del brazalete al caer era lo que la había despertado. Lo recogió del suelo y lo miró por un momento, las palabras del profesor Kirke habían sido muy extrañas, no entendía cómo ese pequeño brazalete les podría ser de ayuda y menos cómo lo sabía el profesor, estaba segura que había un enorme hueco por llenar, pero no tenía ni la menor idea de cómo lograrlo.
Había llegado el momento, estaban tensos por el silencio que los rodeaba manteniéndose en sus posiciones, listos para atacar en cualquier momento. Estaban situados entre los árboles para ejercer una momentánea ventaja mientras que veían acercarse a los calormenos a campo abierto.
--- Edmund ---le llamó Caspian para que se acercara--- ¿Nervioso? ---preguntó en cuanto estuvo a su lado.
---Todos lo estamos ---respondió.
--- Muy cierto ---dijo con una sonrisa nerviosa--- espero que esto acabe pronto.
Los calormenos estaban ya lo suficientemente cerca por lo que Caspian dio la alerta a sus tropas.
--- ¡Prepárense! ---gritó con voz potente para hacerse oír. Los soldados a su voz sacaron sus armas y tensaron sus arcos, tomando posición de batalla--- ¡POR NARNIA! ---gritó aun más fuerte levantando su espada.
--- ¡POR NARNIA! ---le corearon los demás con fiereza y valor.
Los arqueros dispararon sus flechas, los grifos alzaron el vuelo, el gigante Rompetiempo corrió feroz pateando a cuanto calormeno podía; y centauros, hombres, enanos y demás especies avanzaron con el grito de guerra en el aire al encuentro de los calormenos hasta llegar al momento del choque de espadas.
El sonido de metales chocando unos con otros y los gritos de los soldados era lo único que se podía escuchar a varios metros a la redonda.
Edmund y Caspian se separaron debido a la marea de soldados que los atacaban, cada quien por su lado derribaba a cuantos calormenos pudiera mientras cabalgaban entre la multitud.
Uno de los calormenos que cabalgaban tomó desprevenido a Edmund derribándolo de su caballo con un fuerte golpe en la cara. Edmund intentó ponerse de pie aún aturdido por el golpe y la caída. Una vez levantado notó que el suelo temblaba bajo sus pies, vio al calormeno acercarse y arremeter contra él con una violenta estocada que detuvo con su espada sujetándola firmemente con ambas manos; el calormeno no se detuvo y siguió atacándolo, buscando un abertura para herirlo, pero Edmund no se dejó vencer y con un movimiento rápido desarmó al calormeno y acabó con él. En seguida ya había otro calormeno en su lugar, parecían no tener fin, había recibido varios cortes incluso una flecha le había dado en una pierna, pero aún así debía resistir, Lucy esperaba su regreso, Peter y Susan esperaban su regreso.
Venció con dificultad a un calormeno y se detuvo un segundo para observar el panorama a su alrededor. La batalla continuaba sin dejar claro quién sería el vencedor, ambas partes estaban parejas y aún con diferencia de número los narnianos no se dejarían vencer.
Detuvo su vista en Caspian quien se encontraba lejos unos cuantos metros de distancia y pudo ver que muchos de los calormenos al verlo se centraban en atacarlo a él, por su mente pasó que seguramente pensaban que al ser el rey si moría estarían seguros de su victoria; corrió lo más rápido que sus pies le permitían para ayudarlo ya que en ese momento peleaba con ¡cinco calormenos a la vez!, también pudo divisar a Vendaval intentando acercarse, se deshizo de los enemigos que llegaban a ponerse en su camino, ya casi estaba cerca.
Caspian se deshizo de dos de los calormenos, ya solo quedaban tres por el momento, y los tres arremetían contra él con violencia sin darle un minuto a respirar, estaba cansado, llevaban todos más de una hora luchando y ningún grupo había cedido.
Caspian tuvo un sólo segundo de distracción, y eso le costó muy caro. Dos de los calormenos desviaron su espada y escudo hacia los lados dejando el frente descubierto, lo vio venir, sin embargo no pudo hacer nada por evitarlo; solamente sintió cómo el filo de la espada atravesaba su cuerpo y luego era sacada con violencia, sintió cómo poco a poco sus fuerzas se iban, sintió cómo su vida se iba…y a alguien gritando su nombre.
--- ¡Caspian! ---gritó Edmund al verlo caer mientras se acercaba corriendo, el calormeno que lo había herido se preparaba para darle el golpe final pero lo detuvo a tiempo con su espada y en unos segundo se deshizo de él, Vendaval también había llegado a ellos y acabó con los otros dos.
Edmund se acercó a Caspian preocupado, la herida era muy grave, no tenía mucho tiempo. Caspian, a pesar de que su vista se nublaba pudo distinguir a Edmund a su lado.
--- Edmund ---le llamó Caspian para que lo escuchara, parecía como si estuviera despidiéndose--- Cuando vuelvas a tu mundo… ---empezó a decir costándole cada palabra un gran esfuerzo--- dile a Susan… que es… y será siempre… la persona más importante en mi vida.
--- No vas a morir Caspian ---dijo Edmund obstinado--- díselo tú mismo ---no sabía por qué decía eso, pero de alguna forma así lo sentía. De pronto recordó el collar que Lucy le había dado ¿Cómo no se le había ocurrido antes? Rápidamente se sacó la cadena del cuello y destapó el pequeño frasco derramando la única gota que contenía dentro de la boca de Caspian quien muy apenas se mantenía consciente. Pudo ver cómo poco a poco recuperaba su color y abría nuevamente los ojos.
--- ¿Cómo?...---preguntó Caspian levantándose, estaba confundido, se sentía mejor que antes y sus heridas habían desaparecido.
--- Una gota de la flor de fuego ---le explicó, mostrándole la cadena con el frasco vacío.
--- No debiste haberla desperdiciado en mi ---le reprochó Caspian--- ¡Mira las heridas que tienes!--- le dijo viendo que sangraba por varias partes---puedes necesitarla.
--- ¿A casó estás loco? ---le gritó Edmund--- ¡No permitiré que mueras! ¡Eres el rey ¿recuerdas?! Mis heridas no son importantes ¡Narnia no puede perderte ni nosotros tampoco, somos tus amigos, además Susan quedaría destruida!
Caspian bajó la cabeza apenado, era cierto lo que decía, no podía morir, debía salvar a Narnia por él, por sus amigos y por los narnianos.
--- Lo siento, tienes razón, me he dejado llevar.
--- Con que lo entiendas me es suficiente ---dijo Edmund aliviado.
--- Lo lamento, pero no creo poder cubrirlos por mucho tiempo ---les dijo Vendaval mientras apartaba a los calormenos que intentaban atacarlos.
Edmund y Caspian se pusieron de pie recogiendo sus armas.
--- Esto ya casi termina--- dijo Edmund mirando a su alrededor---No dejes que te maten.
--- Descuida, no lo haré.
Después de eso se separaron nuevamente, la guerra continuó por un tiempo más, pero al fin los frutos de su resistencia empezaban a surgir, los calormenos comenzaron a retroceder, muy pronto tendrían la victoria. Pero no contaban con que los calormenos no se irían sin al menos infligir un gran daño a los narnianos. A lo lejos Caspian pudo ver que tres enormes catapultas se acercaban cargando con bolas encendidas con fuego.
--- ¡Rompetiempo! ---gritó Caspian al gigante--- destruye las catapultas antes de que sean lanzadas.
El gigante obedeció al momento; corrió hacia ellas con su gran mazo en la mano y destruyó la primera, mientras los soldados que estaban alrededor huían despavoridos lejos de él. Prosiguió a destruir la siguiente catapulta lográndolo sin el menor esfuerzo, ya se preparaba para ir por la última más sin embargo, antes de que pudiera llegar la catapulta fue accionada y una gran bola de fuego fue directo hacia los narnianos.
--- ¡CUIDADO! ---gritó Caspian viendo con horror hacia a quien le caería el proyectil.
La bola de fuego cayó y miles de gritos de dolor se escucharon en el lugar. Rompetiempo enfureció por no haber detenido a tiempo la catapulta y se fue contra ella hasta hacerla trizas y después siguió arremetiendo contra los enemigos, gritando con fuerza asustando a los calormenos quienes viendo que su última arma había sido destruida dieron la retirada y se fueron lo más rápido que pudieron, dándole la victoria a Narnia pero dejando un silencioso ambiente en el lugar.
EL sol se había ocultado unas pocas horas antes, el día había sido completamente monótono, el mar se mecía en completa calma sin ningún indicio de embarcaciones cerca, el silencio estaba presente y todos en el castillo estaban atentos a cualquier pequeño movimiento que surgiera en los alrededores. Esperaban ansiosos el regreso de los suyos pero también temían que los que regresaran no fueran ellos.
Lucy junto con Trumpkin vigilaban desde la muralla a la entrada del castillo, ninguno decía nada simplemente veían hacia el horizonte, esperando alguna señal. Desde que se había despertado a mitad de la noche no dejaba de sentir esa angustia, estaba preocupada por no tener noticias y rogaba porque pronto regresaran. El sonido repentino de un cuerno a la lejanía la hizo dar un brinco, todos se pusieron en sus posiciones y uno de los grifos que sobrevolaban el área aterrizaba cerca de ellos gritando emocionado.
--- ¡Son ellos! ¡Son ellos! ¡Han regresado!
La cara de Lucy se iluminó de felicidad y no esperó ni un segundo más para bajar corriendo a recibirlos emocionada. Las puertas se abrieron de par en par, ya podían divisarse a los soldados caminando hacia ellos, cuando estuvieron cerca los soldados del castillo corrieron a socorrer a los heridos, Lucy sacó su cordial y también se acercó a ellos para ayudar. El gigante Rompetiempo cargaba a un bueno número de heridos y se apresuró a darles a cada uno una gota de aquel valioso líquido, los heridos siguieron llegando y a los lejos pudo divisar a Caspian.
--- ¿Podría seguir por mí? ---pidió Lucy a uno de los soldados que estaba cerca entregándole su cordial para que continuara sanando a los heridos, el soldado aceptó y ella corrió hacia Caspian alegre de verlo a salvo--- ¡Caspian! ¿Estás bien? ¿Estás herido? ---le interrogó preocupada y mirando a los alrededores en busca de su hermano.
--- Estoy bien, Lucy ---respondió Caspian apagado--- hay soldados con heridas más graves que las mías.
--- ¿Estás seguro? ---Caspian asintió sin muchas ganas pero su mirada no le daba tranquilidad--- ¿Dónde está Edmund? ---preguntó mirando a los lados esperando encontrarlo y abrazarlo, pero al ver la mirada de Caspian al mencionarlo sintió que un frió inmenso se apoderaba de su cuerpo y se asentaba en su estómago--- ¿Caspian? ---le interrogó con voz temblorosa--- ¿Dónde está?
--- Yo…---dijo él, mirándola con el semblante triste--- lo siento mucho, Lucy…
Sus palabras llegaron a ella como un fuerte golpe en el pecho sintiendo cómo su corazón se hacía pedazos, no quiso seguir escuchando más, negaba con la cabeza mientras retrocedía unos pasos y las lágrimas empañaban su cara, no podía ser verdad…
--- No, dime que no es cierto ----rogó Lucy con voz ahogada. Pero no hizo falta que él le respondiera porque tras él venía una gran fila con los cuerpos de los hombres caídos en la guerra, y a la cabeza cuatro hombres sostenían un cuerpo cubierto con el estandarte de Narnia y un escudo que Lucy reconoció al instante sobre él.
--- ¡NOOO!
¿Comentarios?
Eso espero! muajaja |
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jillpole95 Novato
Reputacion: 0
Edad: 29 Registrado: 27 Ago 2009 Ultima Visita: 14 Oct 2010 Mensajes: 214 Ubicación: Colombia
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Publicado: Mie Abr 21, 2010 3:40 pm Asunto: |
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escribes muy bien,tienes un vocabulario excelente
pero con respecto a lo de Edmund ,oye es horrible terrible,no puedes dejar uqe se muera ,para eso debe servir el brazalete,para salvarlo ¿o no?,no puedes dejar que se muera porfis |
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divinafer Novato
Reputacion: 0
Edad: 28 Registrado: 11 Sep 2009 Ultima Visita: 18 Jun 2012 Mensajes: 381 Ubicación: el lugar mas hermoso del mundo
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Publicado: Jue Abr 22, 2010 5:36 pm Asunto: |
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NOOOOOOOOOOOOOO......................................
no puede morir mi querido Rey Edmund, tienen que salvarlo, no puede ser...
y gracias por poner otro ya extrañaba tus grandes relatos(este estuvo talvez un poco largo pero genial). |
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zafiro_star Novato
Reputacion: 0
Edad: 32 Registrado: 18 Ago 2009 Ultima Visita: 06 Ago 2014 Mensajes: 188 Ubicación: A donde el viento me lleve...
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Publicado: Lun Abr 26, 2010 1:49 pm Asunto: |
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Hola!!! les traigo un nuevo capítulo!!!
y de verdad gracias por sus comentarios divinafer y jillpole95 me alegran mucho n.n
6.-De vuelta en casa
El grito desgarrador de Lucy resonó por todo el lugar, mientras ella corría hacia el cuerpo de su hermano seguida de Caspian intentando detenerla, los soldados depositaron el cuerpo en el suelo y ella cayó arrodillada a su lado llorando a lágrima viva, abrazó el cuerpo sin vida mientras derramaba sus lágrimas sobre el escudo de Peter--- ¡Ed! ¡Edmund! ---lloraba destrozada.
Caspian intentó apartarla del cuerpo pero ella se negaba a hacerlo --- ¡Por favor, no! ---suplicaba aferrándose a él.
--- Lucy…---insistía Caspian.
--- ¡Quiero estar con él! ---gritó obstinada, quería que todo eso fuera un sueño y despertarse pronto, quería verlo ahí de nuevo, sonriéndole y molestándola como cuando eran más pequeños; quería verlo de nuevo pelearse con Peter por cualquier tontería y luego verlo reconciliarse de nuevo con él; quería verlo aburrirse de las pláticas de Susan hasta el punto de quedarse dormido. Qué sus padres no hubieran muerto, que Peter y Susan estuvieran ahí y por primera vez en toda su vida, que nunca hubieran regresado a Narnia y así Edmund no hubiera muerto. Quería demasiadas cosas y ninguna de ellas podría ser.
Caspian nuevamente intentó apartarla con un poco más de fuerza, lográndolo por fin y la abrazó para que no volviera a zafarse e intentar calmar su llanto que duró por mucho tiempo. Cuando estuvo más calmada pasado un buen rato, intentó hacer que se levantara.
---Debes descansar, Lucy ---le dijo con calma para no alterarla mucho--- no te hace bien estar aquí.
Lucy levantó su rostro y miró hacia donde estaba Edmund cubierto, se separó un poco de Caspian y acercó su mano para destaparlo, quería verlo por última vez. Justo cuando su mano tocó la tela, Caspian la detuvo.
---No creo que puedas reconocerlo ---le dijo apenado--- y no sería bueno tener ese recuerdo de él.
--- ¿Por qué?
---Los calormenos lanzaron con catapulta una roca con fuego ---intentó explicarle con sutileza--- Edmund peleaba en el lugar donde cayó…pudimos identificarlo gracias al escudo que quedó intacto.
El pensar en la horrible forma en cómo murió le hizo a sus ojos llenarse de lágrimas, pero aún así quería verlo, necesitaba saber que era verdad.
---Puedo soportarlo--- le dijo intentando sonar segura. Caspian no se opuso más y ella descubrió su cara, era verdad, no podía reconocerlo a simple vista y dejó caer más lágrimas por su rostro, sólo podía distinguir su cabello oscuro y la armadura igual a las demás. Sus ojos se posaron en su cuello y se abrieron con sorpresa.
--- No está… ---susurró.
--- ¿Qué cosa? ---preguntó Caspian extrañado.
--- Su cadena ---dijo un poco más alto, con una mezcla de emoción en su voz--- ¡La cadena que le regalé!
--- Él se quitó la cadena cuando fui herido de gravedad--- le explicó Caspian--- y usó el líquido de la flor de fuego para curarme.
--- ¿Y se la volvió a poner? ---preguntó emocionada, las lágrimas habían quedado de lado.
--- Yo…no lo sé--- respondió Caspian confundido--- aunque así fuera, seguramente se rompió mientras peleaba y la perdió ó…
--- No, eso es imposible ---le interrumpió ella--- Esa cadena no puede romperse tan fácilmente, está hecha con uno de los metales más duros de Narnia --- Sentía que un brillo de esperanza empezaba a surgir dentro de ella--- No es él ---dijo segura.
--- Lucy… ---intentó ser razonable. Ella pudo darse cuenta que pensaba que estaba confundida por la impresión o algo parecido--- sé cómo te sientes, pero llevaba el escudo de Peter, es él.
--- ¿Tu viste que lo llevara? ---le preguntó expectante.
--- Es difícil percatarse de eso durante una batalla ---respondió--- pero un soldado no puede ir a la guerra sin escudo.
--- Edmund si puede ---lo contradijo--- Él es muy bueno con la espada y no necesita de un escudo, tú mismo lo viste pelear sin uno hace un año.
--- Yo le di el escudo de Peter, es obvio que lo llevaba ---le dijo ya sin tacto para hacerla entrar en razón.
--- No, no lo entiendes ---le dijo molesta--- es más fácil perder un escudo que esa cadena.
--- Lucy ---le dijo Caspian tomándola por los hombros--- sé que es difícil ---le dijo mirándola a los ojos con tristeza--- pero… Edmund murió.
--- ¡No! ---gritó ella separándose de él ¿Por qué no la escuchaba?--- ¡Edmund no está muerto, no lo está! ---y sin decir más se fue corriendo al castillo, con las miradas puestas en ella, sabía que la miraban con pena pero estaba segura de que no había muerto, algo dentro de ella le decía que seguía con vida y estaba en algún lugar perdido, tal vez herido. No se detuvo ni siquiera cuando pasó a un lado de Trumpkin que intentó hablar con ella y se encerró en su habitación llorando.
Caspian decidió dejarla sola, por lo menos hasta el día de mañana y luego intentaría hablar de nuevo con ella, tenía que arreglar muchas cosas con respecto a los heridos y los funerales además de asegurarse que los calormenos en verdad se hubieran retirado. Sin embargo dejó a Trumpkin vigilando que no hiciera ninguna locura.
No había pasado más de una hora cuando Lucy se asomó por la puerta de su habitación mirando hacia ambos lados, el pasillo estaba vacío como había pensado, todos estaban centrados en los sobrevivientes de la guerra y lo que pasaría con los calormenos, así que nadie notaría su escape por el momento. Salió de su habitación con la capa de viaje puesta y su daga en la cintura, caminaba sigilosamente por los pasillos y se detenía cada pocos minutos para asegurarse que nadie la veía. Conocía a la perfección el castillo, así que no le tomó mucho tiempo llegar a los establos sin ser vista, gracias a la infinidad de pasadizos que tenía éste y que estaba segura aún no descubrían. Ensilló el caballo de Caspian ya que este ya la conocía y parecía dispuesto a llevarla, estaba a punto de montarlo cuando una voz detrás de ella la hizo sobresaltarse.
--- ¿No crees que ya es algo tarde para salir a cabalgar? ---dijo Trumpkin en la entrada del establo, ella no supo qué responder, la había descubierto y seguramente no le permitiría irse, debía escapar rápido antes de que pudiera avisarle a alguien--- que la mayoría no te crea no significa que no haya alguien que sí.
--- ¿Qué? ---dijo confundida ¿acaso él le creía?--- ¿Tu me crees?
--- Sólo sé que todo es posible y si dices que tu hermano está vivo, creo que debe ser verdad ---le dijo con una sonrisa. Lucy le devolvió la sonrisa agradecida.
--- Además, el rey Edmund no moriría con algo tan simple ---dijo una voz sobre sus cabezas.
Ambos miraron hacia arriba asustados y vieron al ratón Reepichip acercándose por las vigas del techo para luego saltar sobre el caballo de Caspian.
--- Reepichip, ¿qué haces aquí?---preguntó Trumpkin desconfiado.
--- He venido a unírmeles en esta valiente búsqueda---dijo sacando su espada y alzándola sobre su cabeza como muestra de respeto--- yo mejor que nadie se qué un Rey como lo es el rey Edmund no dejaría que su vida acabara como todos han pensado que acabó, por lo que estoy dispuesto a dar la mía por encontrarlo y limpiar su buen nombre.
Ambos conocían muy bien a Reepichip como para extrañarse de su respuesta y Lucy estaba feliz de que el también pensara que su hermano no podía haber muerto por lo que no le importó lo demás.
--- Gracias ---dijo con alegría y derramando lágrimas--- a ambos, gracias por creerme.
--- Debemos irnos ya ---la apresuró Trumpkin incomodado por sus lágrimas--- antes de que alguien note que no estamos.
Lucy se subió al caballo con Trumpkin detrás de ella y Reepichip se ubicó en la cabeza del caballo. En cuanto se aseguraron que no había nadie a los alrededores salieron cabalgando rápidamente fuera de los límites del castillo.
El momento de la batalla había llegado, todos se encontraban tensos por el silencio que los rodeaba manteniéndose en sus posiciones, listos para atacar en cualquier momento. Edmund miraba cómo a lo lejos se divisaban las fila de los calormenos que se acercaban a ellos, pero algo más llamó su atención en ese momento, junto a él había un muchacho aparentemente de su misma edad que temblaba constantemente y aún así mantenía su mirada firme hacia el enemigo.
--- ¿Es tu primera batalla, no? ---le preguntó amablemente.
--- S…Sí, señor ---respondió nervioso.
---Eso de señor me hace sentir viejo ---respondió Edmund con una mueca---No te preocupes, yo también lo sentí en mi primera batalla ---dijo comprensivo. El muchacho lo miro agradeciendo su gesto y Edmund le sonrió--- ¿Dónde está tu escudo? ---le preguntó al notar que solo llevaba su espada en el cinto.
---Lo olvide en el campamento ---dijo agachando la cabeza apenado.
---Toma---dijo, extendiendo su propio escudo para que lo tomara--- Un soldado no puede ir a la guerra sin un escudo.
---P…Pero… ---dijo dubitativo--- ¿y usted?
---No importa ---dijo restándole importancia--- Se me da mejor pelear sin un escudo en el brazo todo el tiempo.
---Gracias ---dijo tomando el escudo con cuidado como si fuera de cristal.
--- ¡Edmund! ---lo llamó Caspian para que se acercara.
---Úsalo bien ---le dijo Edmund mientras se alejaba--- perteneció a mi hermano.
---Lo haré.
--- Lo lamento, pero no creo poder cubrirlos por mucho tiempo ---les dijo Vendaval mientras apartaba a los calormenos que intentaban atacarlos.
Caspian recogió su escudo y su espada dándole la espalda a Edmund por un segundo, mientras él se colocaba la cadena de nuevo en su cuello y tomaba su espada; luego ambos se pusieron de pie.
--- Esto ya casi termina--- dijo Edmund mirando a su alrededor---No dejes que te maten.
--- Descuida, no lo haré.
Edmund peleaba contra un calormeno que no pensaba rendirse fácilmente a pesar de que ya tenían la victoria asegurada y la mayoría de sus compañeros retrocedían. Se encontraba tan concentrado en la lucha que no vio venir la gran roca de fuego.
Impactó tan cerca de él, que estuvo a centímetros de haber sido aplastado por ella. Edmund cayó al suelo sorprendido de haber estado tan cerca de la muerte, sin embargo, su contrincante no había corrido con tanta suerte y había sido arrastrado por la roca que levantó una gran nube de humo y tierra al caer. Se levantó tosiendo debido al humo, alejándose un poco de él para poder respirar y ver por dónde iba, cuando su vista estuvo despejada su mirada fue a parar hacia el bosque y lo que vio no lo podía creer. Por un momento había pensado que sería otra ilusión, un juego de su mente que lo hacía ver cosas y que en segundos desaparecería, pero no era así. Ella seguía ahí, mirándolo con su arrogante sonrisa mientras que Edmund se quedaba inmóvil sin saber qué hacer y sin poder despegar su vista de ella, la Bruja Blanca parecía traspasar su mente con sólo mirarlo haciendo que el miedo invadiera todo su ser. Después de sonreírle con malicia, la bruja dio media vuelta internándose en el bosque, su movimiento lo hizo reaccionar y sin detenerse a pensar en lo que hacía o en la promesa que le había hecho a Lucy de no hacer locuras corrió hacia el bosque. No la dejaría escapar, si había vuelto tenía que detenerla, antes de que causara un gran daño a Narnia.
Intentó seguir el mismo camino que la había visto tomar, pero por más que había corrido no pudo encontrar ni rastro de ella, parecía como si se hubiera desvanecido en el aire. Edmund se sentía cansado y adolorido por las heridas que tenía, debía regresar y decirle a Caspian lo que había visto. La Bruja Blanca sin duda sería un mayor problema que los calormenos y debían estar preparados.
Estaba a punto de regresar cuando de entre los árboles un calormeno salió agitando su espada y atacó a Edmund que se encontraba desprevenido y lo hirió en un costado, Edmund intentó atacarlo levantando su espada, pero la herida que tenía es su hombro a causa de la flecha se había abierto y no pudo asestarle el golpe al calormeno quien lo arrojó contra un árbol presionándole el cuello con su brazo impidiéndole respirar.
--- Llegó tu hora, niño---le escupió en la cara, mientras que Edmund intentaba zafarse. El calormeno levantó su espada listo para matarlo, pero Edmund no estaba dispuesto a morir en ese lugar y de esa forma; y juntando toda la fuerza que le quedaba le dio un fuerte golpe con la rodilla en el estómago logrando liberarse, mientras que el calormeno retrocedía adolorido. Sin darle tiempo a que su enemigo se recuperara empuñó de nuevo su espada y atacó al calormeno, acabando con él.
La herida que le había hecho el calormeno era más grave de lo que le había parecido y comenzaba a desangrarse, intentó regresar a donde se encontraban todos pero las piernas le fallaron y cayó al suelo sin fuerzas para levantarse. No podía morir, no podía fallarle a su hermana, además que debía avisarles del regreso de la Bruja Blanca, pero sentía cómo sus ojos comenzaban a cerrarse y su vista se oscurecía. Creía escuchar ruidos a su alrededor acercándose a él, pero seguramente su oído también comenzaba a fallar, sin embargo, pudo ver una sombra salir de entre los arbustos y pararse frente a él, después de eso cayó sumido en la oscuridad.
--- ¡Señor Liebre, señora Liebre, vengan a ver esto! ---gritaba una gran tortuga junto a Edmund.
De entre los árboles dos liebres más grandes que las liebres comunes, se acercaron saltando hasta ella.
--- ¡Oh, pobre muchacho! ---exclamó la señora Liebre al ver a Edmund herido e inconsciente.
--- ¿Pero qué le ha pasado, señora Mandy? ---preguntó el señor Liebre a la tortuga, intrigado por el estado de Edmund.
--- Lo escuché pelear contra ese calormeno ---explico la señora Mandy, señalando el cadáver que estaba unos metros más lejos--- debió haber estado en la batalla que se estaba dando cerca de aquí.
--- ¡Pero es tan joven! ---dijo indignada la señora Liebre--- ¿Cómo pueden dejar que pelee?
--- Después nos preocupamos por eso ---dijo el señor Liebre--- hay que ayudarlo rápido o morirá.
Con la gran ayuda de la señora Mandy lograron llevar a Edmund hasta la madriguera del señor y la señora Liebre.
---Rápido, querido trae algunos trapos y vendas para evitar que se desangre. Está muy mal herido ---dijo preocupada.
--- Voy lo más rápido que puedo, querida ---dijo el señor Liebre buscando lo que le pedía su esposa.
Limpiaron y curaron sus heridas lo mejor que pudieron, ahora sólo dependía de Edmund el sobrevivir o no.
---No podemos hacer nada más por él---dijo el señor Liebre.
---Es joven y fuerte, seguro que lo logrará ---dijo la señora Mandy.
---Querido, mira esto ---dijo la señora Liebre, sosteniendo la cadena que pendía del cuello de Edmund.
Él y la señora Mandy se acercaron a ella y pudieron leer claramente las palabras que había escritas y entendieron rápidamente a quién tenían enfrente suyo al borde de la muerte.
--- ¡Por la melena del León! ---exclamó el señor Liebre.
Lucy y sus dos pequeños acompañantes, cabalgaron hasta estar lo suficientemente lejos del castillo y luego tuvieron que detenerse, pues la noche no les permitiría seguir más lejos e hicieron una pequeña fogata para calentarse y dormir un poco.
La noche era muy fría ya que el invierno estaba muy próximo. Mientras Trumpkin y Reepichip dormían, Lucy miraba tristemente el cielo cubierto de nubes, pensaba en lo que estaría pasando Edmund, perdido en algún lugar; debía encontrarlo, pero a pesar de tener la ayuda sus amigos sentía que le hacía falta algo más. Necesitaba el apoyo de sus hermanos, saber qué estaban con ella para encontrar a su hermano.
---Peter… Susan… ---susurró al viento--- vuelvan.
--- Peter… Susan… ---murmuró Edmund entre sueños en la madriguera de los señores Liebre, mientras una fiebre alta lo asediaba--- vuelvan.
--- ¡Edmund! ¡Lucy! ---gritaba Susan desesperada bajo la lluvia a mitad de la ladera por la que habían caído sus hermanos. En aquel momento ella y Peter se habían deslizado persiguiéndolos pero su hermano la detuvo al verlos desaparecer.
--- Se han ido ---le explicó Peter, pero ella no le hizo caso, por lo que la dejó seguir.
Después de recoger los paraguas que habían dejado a un lado unos minutos atrás durante su pelea con lodo, Peter se aceró a ella, que no había dejado de gritar desde que sus hermanos se habían ido y puso una mano sobre su hombro para que le mirase.
--- Ya sabes a dónde han ido ---le dijo Peter con la mirada triste--- volverán pronto.
Las lágrimas de Susan se perdían con la lluvia y su mirada se fijó en el lugar donde sus hermanos se habían desvanecido.
--- Quisiera poder ir con ellos ---dijo ella con la voz quebrada.
--- Yo también ---dijo Peter con gran dolor---pero no podemos hacerlo, ya no.
Les dolía tanto no poder regresar a Narnia, ver de nuevo a sus amigos, contemplar de nuevo los campos llenos de flores en la primavera y los árboles cobrizos en otoño, caminar por la orilla del mar en el verano y jugar con la nieve en el invierno. Extrañaban tanto a Aslan y los tiempos en que habían vivido ahí. Añoraban su hogar, su verdadero hogar.
--- Les hará bien estar ahí ---dijo Peter suspirando--- podrán olvidar un poco estos últimos días.
--- Sí ---concordó Susan con él, mirando aún por la ladera.
--- Regresemos al camino y esperemos a que regresen.
Susan asintió con la cabeza mientras Peter le pasaba un brazo por los hombros y con el otro sujetaba los paraguas. Estaban subiendo la ladera cuando un viento sopló y a sus espaldas escucharon unas voces conocidas.
---Peter…Susan…vuelvan.
Se escuchaban muy lejanas, pero aún así sabían de quienes eran y voltearon inmediatamente, pero ahí no había nada.
--- ¿Escuchaste eso? ---preguntó Peter algo asustado.
--- Debió haber sido sólo el viento ---dijo Susan también algo asustada.
Retomaron la tarea de subir la ladera, pero Susan se resbaló sujetándose de Peter quien no pudo sostenerse y ambos cayeron por la ladera.
Al tocar el duro suelo, se levantaron algo adoloridos notando que algo extraño sucedía. La lluvia había cesado, estaba muy oscuro y hacía mucho frío que se incrementaba con sus ropas mojadas. Miraron a su alrededor y a pesar de la oscuridad pudieron ver que estaban rodeados de árboles y no muy lejos de ahí un farol iluminaba con su pequeña llama el lugar. Se miraron un segundo y al instante gritaron con alegría sin poder creerlo.
--- ¡Hemos vuelto! ¡Hemos vuelto! ---y corrieron a abrazarse. No sabían cómo, pero habían regresado a Narnia. A su hogar.
¿Les gustó?
les traeré pronto el siguiente capítulo siempre y cuando tenga internet y no se me olvide con la tarea jejeje
Saludos!! |
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jillpole95 Novato
Reputacion: 0
Edad: 29 Registrado: 27 Ago 2009 Ultima Visita: 14 Oct 2010 Mensajes: 214 Ubicación: Colombia
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Publicado: Lun Abr 26, 2010 5:55 pm Asunto: |
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oye esta hermoso cada vez se pone mejor , me alegro mushisimo que Edmund se halla salvado pero pobresito que este herido , y me alegra que peter y Susan hallan vuelto , espero que continues pronto , no sabes la agonia de estos dias pensando en que le paso realmente a Edmund.
Te felicito , escribes excelente |
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divinafer Novato
Reputacion: 0
Edad: 28 Registrado: 11 Sep 2009 Ultima Visita: 18 Jun 2012 Mensajes: 381 Ubicación: el lugar mas hermoso del mundo
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Publicado: Mar Abr 27, 2010 6:39 pm Asunto: |
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Me alegra mucho que Edmund se salvara y todo este bien, aunque pobre chico....
que genial que Su y Peter hayan regresado...
siguele! |
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