Mie Nov 04, 2009 5:20 pm

La guitarra de Joe Pass emite una sucesión de sonidos que me desesperan, me duelen, me calman y me hacen, inmensamente feliz.
Me encanta escuchar música. Le tengo un respeto, un amor inconmensurables y quizá, lo reconozco, cierta adicción.
Mi oído es de esos que se adjetivan “de madera”. Bah, no sé si tanto así. En todo caso, no tengo buen oído, lo cual es algo que me molesta bastante. Creo que lo que me hace disfrutar, regocijarme, sumergirme y no querer salir es, simplemente, mi capacidad para el asombro. Hay ciertas obras de música, ciertos intérpretes que me desbordan. Me hacen sentir chiquitita, no sólo de edad sino también de tamaño. Es como vivir toda la vida al lado de un arroyito y de repente viajar al medio del océano. Atonta, calma, sorprende, desespera y, por encima de todas esas cosas, hace que uno caiga perdidamente enamorado de la sencilla y hermosa inmensidad.
Uso la analogía de la sensación que produce el ver el mar por primera vez porque no me salen, ni por asomo, las palabras que podrían describir los sentimientos que me desencadena la música. No es correcta, por supuesto, porque sólo habla de la primera impresión producida por el mar, en cambio, ah, con la música… uno se encuentra sintiéndose así de repente, o gradualmente, con algo recién escuchado o algo que ha sonado en nuestros oídos desde hace mucho tiempo. Asombra y enamora muchas veces, cada una como si fuese la primera y la única.

El otro día tuve la oportunidad de escuchar (y ver, vía YouTube) la Fantasie Impromptu de Chopin (creo que nunca la había escuchado antes, no al menos sabiendo de qué se trataba). Fue devastador. Hay ocasiones en las que sólo oír algo no me alcanza. Me produce tal torbellino que necesito darle una vía de salida. ¡Cómo extrañé mi bajo en ese momento! No toco bien, y no es falsa modestia; pero necesitaba, al menos, hacer un par de ejercicios con los dedos, tocar una base de blues, canalizarme un poco a través de las cuerdas como para apaciguar aunque sea una parte de la tormenta

Me gustaría, algún día, ser capaz de componer o interpretar lo que siento. Como no lo veo posible opto por, mientras tanto, hacer otra cosa. No dejaré de intentarlo, por supuesto. Mis metas son, en general, imposibles (incluso yo soy conciente de ello), lo cual no impide que siga trabajando en pos de cumplirlas.
Mientras espero tener el tiempo para poder dedicarme a esta meta en particular, la de ser capaz de compartir mediante sonidos la indescribible sensación musical, escribo. Intento interpretarles lo que me produce la música no a través de acordes, sino deslizando un lápiz sobre el papel. Y así, poco a poco, les hago leer mi melodía.
¿Alcanzan a escucharla?

Autor Mensaje
Adriano Me gusta ayudar, pero no se si mi blog tiene algo que decir en un sitio con el nivel IloveIU. Que cof1o, no tiene nada que decir.Esto de los blogs pracee estar de capa caedda frente a los 140 caracteres. Yo no me desmoralizo en exceso, espero que en IloveIU tampoco.Salud y Repfablica.
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