Está claro que no somos pepitas de oro para gustarle a todo el mundo, así como tampoco tenemos, por lo menos en mi caso, la paciencia suficiente para soportar las groserías de cualquier persona que se nos acerca. Y cuando digo grosería no solo me refiero a una broma pesada e imprudente, sino también a los malos comportamientos que se han vuelto habituales en la gente que anda por las calles, o en un lugar público cerrado. Es así que sin ningún tipo de educación estos seres casi irracionales se pasean por toda la ciudad mostrando su total ignorancia a cualquier regla de urbanidad, sea cual sea, faltando el respeto a los demás y exhibiéndose como un cavernícola de otrora. Es por eso que en esta entrada enlistaré las cosas que no tolero de la gente que trata la ciudad como si fuera un basural, que arruina el ornato tan solo abriendo el hocico, y también a los que ayudan a que esta escasez mental crezca cada día más. Estoy seguro que algunas serán compartidas por ustedes. Sin pica pica... • No tolero que la gente escupa al suelo, o arroje cualquier otro fluido que acompañe a la saliva. • No tolero que la gente orine en la calle para luego dejar un olor nauseabundo por los alrededores. • No tolero que los conductores del transporte público y privado, pero sobretodo el público, toquen el claxon sin ninguna razón. • No tolero que la gente arroje su basura al suelo teniendo el tacho a su ladito. • No tolero a los borrachos que toman sus tragos en la esquina de la cuadra y que vociferan sapos y culebras hasta el amanecer. • No tolero a los que se creen los bacancitos del barrio, cuando en realidad solo son unos atorrantes que son aplaudidos por otros más atorrantes. • No tolero a las chicas regias y bonitas que solo tienen en el cerebro a la nueva serie de moda, o al galán de la película estrenada. • No tolero que la gente mantenga las ventanas del ómnibus cerradas para convertirlo en un repentino sauna andante. • No tolero la exigencia de los vendedores ambulantes para comprar sus productos. • No tolero el “gana y gana” que juegan los choferes de transporte público para tener más pasajeros. • No tolero a las personas que hacen alarde de su sabiduría hablando con frases sacadas de enciclopedias científicas y/o religiosas. • No tolero que la gente no pague el dinero prestado por uno, y sea uno el que incómodamente tenga que hacerle el recordaris. • No tolero el tráfico creado por los peatones y vehículos en plena tarde de verano. • No tolero que la gente hable por el móvil con el altavoz activado haciendo pública su conversación. • No tolero las tertulias de señoras desocupadas que chismean de la vida de cualquier hijo de vecino, y menos a las cucufatas y mojigatas que se escandalizan por todo. • No tolero las faltas ortográficas adrede en las paredes de las calles, o en comentarios de blogs y foros virtuales. Todavía quedan muchas otras cosas que se me hacen difíciles soportar, pero eso lo considero un tema más personal. Lo de arriba es algo general, con el que cualquier persona de a pie (con sentido común) podría identificarse. Seguramente hay cosas que se hacen insoportables en mí, muchas en realidad, pero he aprendido a hacerlas dentro de cuatro de paredes, y no en lugares donde me podrían señalar o lanzar miradas acusadoras. Ojalá y esto pronto pueda cambiar, que con las reuniones internacionales que dentro de unos días tendrá como sede Lima sirva para que la gente sea más centrada en el momento de cruzar la puerta de su casa hacia la calle. Saludos .