El Ultimo Bastión

Joshua

Mar Dic 22, 2009 6:15 pm



Bueno este es un relato sobre zombies, espero les guste...



Capitulo 1

Hace muchos días que el sol no ha salido sobre la ciudad, hace semanas que el sonido de los coches y transeúntes no hacen mella en los nervios de los habitantes de la metrópolis dejando en su lugar calles vacías, muchas de ellas intransitables por los accidentes de coches y la basura que ocasiono la desesperación de los últimos días de la zona urbana.
Ahora en su lugar solo queda silencio, el silencio tétrico de la muerte, enmarcado en la lúgubre ciudad gris cubierta por inmensos nubarrones que parece han decidido estacionarse ahí y contemplar la soledad infinita de lo que antes fue la ciudad mas importante de la región.
Bajo el tranquilo atardecer invernal un muchacho paseaba por una avenida, su pelo liso y castaño caía limpiamente sobre su frente y cubría parcialmente sus orejas, su vista siempre era la misma, hacia el suelo, mirando melancólicamente como el ligero viento arrojaba sobre sus espinillas panfletos, periódicos y anuncios de ofertas del supermercado. Su paso lento denotaba tristeza, su rostro inexpresivo era el reflejo de su interior, una chispa dentro de él había sido apagada, y era posible que no se encendiera nunca más.
***
El tenue resplandor del fuego iluminaba a medias el cuarto, mostrando la suciedad, trastos y platos apilados en una esquina, trapos regados por todos lados mezclados con pedazos de cartón y bolsas de nylon con la marca del supermercado que las vio nacer borradas por los rayos ultravioleta. En medio del diminuto cuarto una joven de apenas 17 años revolvía el interior de una bolsa llena de pedazos de papel.
-¿Joshua no regresa sabes?- dijo
-Si lo sé, no he escuchado su voz, bueno no es que hable mucho, pero sabes que no puedes salir a buscarlo a esta hora, ya es muy tarde, ya regresara- la voz salió de en medio un bulto de mantas, segundos después la anciana se levanto dejando ver su cara enjuta y unos diminutos ojos nublados, a la joven jamás le había agradado, su apariencia le recordaba a una película de terror, y su forma de ser era cruel, a pesar de su ceguera y su condición decrepita seguía siendo avara, sabia que debajo de sus mantas apretujaba con todas sus fuerzas un collar de oro del que pendía un rubí.
-Es mi hermano, tengo derecho a estar preocupada-
-No niña, ahora nadie se preocupa por nadie, ¿acaso no crees que no me doy cuenta de que me alimentan con puras sobras?- Sandra sabía que la mujer mentía, pero mejor no discutir, ahora no podía pensar en otra cosa que en su hermano.
***
Joshua caminaba impasible por la avenida absorto en sus no pensamientos, en un intento de mantener reprimidos los recuerdos antes de que todo pasara una lagrima recorrió su blanca mejilla para terminar siendo limpiada por su manda. La calle donde se encontraba quedaba cerca de su escondite, a tan solo dos cuadras se encontraba el orificio de la casa de a atrás por donde él solía entrar.
Las sombras empezaban a dificultar la vista, era demasiado tarde, se había tardado demasiado, los primeros ya empezaban a vagar, no donde el estaba, pero podía escuchar sus gritos en la lejanía, esos gritos que se hacían insoportables durante las noches de insomnio. De pronto el semblante del niño cambio, de lo inexpresivo apareció el susto, el miedo.
***
Había observado el movimiento del muchacho durante un buen rato, parecía normal, o mejor dicho, estaba vivo. Edgar había pasado todo este tiempo sobreviviendo solo, hasta el punto de creer que era el ultimo humano, o incluso de ser un esquizofrénico embutido en una camisa de fuerza, y que todo este mundo lleno de porquería era falso, pero desgraciadamente para todos los infectados eso no pasaría jamás. El niño significaba mucho más para el que saciar la necesidad de compañía humana, el muchacho representaba la esperanza, esperanza que se iría al caño su no hacia algo, y pronto, pues justo enfrente del niño un hombre moreno, con alrededor de un metro con ochenta centímetros lo observaba, listo para el ataque, el rostro mutando de pasividad a cólera, enseñando unos dientes amarillos de los que pendían coágulos de sangre que salían de las encías carmesí. De un segundo a otro el engendro se abalanzó directo al niño, a la toda la velocidad que el cuerpo humano puede correr.
***
Joshua observaba incrédulo a la criatura que se acercaba a toda velocidad hacia el, muchos iguales había visto antes, y aun así siempre se congelaba cuando veía a uno, pero esto era diferente, el infectado venia directamente hacia el, quiso reaccionar, pero el revólver de su mano derecha no se movió, y en lugar de ver su vida pasar frente a sus ojos vio a su hermana llorando, cortándose las venas, o tal vez disparándose, y justo cuando se imaginaba los dientes del monstruo hundirse en su piel vio volar la masa encefálica del muerto, dejando un batidero en medio de la calle.
***
La chica se levanto de golpe mirando hacia la puerta, el disparo había sonado fuertemente seguido de alaridos y gritos de furia por todos los alrededores, los infectados habían despertado, y Joshua no regresaba. La joven sentía el corazón en la garganta y aun así no tenía el valor necesario si quiera para abrir la puerta del cuarto, o intentar asomarse por la ventana.
-¿oíste el disparo?- desde el fono del cerro de mantas la voz de la vieja sonaba adormilada, despertada de golpe en su ligero sueño.
-Sí, pero ese no es el revólver de Joshua, es una arma de mayor potencia, eso quiere decir que…
-Hay mas supervivientes- la interrumpió la anciana -si ese muchacho inútil lo trae aquí estamos salvados, ya no tendremos que comer la carroña que tu estúpido hermano consigue cuando se va de golfo por ahí
Sandra se limito a ignorar al comentario de la anciana, sabía que algún día pagaría todas esas palabras hirientes que escupe del hediondo agujero que antaño, en su juventud había sido una boca.
-¿No piensas siquiera asomarte a la ventana?-
-No, se que los veré, y no quiero verlos cuando Joshua no está, pienso que todos ellos van por él.-
-Que estupideces dices-
En la cabeza de Sandra el miedo y la desesperación no dejaban de generar imágenes de Joshua siendo devorado por los muertos, e incluso lo imagino como uno de ellos, mirándola con sus ojos inyectados de sangre y la expresión de odio cuando atacan. No se puedo contener más y se acurruco en una esquina, con la cara sumida en las rodillas.
***
Los ecos del disparo aún retumbaban en sus oídos cuando Edgar corrió hacia donde el muchacho se encontraba, el cadáver presentaba ligeras convulsiones mientras por un gran hoyo en el cráneo brotaba un torrente de sangre espesa, formando un asqueroso charco purpura en medio de la calle; Edgar tomo a Joshua por el brazo, ocasionando un susto terrible en el niño, quien se safó de un tirón y apunto con el revólver.
-¡baja el arma, estoy vivo!- Joshua apenas entendía lo que sucedía, y tardó varios segundos en organizar la información recibida en los últimos segundos para comprender el por que no estaba muerto, después de los cuales, su rostro regreso a ser el inmutable introvertido de siempre.
-No podemos quedarnos aquí, el disparo atraerá a muchos- Joshua se limito a afirmar con la cabeza, le dio una seña para que lo siguiera.
Los gritos y gruñidos no se hicieron esperar, todas las calles de alrededor estaban siendo inspeccionadas por los infectados mientras los dos supervivientes caminaban lo más aprisa posible sin que sus pasos sonaran fuertes en el asfalto, de pronto, Joshua dio una vuelta brusca en una esquina para luego desaparecer a la vista de Edgar.
-Joder niño, ¿Dónde estas?
La calle vacía inspiraba la intranquilidad de Edgar,¿ y si el niño era solo su imaginación?, podría ser solo un constructo mental generado por la necesidad de contacto humano, pero no, el niño que se asomaba por un vidrio roto era real.
La casa por la que Joshua se asomaba era la fachada de una casa vieja, su pintura que en algún momento fue verde olivo se descarapelaba en muchos lugares, dejando ver el color anterior de la casa, un horrible amarillo claro. Del techo se escurría una gran mancha de moho ocasionada muy probablemente por una fuga en el tanque de agua. Edgar se encamino a la puerta que estaba perfectamente disimulada por una barrera de tablas y basura.
-hay que agacharse para entrar- la voz de Joshua extrañó a Edgar por su monótono e inexpresivo timbre, carente de emoción, denotaba el vacio emocional del muchacho.
Después de pasar por un pequeño espacio entre los tablones y escombros Edgar pudo entrar a la casa, la luz en el interior era escasa, y la penumbra empezaba a hacer mella en la visión de los vivos. El cuarto donde se encontraban parecía ser la sala, y a la derecha un umbral parecía conducir al comedor, pues dentro de el se encontraba una mesa, que era el único mueble de la casa. Joshua esperaba al pie de las escaleras, donde solicitaba silencio al poner el dedo índice de la mano derecha sobre su boca cerrada. El chico hizo una seña para que lo secundara y subió, Edgar adelanto los pasos para alcanzarlo, odiaría perderlo de vista de nuevo.

El Trackback para esta entrada es:

http://www.foros.narniaespanol.com/trackback.php?e=836

Publica una Respuesta Página 1 de 1   

Autor Mensaje
Invitado







MensajePublicado: Jue May 30, 2013 12:02 am    Asunto:    

[b]
Volver arriba
Invitado







MensajePublicado: Vie May 31, 2013 4:29 pm    Asunto:    

[b]
Volver arriba
Lilmislovely
Invitado






MensajePublicado: Lun Oct 19, 2015 7:19 pm    Asunto:    

No se si soy BICI genia pero sed soy BICI adicta =) desde que en noevimbre 2011 me reencontre con la bici y pense9.. a ver q onda ir a laburar en bici ? No pare9 mas todos los dias Colegiales-Plaza de Mayo! es un placer! tardo menos que en subte y puedo RESPIRAR!!!Un placer poder participar!! Hay otra calle muy amigable Teodoro Garcia.. tiene una trepada linda de empedrado, pero esta muy buena y los conductores respetan bastante a los ciclistas!
Volver arriba
Mostrar mensajes de anteriores:   
Publica una Respuesta

Foros de discusión -> Blogs -> El Ultimo Bastión -> Joshua