[ Actual: Escuchando Concierto para dos violines en re menor de Bach
]
Bien, acá de vuelta.
Primero quiero agradecer muchísimo a quienes respondieron. Sirvió de mucho.
Muito obrigada (les agradezco en portugues, porque es más importante asi para mi)
Bastante de lo que voy a escribir coincide con la respuesta de Isa, porque.. bueno! parece que opinamos lo mismo del tema.
Cuando le puse título a este blog, creo que no tenía idea de lo que es sentirse aplastado. Creía saberlo.
Ahora si lo sé... creo que más que "aplastado" la palabra es "ahogado". Me senti ahogada.
Descubri que lo que me aplasta verdaderamente son las despedidas... esas que no tienen remedio... las que son para siempre... porque no se puede volver a repetir...
Despedidas grupales.
En este verano encontré a 39 personas que pasaron a formar parte de mi familia. De esas que solo se encuentran una vez en la vida.
Fue la primera vez en mi vida que pude ser yo misma, y no ser juzgada por ello, la primera vez que me senti tan aceptada y querida.
Conoci personas maravillosas, con un corazón de oro. Tenían una fuerza de voluntad increíble, y unas ganas de trabajar impresionantes.
¡Y eran de mi edad! ¿como explicarlo? Primera vez que me encontré con gente de esas características y de mi edad.
Para mi fue muy fuerte. Es decir, siempre me sentí un bicho raro, y no había conocido a nadie que fuese parecido a mi... y de golpe encontré a un montón de gente asi!
El lugar en que los conocí, y en el que convivimos, se convirtió en mi casa. Y no me di cuenta de cuanto los quería, y de cuanto los iba a extrañar hasta la mañana de la separación.
Esa separación fue la que me aplastó. Más que nada me aplastó el hecho de despedirme, sin poder comunicarles lo importantes que habían sido para mi. Estuve horas, y días llorando.
Ahora va mi respuesta a mi pregunta.
No, nada nos aplasta.
No mientras conservemos la voluntad de permanecer sin ser aplastados.
(Ahora me pregunto que carajo hago contando esto acá...
Bien, agradecería que no me juzguen)