Corazón de fuego

[chicapevencie97]

ooohhh.....muuy buuen cap.....!!!
me acabare las uñas....!!!!
siguelo pronto.......

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No te detengas en el camino, no importa cuantas veses te hayas caido, sino... cuantas veses te has levantado!!!

Mi FanFic
Nuevos Amigos En Narnia

[priscaspian]

que buen capitulo! estuvo muy intenso y con mucha
accion jeje que emocionante pero me tienes con la duda
de donde esta Caspian espero que lo encuentren...
siguela pronto!

[lcov14]

Por si alguien no lo alcanzó a ver en la página anterior, el capítulo 9 ya fue publicado ;) A los demás lectores, agradezco muchísimo sus comentarios, en serio significan mucho. Probablemente hoy suba el siguiente capítulo. Así que estén pendientes.

Saludos!

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Mis fics: El Caballero de Bronce y Corazón de Fuego

[minilucy]

como me gusta este fic es genial xfavor continualooo si?

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la esperanza es lo ultimo que se pierde...no te rindas el amor triunfaraa!!

[em-clark]

tengo un maal presentimientooo!!! espero que no le haya pasado nada a caspiaan me encanta la historiaa siguela luegiito pliiis!!!!
besoos

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La inteligencia... el mejor amigo de cualquier hombre.

[lcov14]

Capítulo 10
El campamento

Los cinco muchachos iban a paso veloz por entre los valles y praderas que se abrían a ambos lados del gran río; la infiltración al castillo de Aara, la bruja, no había sido muy satisfactorio y los chicos se mantenían pensando en formas de rescatar a Caspian.
-En los calabozos no había nada. Y seguro que la bruja estará furiosa cuando se entere de que he matado a Tragón –iba diciendo Susan mientras se alejaban más y más del castillo.
Aparentemente, el rey no se encontraba en aquel castillo, y si lo estaba, era muy difícil que pudieran volver a entrar de aquella manera. De esa forma, habían decidido que Cair Paravel sería su siguiente destino a visitar, y esperaban que ahí encontraran algo más alentador que lo que habían visto en los últimos días. Esperaban reunir un ejército de batalla para rescatar a Caspian.
De vez en cuando los chicos se detenían a entrenar clavando sus flechas en robles y lanzando espadazos a árboles derribados para recuperar su buena condición. Una de esas noches, los chicos se encontraron con una ardilla parlante bastante animada que los invitaba a un campamento cercano a descansar.
-Tal vez ahí se relajen un rato –chillaba el animal con su aguda voz mientras corría delante de ellos -. Habrá comida, y bebida, ¡y un montón de almohadas de plumas!
Lucy se reía por la inminente hiperactividad del animal, pero seguido hablaba con él para vencer el aburrimiento. Agotados por todo lo que habían vivido hasta entonces, decidieron aceptar la invitación de la ardilla y visitar aquel lugar de descanso que tanto les presumía el pequeño animal.
Llegaron al campamento prometido a la tarde siguiente, y no tardaron en darse cuenta de que las cosas parecían muy animadas por ahí; se trataba de varios pabellones distribuidos alrededor de un claro, en cuyo centro ardía una gran hoguera, alrededor de la cual bailaban ninfas y dríades mezcladas con sátiros descarados que alzaban sus copas de vino por lo alto. Un grupo de sátiros tocaban una alegre música con sus flautas de junco y el conjunto entero de criaturas estalló en vítores cuando los chicos se unieron a su fiesta.
-¿Por qué celebran? –le preguntó Emily a Edmund.
-Supongo que simplemente son felices –respondió él, observando el baile alrededor del fuego.
De inmediato las ninfas se les acercaron para ofrecerles frutas, pan recién horneado, vino y agua helada, lo cual ellos agradecieron profundamente.
Bien apenas se hubieron instalado, una dríade traviesa se aproximó a Edmund y comenzó a enredar su cabello entre sus dedos, sonriéndole con picardía e invitándole a bailar con ella.
Emily puso cara de pocos amigos.
Edmund no vio inconveniente en ir a saltar con la criatura y pronto se vio inmerso en un mundo de pesuñas que brincaban por todos lados.
-Invítalo a bailar –animó Lucy a Emily, notando como su amiga miraba el espectáculo con pocos ánimos.
-Creo que está un poco ocupado –repuso ella mirando al segundo menor de los Pevensie, que se reía con ganas en compañía de aquella dríade escurridiza.
-Tal vez estaba esperando que la invitaras.
-No lo sé…
-Creí que tu habías sido la que había invitado a bailar a Edmund en la boda –le espetó la niña arqueando una ceja -. Bueno, entonces lo verás brincar por ahí toda la noche.
-Eres astuta, ¿eh?
-Me lo han dicho –admitió ella sonriente.
La chica suspiró y trató de ponerse en pie, pero no le parecía muy cortés interrumpir el baile por semejante tontería.
Lucy se levantó y se fue a platicar con la amable ardilla que movía los pies al compás de la música; de esa manera, Emily se quedó sola, pues Peter y Susan se habían unido al festejo.
Aunque le costaba admitirlo, tenía fuertes sentimientos por Edmund y se sentía confundida respecto a lo que él sentía por ella; aún no se había atrevido a decirle nada a ella, de forma que no podía estar segura de cuál era su verdadera intención. ¡Que difícil era comprender el amor y a los hombres!
-¿Por qué no te unes? –dijo entonces una voz, interrumpiendo sus pensamientos. Era Edmund, que había dejado a la dríade, cuya expresión no parecía muy contenta.
-¿Has terminado de bailar con ella? –le preguntó con timidez.
Él se encogió de hombros y volteó a ver al grupo de dríades que se acercaba a consolar a su enojada amiga.
-Algunos espíritus del bosque son algo alocados –explicó Edmund dando una cabezada en dirección a la dríade -. Uno no sabe cuáles son sus verdaderas intenciones. Por eso es que los sátiros se divierten tanto con ellas.
-Ya veo.
-¿Y bien? –continuó él, como esperando algo -, ¿a caso no quieres bailar?
-Vaya, pues gracias –respondió y se puso de pie con una amplia sonrisa.
Ambos se dirigieron al abundante grupo que danzaba alrededor de la hoguera y comenzaron a moverse tontamente. En nuestro mundo les habría dado pena bailar así, pero en Narnia eran libres de hacerlo como ellos quisieran, sin límites ni prejuicios.
Continuaron danzando alrededor del fuego, mientras los sátiros se encargaban de alimentar las llamas, que ya había crecido hasta las corona de algunos árboles bajos; la fiesta duró varias horas más, hasta que a altas horas de la noche todos decidieron que era hora de irse a dormir.
-Ahora que lo pienso, nunca supimos a qué se debía la celebración –comentó Peter mientras se quitaba la camisa y la depositaba a un lado. Él y Edmund compartían uno de los pabellones pequeños, de forma que se estaban alistando para acostarse y se limitaban a ver pasar algunas sombras al otro lado de la carpa, seguramente sátiros encargándose de limpiar los rescoldos de la fogata.
-Tienes razón –coincidió su hermano -. Por lo general hay un motivo para que celebren de esta forma.
Algunas voces sonaron afuera; era un murmullo apagado.
-¿A mis señores se les ofrece algo? –preguntó un fauno, asomándose desde la entrada.
-Nos preguntábamos a que se debe la celebración.
-Bueno, eso es muy simple –respondió la criatura con una amplia sonrisa -. Verán, corre el rumor de que estamos a punto de presenciar algo muy especial. Se ha dicho que Aslan está nuevamente en Narnia. Hace ya muchos años que no se sabe de él por estos lugares.
-Bueno, eso es un gran motivo para celebrar –coincidieron los hermanos y el fauno salió de la tienda con una sonrisa que revelaba su emoción.
-¿Crees que venga para ayudarnos? –inquirió Edmund acomodándose entre las sábanas y cobertores.
-Pues eso espero –repuso su hermano y ambos se quedaron dormidos.
Aquella noche Edmund tuvo una pesadilla; por alguna razón soñó el momento en que Ria, aquella chica narniana de que quién se había enamorado tiempo atrás (y de cuya historia prefiero no narrar en este momento, insisto), se había marchado muy lejos de él; demasiado lejos.
Había sido algo realmente deprimente, pero ahora que lo había superado del todo, existía un miedo en su interior que le impedía respirar… Se sintió asfixiado cuando vio el rostro de Ria sonriéndole, hablándole, riéndose a su lado mientras rodaban por una ladera cubierta de césped… Y entonces despertó.
Miró a su alrededor alarmado y vio que Peter también se había levantado; habían escuchado un terrible grito a fuera.
-¿Qué ocurre? –inquirió Edmund alarmado.
Su hermano se levantó y se asomó al exterior.
Definitivamente algo malo estaba ocurriendo.

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Hola a todos! Muchas gracias por continuar fieles a la historia, sus comentarios son lo que me tiene aún aquí jeje. Bien, este es el décimo capítulo; en realidad mis planes hasta el momento apuntan a que estamos a la mitad de la historia, así que espero que les siga gustando y claro, recuerden que pueden dejar cualquier sugerencia, comentario, etc. Espero estén bien.

Saludos!

[andy pevensie]

que intriga!!! que es lo que estara pasando?? continualo pronto =DD y en el anterior cap. no puede dejar comentario pero da igual xD te quedo genial =))

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Mi fic:
Una nueva aventura en Narnia

[gegejeje]

ahhh no puedes cortar el capitulo ahi!!!! que malo!! no desjaste con la intriga!!!!! jaja buenisimo el capitulo
sigue asi
saludos

[chicapevencie97]

ohoh queee iiiintriiigaaa me has dejado.....
buenisiiiimooo cap
continua pronto....

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Mi FanFic
Nuevos Amigos En Narnia

[priscaspian]

que buen capitulo! me gusto mucho que Emily
se atreviera a pedirle a Edmund para que el tenga
claro lo que ella siente... creo que se corresponden
bien jeje ojala este en lo correcto continuala
pronto si? me dejaste intrigada

[em-clark]

aaarg driades escurridizas hahaha!!! me encanto el cap creo que definitivamente se corresponden ed y emily!! esperemos que sii!!
te esta quedando genial siiguela pliiis!!!
besoss

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La inteligencia... el mejor amigo de cualquier hombre.

[lcov14]

Capítulo 11
Emboscada

Varios gritos más resonaron en el exterior y Edmund y Peter se apresuraron a calzarse los zapatos de nuevo para echar un vistazo.
A fuera todo era un caos; Lucy, Susan y Emily habían salido de su propio pabellón y miraban confundidas al tropel de criaturas que corría de un lado al otro. Los estaban atacando.
Los hermanos Pevensie desenfundaron sus espadas de inmediato y salieron en dirección a las criaturas que salían del bosque, lanzando numerosos ataques con sus espadas, garras, colmillos o flechas. Se hizo una gran confusión mientras las dríades y ninfas del campamento huían despavoridas y los sátiros y faunos reunían sus armas para resistir el ataque.
-¿Qué está pasando? –preguntó Emily acercándose a Edmund.
-No lo sé –respondió el muchacho, y entonces le entró un fuerte temor a la mente; se sintió abrumado -. Escóndete Emily.
-Pero no quiero ver cómo…
-¡Haz lo que te digo! –le espetó el chico bruscamente.
Ella se retiró un poco al momento en que un enorme murciélago se acercaba volando a Edmund y lo derribaba.
Susan se dio cuenta de ello y tensó la cuerda de su arco, disparando una flecha que entró directo en el pecho oscuro del animal.
Peter por su parte rasgó el aire con su espada, disparando mandobles una y otra vez para apartar a una de las criaturas; Edmund estaba a punto de levantarse, pero entonces un leopardo arqueó las patas delanteras, listo para saltar por su presa. Emily se dio cuenta de ello y saltó para evitarlo, pero Edmund logró incorporarse y empujó a la chica con el hombro, haciéndola rodar por el césped hasta que fue a parar al lado de un tronco derribado.
-¡Apártate!
Ella estaba convencida de que Edmund lo había hecho a propósito. ¿Por qué de repente se estaba comportando como un patán con ella? No lo sabía, pero se sintió mal con ello.
Un sátiro saltó desde la rama de un árbol y derrumbó a uno de los enemigos, muy cerca de dónde Lucy se ocupaba de evadir a un atacante.
-¡Retirada! –bramó un fauno, haciéndose oír por todo el campamento -¡Saben a dónde tenemos que ir!
Entonces todo se volvió más confuso; los bandos se combinaron y marcharon por todos lados, internándose entre la espesura del bosque.
-¡No entiendo cómo nos han localizado! –exclamó Peter mientras seguía al grupo de huída -. Esas criaturas pertenecen al ejército de la bruja.
Entonces Lucy lo recordó. Tomó su mochila de provisiones y hurgó hasta que consiguió sacar de ella la bufanda de lana que le había dado Aara.
-¿Creen que esto tenga algo que ver? –preguntó la chica.
-No lo sé, pero mejor será que te deshagas de ella. No sabemos qué clase de embrujo podría haber puesto a esa bufanda.
Lucy tiró la bufanda al suelo y se unió al resto de los que zigzagueaban por entre los árboles, lejos del campamento.
Pasada una media hora, Peter, Susan, Edmund, Lucy y Emily se encontraron en un lugar seguro y despejado, de forma que se sentaron en el césped a tomar aire. Emily parecía muy afligida.
-¿A qué se debió ese ataque? –inquirió Susan recostándose.
-Creo que la bruja recibió el rumor sobre la llegada de Aslan a Narnia. Tal vez pensara que todos los que estábamos ahí éramos parte de su ejército y planeó el ataque para reducir las posibilidades de una guerra.
-¿Aslan está aquí? –preguntó Lucy con renovada emoción.
-Es lo que se dice.
-No creo que debamos ir a buscar a Aslan, al menos no hasta que hayamos inspeccionado Cair Paravel –musitó Edmund seriamente. Se había dado cuenta de las continuas miradas de reproche que le dirigía Emily.
-Pero él nos puede ayudar.
-No sabemos en dónde podría estar Aslan. Todo el campamento se separó en cuanto emprendimos la retirada, y ahora no sabemos a dónde se han ido.
-Reclutemos tropas en Cair Paravel –propuso Susan -. Así iremos todos hasta Aslan y pelearemos contra esa bruja.
-Ya pensaremos en ello luego –dijo Peter -. Por ahora, creo que todos necesitamos dormir un poco.

Edmund fue el primero en despertarse; sus hermanos estaban acostados en círculo, alrededor de una fogata casi apagada. Todo estaba muy oscuro y sólo se oía el sonido de los grillos y la respiración acompasada del resto.
Aún había una fuerte preocupación en su pecho y no podía arrancarla de ahí. Miró al cielo cubierto de estrellas y suspiró profundamente. Aquel sueño que había tenido antes de la emboscada lo había puesto muy nervioso.
Se fue a sentar a la orilla de un arrollo que corría cerca de ellos, con el agradable sonido del agua fluyendo. Y sólo se quedó ahí sentado, pensando en todo.
-¿Por qué te portaste así conmigo? –lo interrumpió de sus pensamientos una voz detrás de él.
El chico se sobresaltó y vio como Emily se aproximaba hacia él con las manos cruzadas en el pecho.
-¿Eh?
-No me ha hecho gracia como te has portado –le espetó.
-¿De qué hablas? –preguntó, un poco irritado.
-¿Por qué simulas que no sabes de que hablo? Edmund, cuando huíamos me hablaste de forma desagradable. Y luego me empujaste a propósito. No fue muy amable.
-¡Estábamos en medio de una invasión! ¿Esperabas que te subiera en una litera y te cargara?
-¡Por supuesto que no! –Exclamó ella indignada -¡Lo hiciste a propósito, Edmund! Me trataste como… como una niña. Por no decir otra cosa.
-Ah, disculpa. No sabía que querías recibir trato de una princesa –murmuró él con ferocidad. Había algo en su garganta que bullía como ácido, algo que lo hacía sentirse de esa manera.
-¿Una princesa? ¡Edmund, sólo esperaba que no me trataras como una tonta! Y después de eso aún me miraste como un estorbo.
-Mira, yo sé que no debí…
-No, Edmund. Creo que algo extraño te pasa –le confesó -, sólo pienso que pudiste haberme tratado más amablemente. Yo no tengo la culpa de lo que te ocurre para que te pongas así.
-No seas infantil.
-Tú eres el que no puede darme una explicación a tu comportamiento de idiota –exclamó bastante enojada, sintiendo como las lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos.
-¿No te das cuenta? Te estás peleando conmigo por una tontería.
-Pues para mí no lo es –le aseguró limpiándose el rostro con la manga -. Sólo esperaba que me dijeras qué es lo que te ocurre. No trataba de quejarme, sólo quería saber por qué te comportaste así.
-¡Ocurre que me importas mucho! Más de lo que tú crees…
Ella negó con la cabeza y se fue, sollozando silenciosamente.
Edmund se derrumbó en el césped y se mojó el rostro con la helada agua del arroyo. ¿Por qué había reaccionado de aquella manera? No había sido su intención, pero… ¿Por qué había sido tan poco agradable con Emily? Suspiró y cerró los ojos con desesperación. Edmund se preguntó si habría perdido sus oportunidades con ella…

Cuando Edmund regresó al lugar donde habían acampado, se encontró con que sus hermanos ya habían despertado. Peter estaba limpiando su espada sobre el mullido suelo, mientras que Susan y Lucy se encargaban de recolectar frutas y otros alimentos de los alrededores. Emily estaba con la espalda recostada sobre un árbol, ocupándose de equipar las mochilas sin dirigirle mirada alguna al muchacho.
-¿Ha ocurrido algo? –le preguntó Peter en voz baja a su hermano.
Él negó con la cabeza, sin ánimos de hablar al respecto.
Susan y Lucy regresaron con los brazos llenos de frutas y las lavaron con un poco de agua del arroyo.
-Parece que todo está listo –dictaminó Susan, contando las flechas que quedaban en su aljaba -. Creo que necesitaré armarme pronto.
-Bueno, pues les tengo buenas noticias –anunció Peter -. Estuve explorando un poco las colinas que están por allá. ¡Logré ver el mar! Estamos muy cerca de Cair Paravel.
Y todos (por excepción de Edmund y Emily), emprendieron el camino con mucha emoción de estar tan cerca de su destino: la capital de Narnia.

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Hola a todos! Espero que estén bien esta semanita, al menos aquí todo perfecto Bien, pues lamento haberme tardado más que lo de costumbre para publicar el capítulo, pero es que por alguna cosa u otra, no había podido entrar a actualizar. En fin, les agradezco muchísimo sus comentarios y espero que sigan dejándolos en los próximos caps. Disfruten el resto de su fin ;)

Saludos!

[andy pevensie]

el cap. me ha gustado mucho, ha estado muy bien, que bien que esten cerca de cair paravel, a ver que es lo que va a pasar ahora, continualo pronto =DD

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Mi fic:
Una nueva aventura en Narnia

[gegejeje]

excelente capitulo... muy bueno me parecio que mezclaste tanto accion como romance realmente me gusto mucho
saludos

[chicapevencie97]

hahaha.....que mal que edmund se comporte haci.....
pero debe de haber una razon......!!!
lo estas logrando.....me has vuelto adicta a tu fic.....jejeje
continua pronto que me muero de ancias por saber que mas pasara....!!!
pasa por el mio...!!!!

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Nuevos Amigos En Narnia