HISTORIA
Un cronopio pequeñito buscaba la llavede la puerta de la calle en la mesa de luz, la mesa de luz en el dormitorio, el dormitorio en la casa, la casa en la calle. Aquí se detenía el cronopio, pues para salir a la calle precisaba la llave de la puerta.
Me pareció justo (haciéndole honor a mi Rey Edmund) dedicarle un espacio al Señor Julio Cortázar... Sin más palabras[/b]_________________
Atentamente Lady Laura, Condesa y Sacerdotisa de los Páramos de Farol