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La Guerra, el Regreso y el Brazalete


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zafiro_star
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MensajePublicado: Mar May 04, 2010 12:41 am    Asunto: 7to Capítulo: Búsqueda Responder citando

Hola de nuevo!!gracias por sus comentarios n.n
este capítulo creo que está algo largo pero espero que igual lo disfruten
Sonriendo



7.- Búsqueda



Peter y Susan dieron un par de vueltas saltando y gritando de alegría, rompiendo el gran silencio del bosque. Se sentían inmensamente felices que las preguntas sobre el por qué de su regreso se habían quedado en el olvido en ese momento y se centraban en sonreír y contemplar su alrededor, aunque éste estuviera muy oscuro ellos aún así podían recordar sus colores con claridad, el olor que desprendían las flores, el viento tocando su cara y alborotando su cabello, el sonido en la mañana de las aves cantando alegremente; todos sus recuerdos volvían tan claros cómo si hubiera sido ayer que se habían ido y pensado que no volverían a verlo nunca más.
Sopló un viento helado que los hizo estremecerse y darse cuenta que seguían mojados por la lluvia.
---Hace mucho frío---dijo Susan temblando y abrazándose a sí misma intentando darse calor.
---Pronto deberá ser invierno, sino es que ya lo es ---razonó Peter abrazando a su hermana y mirando a su alrededor buscado algún lugar para refugiarse, después de todo no podían ir muy lejos de noche.
--- ¿Dónde crees que puedan estar Lucy y Edmund?
---No lo sé ---dijo Peter recordando que sus hermanos habían llegado antes que ellos--- los buscaremos mañana, ahora hay que encontrar un lugar dónde protegernos del frío.
--- La casa del señor Tumnus está por aquí, ¿no? ---recordó Susan--- tal vez podamos refugiarnos ahí.
--- Si es que aun existe ---respondió Peter sin mucha esperanza de que aquella cueva siguiera ahí--- han pasados siglos, tal vez no quede nada.
---Nada perdemos con intentarlo.

Peter recogió los paraguas que había tirado al abrazar a su hermana y ambos se encaminaron a la cueva o por lo menos a la dirección donde debería estar. Caminaron por un buen tiempo hasta llegar a donde vivió alguna vez el señor Tumnus, les sorprendió ver que seguía ahí, algo diferente en la entrada, después de todo había pasado demasiado tiempo; pero lo que más les intrigó fue ver que salía humo de una pequeña chimenea. ¿Quién podría vivir ahí?
Se acercaron cautelosos a la entrada y golpearon a la puerta suavemente, ésta era más pequeña de lo que recordaban. Se escuchó un sonido dentro y pasos acercándose a la puerta. Al abrirse de golpe, un viejo enano se asomó por ella con cara de pocos amigos.

--- ¿Quiénes son ustedes? ---preguntó con desconfianza.
--- Lamentamos molestarlo, señor ---dijo Peter---soy Peter Pevensie y ella es mi hermana Susan. Necesitamos refugio, ¿Podría ayudarnos?
--- ¿Creen que meteré a mi casa a dos extraños? ---preguntó como si le estuvieran haciendo una broma.
--- Por favor, señor---rogó Susan--- No somos extraños, hace frío y estamos mojados, no tenemos a dónde ir.
El enano los miró unos segundos viendo cómo Peter y Susan temblaban incesantemente.
--- Pasen ---dijo con un suspiro resignado y metiéndose nuevamente a su casa dejándoles pasar--- no puedo dejar que dos chiquillos se mueran de frío en mi entrada, tardaría mucho en quitarlos de ahí. Y llámenme Truman.
--- Gracias ---dijeron Peter y Susan aliviados, ignorando el último comentario y entraron a la casa.

Era completamente diferente a como había sido cuando el señor Tumnus vivía ahí. El lugar era amplio y un poco oscuro, armas y escudos colgaban de las paredes, había una gran pila de libros y papeles dispersos por todo el lugar y una gran fila de cuadros colgados también sobre la chimenea, todos ellos de enanos. La chimenea estaba encendida y dentro tenía una olla que desprendía un olor agradable abriéndoles el apetito, los sillones eran muy pequeños para ellos por lo que se sentaron en el piso. El enano regresó con unas cuantas mantas y se las entregó.
---No son muy grandes pero les servirán para secarse un poco ---dijo Truman tratando de mostrarse indiferente--- acérquense al fuego para que no tengan frío.
Ambos le respondieron con un gracias mientras tomaban las mantas y se acercaban a la chimenea.
---Oye ---le habló Susan a Peter mientras miraba los cuadros--- no se te hace conocido ese de allá ---dijo señalando uno de ellos.
Peter miró hacia el cuadro que le señalaba su hermana y lo examinó atentamente, en él había dos enanos, uno de ellos era el que los había acogido y el otro era…
--- ¡Trumpkin! ---exclamó Peter al reconocerlo, se veía un poco más joven, pero aún así sabía que era él.
--- ¿Así que conocen a mi nieto? ---preguntó el enano mirando el cuadro también a un lado de ellos.
--- Es un amigo ---respondió Peter--- lo conocimos cuando peleamos contra Miraz y los telmarinos.
--- ¿Miraz? ---dijo asombrado Truman--- entonces…ustedes son…son… ---estaba tan sorprendido que no le salían las palabras--- los reyes de antaño de los que Trumpkin me habló.
--- Así es ---respondió Susan--- ¿Sabe cuánto ha pasado de eso? ---preguntó esperanzada, aunque no lo admitiera al saber de Trumpkin le hizo entusiasmarse, Caspian tal vez seguía vivo.
--- Sólo un año ---dijo el enano recuperándose de la impresión. Al oír eso Peter y Susan se miraron sonrientes ¡Sus viejos amigos aún vivían! ---creí que habían regresado a su mundo.
---Lo hicimos ---le explicó Peter--- pero por alguna razón hemos vuelto.
---Supongo que será por los calormenos ---dedujo Truman diciendo con desprecio la última palabra.
--- ¿A qué se refiere?---preguntó Susan preocupada al oír hablar de calormenos, tenía muy malos recuerdos de ellos.
---Ellos han estado invadiendo Narnia desde hace un tiempo ---dijo el enano con amargura--- y han atacado a varios pueblos cercanos.
--- ¿Caspian no ha hecho nada para detenerlos? ---preguntó Peter incrédulo.
---Claro que lo ha hecho, pero de nada ha servido ---dijo frustrado--- los calormenos siguen infiltrándose y lo que es peor ya han declarado la guerra.
--- ¡No puede ser! ---dijo Susan asustada --- ¿Crees que Edmund y Lucy participen? ---preguntó a Peter que cuyo rostro expresaba al igual que ella preocupación y miedo.
--- No lo sé ---dijo preocupado--- ni siquiera sabemos dónde están.
--- ¿Se refieren a sus hermanos? ---preguntó Truman.
--- ¿Sabe algo de ellos? ---dijo Susan angustiada.
--- En este lugar es muy difícil que se sepa algo ---dijo Truman--- pero si han vuelto seguramente estarán en Cair Paravel.
--- ¡¿Cair Paravel?! ---dijeron sorprendidos.
--- Así es, Aslan lo reconstruyó para que el rey Caspian gobernara desde ahí.
--- Debemos ir ahí enseguida ---dijo Peter levantándose del suelo y caminando hacia la puerta.
--- ¡De eso nada! ---exclamó Truman--- no los dejaré irse en plena noche y con este frío.
--- Pero debemos encontrar a nuestros hermanos ---explicó Susan.
--- Perdiéndose en el bosque no los encontrarán ---dijo el enano mientras sacaba unos platos de la alacena--- se quedarán aquí hasta que amanezca y entonces yo los acompañaré hasta ahí ---dijo terminantemente ---- además, hace tiempo que no veo a mi nieto.
Peter y Susan no pudieron oponerse, pues Truman tenía razón, se perderían si salían con tal oscuridad. El enano sacó tres pequeños platos y los puso en la mesa, después sacó la olla de la chimenea y comenzó a servir la cena.
---Será mejor que coman algo y duerman un poco--- dijo entregándole un plato a cada quien--- mañana será un día muy largo.
Ambos sabían que así sería pues no estaban dispuestos a detenerse hasta llegar a Cair Paravel y saber que sus hermanos estaban bien.

No había pasado mucho desde que se empezaron a oír los ronquidos de Truman, aún así no habían podido conciliar el sueño.
--- ¿Estás despierto?---preguntó Susan en voz baja volteando la cabeza hacia Peter.
---Si ---dijo éste mirándola también--- no puedo dejar de pensar en ellos.
--- Ni yo---dijo Susan--- siento que algo va mal.
---Yo igual---dijo preocupado---quisiera estar ya en Cair Paravel.
---Si estamos cansados avanzaremos más lento, así que será mejor dejar de pensar en eso y dormir---dijo Susan.
---Tienes razón---dijo Peter---sólo espero poder hacerlo--- y ambos volvieron a intentar dormir.
La mañana llegó demasiado rápido y a su parecer no habían dormido nada, pero ninguno se quejó pues necesitaban llegar cuanto antes al castillo. Truman había preparado comida para el viaje mientras Susan y Peter estaban dormidos y ahora bajaba una ballesta de la pared.
---No es seguro viajar sin armas ---les explicó--- los calormenos pueden merodear por aquí, así que será mejor que ustedes también tomen una.
Peter tomó una espada, aunque era muy pequeña para él ya que estaba diseñada para enanos ebn vez de humanos. Susan escogió un arco que era perfecto para ella.
---Se lo quité a un calormeno hace unos días---dijo Truman orgulloso--- mi nieto cree que ya no puedo pelear y lo tomé para demostrarle que mientras pueda caminar, puedo pelear.
Una vez listos con todo lo que necesitarían, partieron rumbo a Cair Paravel con Truman al frente guiándoles por el bosque.


Desde que amaneció se habían apresurado a llegar a dónde se había llevado a cabo la batalla. Lucy imaginó que su hermano debería estar por ahí y Trumpkin y Reepichi estuvieron de acuerdo en buscar por ahí primero. En esos momentos seguramente Caspian ya habría notado la ausencia de ella y sus acompañantes por lo que debía encontrar a Edmund antes de que la encontraran a ella.
Al llegar, el panorama que se mostraba era realmente deprimente y desagradable, los cuerpos de los calormenos estaban por todo el prado, sus compañeros ni siquiera se molestaron en darles un entierro decente, simplemente los abandonaron. Recorrió con su mirada el lugar, no había señales de que algún narniano quedara por ahí así que Edmund debía estar en otro lugar o lo hubieran notado.
---Aquí es poco probable que se encuentre ---dijo Trumpkin pensando lo mismo que ella--- deberíamos buscar en los alrededores, sería la única razón del por qué no lo vieron.
---Tienes razón---dijo Lucy--- separémonos para cubrir más terreno.
---Es peligroso separarse---le dijo Trumpkin molesto--- los calormenos pueden seguir por aquí, tú no irás sola.
---No te preocupes, mi pequeño y valiente enano ---dijo Reepichip --- yo iré con ella por acá, mientras tú buscas por aquel lado, te prometo protegerla con mi vida.
---Se muy bien cuidarme sola ---les reprochó Lucy--- buscaremos los tres por separado ---dijo terminantemente a lo que ninguno de los dos pudo contradecirla. Reepichip ---le llamó Lucy--- ¿Cuál fue el último lugar en que viste a mi hermano durante la batalla?
--- Sería difícil recordar con exactitud ---dijo serio--- pero la última vez, luchaba por aquel lado---dijo señalando hacia su izquierda--- aunque en una batalla nunca te estás quieto y pudo cambiar de lugar.
---Pero es un buen lugar para empezar---dijo Lucy animada--- vamos, separémonos.
Los tres caminaron en diferentes direcciones y estuvieron un buen rato buscando, pero ninguno dio con Edmund.
Lucy buscaba desesperada por todos lados, sabía que debía estar por ahí, sin embargo, no podía verlo --- ¡Edmund! ---gritaba con todas sus fuerzas intentando recibir una respuesta --- ¡Edmund! ---nada. No se escuchaba ni el sonido de las aves, seguramente habían huido por la guerra.
Estaba por buscar a Trumpkin o a Reepichip para saber si habían tenido mejor suerte que ella cuando escuchó que alguien se acercaba, una pequeña esperanza surgió en ese instante en Lucy pero se desvaneció en cuanto vio con horror que un calormeno salía de los arbustos cargado con una ballesta. Lucy sólo acertó a correr lo más rápido que pudo mientras el calormeno comenzó a lanzarle flechas, afortunadamente ninguna había acertado pero no podía contar con que su suerte siguiera. Corría en busca de ayuda mirando de vez en cuando al calormeno que la seguía y en una de esas ocasiones tropezó con la raíz salida de un árbol, se levantó sin pensar en el dolor e intentó correr de nuevo, pero el calormeno ya la había alcanzado y le apuntaba con su ballesta.
¿Iba a morir ahí? No podía hacerlo hasta probar que su hermano estaba vivo. ¿Y qué pasaría con Peter y Susan? Al menos estaría con sus padres ---pensó.
Cerró los ojos esperando el disparo, pero cuando oyó el zumbido de la flecha no sintió dolor o algo parecido, por lo que abrió sus ojos y vio al calormeno muerto frente a ella. Giró su cabeza hacia donde Trumkin con arco en mano y Reepichip se acercaban corriendo.
--- ¿Estás bien? ---dijo Trumpkin preocupado--- ¡Por eso no quería que nos separáramos! ---le regañó sin esperar respuesta.
--- Lo lamento ---dijo Lucy aún con la respiración agitada.
--- Menos mal que sólo ha sido uno, majestad ---dijo Reepichip--- aunque si hubieran sido más los hubiera vencido fácilmente.
---Seguro que si---dijo Trumpkin sarcástico. Afortunadamente Reepichip no se dio cuenta--- Pequeña ---dijo esta vez más calmado--- nosotros tres no podremos encontrarlo en un bosque tan grande, necesitamos ayuda.
--- Pero nadie más me cree ---dijo Lucy con tristeza.
--- Por eso debemos volver y convencer a Caspian y él podría ayudarnos.
--- ¡Pero él cree que estoy loca, que me niego a creer que Edmund está muerto, pero no lo está! --- gritó con impotencia, mientras las lágrimas amenazaban con salir de nuevo.
---Lo sé ---dijo Trumpkin comprensivo--- pero, ¿cuánto tiempo nos tomará buscarlo?
--- En eso me temo que tendré que estar de acuerdo, majestad ---dijo Reepichip apenado--- ni siquiera yo podría buscar en todo el bosque tan rápido, debemos encontrar una manera más fácil de hacerlo.
--- Se que será imposible buscarlo, pero debo intentarlo ---dijo Lucy decidida--- es mi hermano y no puedo abandonarlo. Ayúdenme a buscarlo al menos por hoy, si no lo encuentro les prometo regresar y convencer a Caspian de que nos ayude---suplicó Lucy.
--- Esta bien ---respondió Trumpkin--- pero esta vez no nos separaremos tanto, puede que ese calormeno no sea el único que ande por aquí.
--- Gracias.
Y siguieron buscando arduamente antes de que el día acabara y su tiempo se terminara.


Había voces a su alrededor, intentó abrir los ojos mas éstos no le obedecían y permanecían cerrados, sentía dolor en cada parte de su cuerpo que le impedía moverse, estaba confundido, no recordaba con claridad lo que había sucedido y dónde se encontraba, podía percibir un olor agradable a comida y nuevamente voces que estaba seguro no conocer. Una vez más intentó abrir los ojos consiguiéndolo por fin, tardando unos segundos en enfocar su vista.
Se encontraba en una pequeña madriguera, o al menos eso creía, las sillas y demás objetos eran pequeños comparados con él, por lo que se hallaba recostado en el suelo y cubierto con mantas, parecía un lugar agradable. Las voces cesaron y vio unas sombras acercarse, cuando estuvieron a su lado pudo ver que eran dos liebres y una gran tortuga.
--- ¡Qué alivio que haya despertado! ---dijo contenta la señora Liebre.
--- ¿Dónde estoy? ---preguntó Edmund débilmente.
--- En nuestra humilde casa, majestad ---respondió el señor Liebre--- soy el señor Liebre y ella la señora Liebre y nuestra amiga la señora Mandy.
--- Sólo Mandy ---dijo la tortuga amablemente.
--- ¿Cómo llegue aquí? ---preguntó de nuevo.
--- Escuché tu pelea contra el calormeno ---explicó la señora Mandy--- y te encontré muy mal herido por lo que les pedí ayuda al señor y la señora Liebre.
--- Le trajimos aquí y curamos sus heridas---terminó el señor Liebre--- no sabíamos que era usted hasta que vimos su collar, majestad.
--- Pueden decirme sólo Edmund ---pidió él--- después de todo ustedes me han salvado la vida.
--- No íbamos a dejar a un muchacho morir si podíamos evitarlo ---dijo la señora Liebre.
--- Aún así, no saben cuánto se los agradezco ---les dijo sinceramente, no podía pensar en lo que sentiría Lucy si él hubiera muerto y lo que sentirían sus hermanos también, una muerte más tan pronto los destruiría.
--- Después de todo, Edmund--- le habló la señora Mandy--- ¿Qué hacías tan alejado de la batalla? Si no te hubiera encontrado en este momento estarías muerto--- Su pregunta le hizo recordar la guerra y el porqué se había adentrado en el bosque.
--- ¡Es verdad, tengo que avisar a Caspian! ---dijo de pronto e intentando levantarse con un gran esfuerzo que le dolió mucho.
--- ¡Tranquilízate, Edmund! ---le dijo el señor Liebre, intentando que Edmund se recostara de nuevo--- tus heridas aún no sanan y pueden volver a abrirse. ¿Qué es lo que pasa?
--- Tengo que decirle a Caspian que hay un mal peor que los calormenos cerca ---dijo Edmund intranquilo.
--- ¿Algo peor? ---dijo preocupada la señora Liebre--- ¿Pero qué es?
--- La Bruja Blanca ha vuelto.
La expresión de los tres se volvió de terror al escuchar sus palabras.
--- ¿Es…Estás seguro? ---preguntó el señor Liebre asustado.
--- La he visto ---dijo Edmund gravemente--- por eso me alejé de la batalla---explicó--- la estaba persiguiendo pero desapareció y luego me topé con ese calormeno.
--- Esto es muy malo ---dijo la señora Mandy--- si la Bruja Blanca ha regresado, querrá apoderarse de Narnia y cubrirla de hielo para siempre como lo hizo hace más de 1300 años. Mi abuela me contaba historias sobre aquellos tiempos horribles que vivió; nosotras las tortugas vivimos muchos años.
--- Por eso debo advertirles ---explicó Edmund.
--- No podrás en ese estado ---le regaño la señora Liebre.
--- ¡Tengo una idea! ---dijo emocionado el señor Liebre--- Petirrojo siempre vuela por toda Narnia y frecuenta mucho estos lugares, seguramente no tardará en pasar por aquí, siempre viene a visitarnos cada dos o tres días, el puede llevarle tu mensaje al rey Caspian y decirle que estás bien, mientras tus heridas sanan --- Sus palabras le hicieron preguntarse algunas cosas.
--- ¿Cuánto tiempo ha pasado? ---pregunto confundido.
--- Te hemos encontrado ayer por la mañana ---dijo la señora Liebre.
--- ¿Qué pasó con la guerra?
--- Al parecer terminó, pero no sabemos con exactitud qué ha pasado ---dijo la señora Mandy.
--- Nosotros llevábamos la victoria ---dijo Edmund recordando los últimos momentos en que estuvo en la batalla--- espero que haya seguido así.
---Nosotros también---aseguró el señor Liebre.
---Edmund, seguramente tendrás hambre---le dijo amablemente la señora Liebre--- enseguida te sirvo la comida. ¡Niños, a comer! ---gritó hacia una puerta, ésta se abrió un poco dejando asomarse la cabeza de una pequeña liebre.
--- ¿Está despierto? ---preguntó tímidamente.
--- Sí, hijo ---le dijo su madre--- anda, ven con tus hermanos a saludar.
El pequeño salió junto con otros cinco, todos le miraban entre temerosos y curiosos y ninguno se acercaba. Después de unos momentos, el que se había asomado primero se armó de valor y se acercó hasta donde estaba Edmund.
---Hola---le dijo--- mi nombre es Avery y soy el mayor de mis hermanos.
---Mucho gusto, Avery ---respondió Edmund con una sonrisa--- mi nombre es Edmund, puedes decirme Ed.
Avery sonrió y con una seña les dijo a sus hermanos que se acercaran, estos ya más tranquilos empezaron a presentarse uno por uno de mayor a menor.
---Soy Ben
---Soy Cindy
---Soy Dean
---Me llamo Ester
---Y yo Fay
---No es necesario que recuerdes todos---dijo Avery comprensivo---después de todo somos muchos.
---Tengo buena memoria ---dijo Edmund--- no se preocupen por eso--- a lo que ellos sonrieron contentos.
--- ¿En verdad eres Rey?---preguntó curiosa Cindy.
--- ¿Peleaste contra los calormenos? ---preguntó Fay emocionado.
--- ¿Y contra Miraz?
---Ya dejen de agobiarle con tantas preguntas ---les regaños la señora Liebre--- y ahora siéntense a comer. Toma Edmund ---le entregó gentilmente la señora Liebre un tazón con sopa.
---Muchas gracias ---dijo sentándose con cuidado con la ayuda de el señor Liebre y tomando el tazón que le entregaba. Eran muy amables con él a pesar de que apenas lo conocían y estaba muy agradecido por eso y por lo que habían hecho por él, pero también no podía dejar de pensar en la bruja y en lo que podía hacer mientras él estaba ahí sin poder avisarles a los narnianos y rogaba que Petirrojo se diera prisa y pudiera encomendarle ese mensaje tan importante.


Llevaban un buen rato caminando y sólo se habían detenido un poco para comer y beber algo lo más rápido que pudieron para continuar caminando, de haber sido por ellos hubieran comido mientras caminaban, pero Truman los obligó a detenerse.
Según los cálculos de Truman debían estar a un poco más de la mitad del camino y eso los animaba aún más y eso hacía enojar a Truman.
---Deberían tener consideración de un pobre anciano como yo, Cair Paravel no se va a mover de ahí ---se quejó después de un rato.
--- ¿Qué paso con eso de que mientras puedas caminar puedes pelear?---le dijo Peter en broma.
--- Esto es diferente, yo doy el doble de pasos que ustedes y también están agotados---contraatacó--- la verdad no sé de dónde sacan tanta resistencia.
--- Tiene razón Peter ---le apoyó Susan sin aliento--- yo también quiero llegar lo más pronto posible pero, necesitamos descansar.
--- Esta bien ---deteniéndose--- yo también estoy cansado, pero no es justo de mi parte forzarlos a continuar sin un descanso.
--- Hasta que dices algo razonable ---dijo Truman tirándose a la sombra de un árbol y bebiendo un poco de agua.
--- Después de todo, no falta mucho para llegar--- dijo Susan.
Llevaban tan sólo unos minutos descansando cuando el ruido de cascos los hizo ponerse en alerta.
Dos calormenos saltaron desde los arbustos cabalgando hasta ubicarse a ambos lados del camino mientras los veían con una sonrisa altanera.
--- ¿Qué hacen dos muchachos y un viejo, paseando solos por el bosque? ---habló uno de ellos--- ¿Qué no saben que pueden encontrarse a alguien como nosotros?---y ambos rieron del chiste.
--- Miren cómo tiemblo ---les dijo Peter sarcástico y altaneramente, algo que nos les hizo gracia a los calormenos.
--- Te crees muy valiente, ¿eh? ---dijo el más cerca de él desmontando su caballo y acercándose a Peter desenvainando la espada. Peter también sacó la suya y el calormeno se echó a reír al verla --- ¿Con eso piensas vencerme? ---dijo confiadamente.
--- Así es ---respondió sin inmutarse.
El calormeno lanzó el primer ataque que Peter detuvo con facilidad, estocada tras estocada el calormeno no había podido tocarle ni un pelo y eso le molestaba. Harto, le lanzó una mirada a su compañero que enseguida levantó su ballesta, pero Susan lo previno antes y le lanzó una flecha que lo derribó de su caballo.
--- Deja de jugar Peter ---le regañó Susan y esté con un movimiento desarmó al calormeno.
--- Hace tiempo que no combatía, sólo calentaba ---se excusó.
Viendo que no tenían oportunidad contra ellos, montaron nuevamente sus caballos y huyeron lanzando juramentos al aire.
--- Mi nieto no mentía cuando decía que eran buenos ---dijo Truman impresionado por su actuación.
--- Debemos seguir si no queremos que esos calormenos regresen con amigos ---dijo Peter guardando su espada y recogiendo lo que llevaban, que no era mucho. Susan y Truman lo imitaron y partieron intentando alejarse lo más pronto de ahí.


La noche estaba por caer y la visibilidad pronto iba a ser nula. Lucy se sentía derrotada y triste, pues no había podido encontrar a Edmund a tiempo y debía cumplir su promesa de regresar.
--- Es hora de irnos, Lucy ---dijo Trumpkin apenado.
--- Lo sé ---respondió tristemente.
--- Ya verá que en cuanto el Rey nos ayude en la búsqueda pronto aparecerá, majestad ---dijo Reepichip dándole ánimos.
--- Eso espero ---respondió Lucy cabizbaja. Se acercó al caballo para montarlo y se dio cuenta de algo--- lo he perdido ---dijo afligida.
--- ¿Qué?---preguntó Trumpkin.
--- El brazalete que me dio el profesor ---respondió ella, mientras miraba su muñeca vacía--- debí perderlo cuando el calormeno me atacó.
--- A esta hora es imposible encontrarlo ---dijo Trumpkin mirando los tenues rayos del Sol que quedaban en el cielo.
--- Dijo que era muy valioso y especial; que nos sería de ayuda ---habló tristemente--- y ahora lo he perdido.
--- Seguro lo entenderá ---dijo Reepichip---ahora es momento de partir.
Los tres montaron el caballo y se dirigieron hacia Cair Paravel desanimados por su infructuosa búsqueda.


Después de horas sin descansar y un encuentro con ese par de calormenos, por fin lo habían logrado. Cair Paravel se levantaba ante ellos imponente, ese castillo al que tanto habían anhelado regresar y que ahora tenían frente a ellos. Estaban cansados pero al ver su meta tan cerca el cansancio quedó olvidado y corrieron a las puertas del castillo. No podían esperar para encontrar a sus hermanos y ver sus caras cuando vieran que ellos también habían regresado a Narnia. Los cuatro estarían juntos de nuevo cómo se lo habían prometido.


Hasta la próxima! Muy Feliz

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me la han quitado, para siempre.
Aunque nada pueda devolver el esplendor del césped,
o la gloria de la flor, no vamos a sufrir,
más bien buscaremos fuerzas en
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divinafer
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MensajePublicado: Mar May 04, 2010 5:18 pm    Asunto: Responder citando

Wow! me gusto mucho,
y creeme ni senti lo largo que es, encerio me gusto tanto que ni cuenta me di.
ojala sigas escribiendo pues esta genial.
ojala puedan encontrar pontro a Ed!

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jillpole95
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MensajePublicado: Mar May 04, 2010 10:20 pm    Asunto: Responder citando

estuvo muy hermoso y divinafer tiene razon ni me di cuenta a que horas me lo lei....continua pronto
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zafiro_star
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MensajePublicado: Sab May 08, 2010 4:55 pm    Asunto: 8vo Capítulo: Impotencia Responder citando

Gracias por seguir apoyandome divinafer, jillpole95
espero las cotinuaciones de sus fics Sonrisa
y aki les dejo el capítulo Jijiji


8.-Impotencia




Al llegar a la entrada de Cair Paravel, se encontraron con varios soldados resguardándola y mirándolos con desconfianza.
--- Identifíquense ---ordenó uno de ellos.
--- Soy el rey Peter, uno de los reyes de antaño---les dijo solemne--- ella es mi hermana, la reina Susan y Truman un amigo que nos acompaña.
Los soldados los miraban estupefactos, el soldado que había hablado le susurró a otro algo al oído y éste salió corriendo hacia el castillo. El soldado se acercó más a ellos escrutándolos con la mirada.
--- Es verdad ---dijo después de observarlos bien--- los recuerdo bien. Síganme por favor, el rey Caspian ya ha sido avisado de su llegada.
Los tres le siguieron inmediatamente. Al cruzar por el patio del castillo se asombraron de lo que veían, cientos de narnianos se encontraban allí cubiertos con vendas y otros más corriendo de aquí para allá llevando alimento, entre otras cosas. Se les veía muy atareados.
--- ¿Qué ha pasado aquí?---preguntó Peter preocupado.
--- Ha habido una batalla contra los calormenos ---respondió el soldado nervioso. Peter y Susan se miraron asustados, ahora entendían la desconfianza con la que los habían recibido. Pero, si había habido una batalla ¿Qué había sido de sus hermanos? Seguramente habrían participado.
--- ¿Conoce a mis hermanos, verdad? ---preguntó Peter --- ¿Qué sabe de ellos?
--- No me corresponde a mí decirlo, su majestad ---respondió sin mirarle a los ojos.
--- ¿Eso qué significa? ---dijo Peter molesto. Algo sabía él y no quería decírselos.
Antes de que el soldado pudiera responder, las puertas del castillo se abrieron de par en par dejando ver al joven Caspian salir corriendo hacia ellos, lucía verdaderamente asombrado. Al llegar frente a ellos los vio como si fueran fantasmas.
--- ¿De…De verdad son ustedes? ---pudo articular después de mucho.
--- Claro que lo somos, Caspian ---dijo Peter sonriente al verlo con bien--- ¿Acaso tanto ha pasado para que no nos recuerdes?
--- No es eso ---dijo esta vez correspondiendo a la sonrisa--- Pero, creí que Aslan les había dicho que ya no podrían volver.
--- Nosotros también lo creíamos ---habló por primera vez Susan. Caspian la miró atentamente sin poder quitarle los ojos de encima temiendo que fuera a desaparecer.
--- Me alegra tanto de que hayan vuelto ---dijo mirando feliz a ambos, pero su sonrisa rápidamente desapareció al recordar los sucesos anteriores--- aunque la situación no sea tan grata ---su rostro cambió a tristeza y culpa, algo que inquietó a los hermanos--- necesitamos hablar, pero aquí no. Síganme.
Truman les dijo que los esperaría en la entrada, no queriendo demostrar lo exhausto que estaba. Caspian hizo que un fauno le trajera algo de beber y comer al enano y que llevara también algo para los reyes en la sala de reuniones.

Durante todo el trayecto nadie dijo nada a pesar de que se morían de ganas por preguntar por sus hermanos. Tenían el presentimiento de que lo que les diría Caspian se relacionaba con ellos y los llenaba de temor. Algo no andaba bien, lo sabían, no habían visto ninguna señal de sus hermanos y eso no les agradaba para nada.
Caspian abrió la puerta y les hizo una seña para que pasaran, una vez entrado cerró la puerta tras de él. La mirada de tristeza no había desaparecido de sus ojos, Peter no lo soportó más y se decidió a hablar.
--- ¿Qué ha pasado Caspian?---preguntó preocupado--- ¿Qué ha pasado con nuestros hermanos? --- hizo la pregunta de la que tanto temía la respuesta.
--- Sus hermanos llegaron aquí hace casi una semana ---empezó a relatar Caspian sin mirarles directamente--- Narina estaba siendo invadida por calormenos. Cuando por fin pensamos que se habían rendido, dieron aviso de que nos habían declarado la guerra. Reunimos nuestras tropas y Edmund y yo nos encargamos de la estrategia; partimos al día siguiente a la guerra dejando a Lucy y Trumpkin a cargo de Cair Paravel ----el saber algo de sus hermanos los alivió un poco pero en la expresión de Caspian no había nada bueno, Edmund había ido con Caspian a la guerra ¿Qué le había pasado? Lucy se había quedado en Cair Paravel ¿Por qué no estaba ahí?
--- Caspian… ---dijo Peter casi sin voz, temiendo lo peor. A su lado Susan temblaba terriblemente asustada y las lágrimas amenazaban con salir. Claramente ambos pensaban igual y rogaba por que estuvieran equivocados--- ¿Qué pasó?
--- Teníamos la victoria asegurada ---siguió hablando, ignorando la pregunta--- pero no pensaban rendirse sin causar el mayor daño y atacaron con catapultas… Edmund peleaba donde cayó… lo lamento ---dijo mirando al suelo terriblemente abatido y avergonzado por haber permitido que su hermano muriera.
La noticia los quebró completamente, Susan se tapó la boca con ambas manos ahogando un grito de dolor, Peter permaneció firme en su lugar mientras las lágrimas resbalaban por su cara completamente desconcertada.
--- No puede ser… ---susurró con voz quebrada, Susan lloraba desconsoladamente a su lado--- no puede ser… --- Debió haber estado ahí con él, se sentía tan culpable, tan inútil por no haber podido hacer nada. Su hermano había muerto y él no había estado ahí para ayudarlo, para salvarle--- ¡¿Por qué?! ---gritó con rabia, dejando que sus lágrimas salieran libremente sumándose al llanto de su hermana--- Edmund… ---lloró cubriendo su cara con las manos. Esto no podía estar pasando.
A Caspian le dolía tanto verlos sufrir así y todo era por su culpa, si fuera un buen rey no habría permitido que se desatara una guerra, nada de eso habría pasado.
--- Lucy ---susurró Peter con dolor después de unos minutos, despertando a Caspian de sus pensamientos--- ¿Qué pasó con Lucy?
---Ella… ---titubeó Caspian---Ayer… al enterarse de la muerte de Edmund se negó a aceptarlo y huyó del castillo, aún no hemos podido encontrarla ---dijo culpable.
--- ¡¿Y por qué no has salido a buscarla?! ---gritó Peter lleno de ira tomándolo por el cuello de la camisa--- ¡Mi hermano está muerto y mi hermana desaparecida y sigues aquí sin hacer nada! ---le gritó mirándolo a los ojos mientras que en los suyos salían más lágrimas.
--- ¡Peter! ---gritó Susan al verlo sujetar a Caspian y le hizo soltarlo.
--- ¡¿Para esto hemos vuelto?! ¡¿Para tomar el lugar de nuestros hermanos?! ---siguió gritando Peter a la nada--- ¡Si es así, desearía no haber vuelto! ---dijo mientras caía abatido en un sillón cercano y tomaba su cabeza con ambas manos derrotado. Susan se sentó a su lado y ambos se abrazaron intentando darse consuelo. Era demasiado para ellos, hacía nada que habían perdido a sus padres y ahora a Edmund, mientras que no sabían nada de Lucy.
--- Créeme que estoy haciendo todo cuanto está a mi alcance para encontrar a tu hermana ---dijo Caspian después de que se tranquilizaran un poco--- pero no puedo dejar Cair Paravel, los narnianos me necesitan.
--- Lo sé, Caspian ---dijo Peter más calmado--- entiendo tu posición. Perdóname por haber perdido el control.
--- Al contrario ---dijo Caspian--- yo debería pedirles perdón por haber permitido que esto pasara.
--- No es tu culpa, Caspian ---dijo Susan, mirándolo con sus hermosos ojos empañados de tristeza--- no es culpa de nadie.
--- Nosotros buscaremos a Lucy ---dijo Peter poniéndose de pie y limpiando su rostro lleno de lágrimas--- ¿Podrías pedir que nos alisten dos caballos para mañana temprano?
--- Claro que sí---respondió Caspian--- ahora mismo lo haré ---caminando hacia la puerta, antes de salir se giró hacia ellos--- sus habitaciones son las mismas, así que espero que conozcan el camino, pediré que les lleven la comida ahí mientras ustedes se cambian y descansan un poco ---dicho esto salió de ahí.
--- ¿Crees que la encontremos? ---preguntó Susan aún sollozando.
--- Por supuesto ---dijo decidido--- La encontraremos, Susan. No permitiré que alguien más muera.
--- Eso espero.
--- Vamos ---dijo ayudándole a ponerse de pie--- hay que ir y descansar un poco.


El amanecer había llegado y las caras de ambos hermanos demostraban que ninguno había podido conciliar el sueño ni un poco. Peter se hallaba revisando los últimos detalles sobre lo que llevarían en su viaje, mientras le relataba a Truman lo que había sucedido y sobre la búsqueda que realizarían de su hermana fugada, en la cual Caspian le dijo que Trumpkin y Reepichip aparentemente le habían ayudado, lo cual molestó mucho a Truman---¡Ese nieto mío es un cabezota! ¡Ya verá cuando lo encuentre! ---decía enfurruñado.
Susan, por su parte, aún estaba en su habitación, sentada en su cama mirando un punto fijo en la pared, intentando no pensar en nada, intentando alejar la imagen de Edmund y Lucy de su cabeza y así evitar que surgiera nuevamente el dolor. Unos suaves golpes a la puerta le obligaron a apartar su vista y a centrarse en quien se asomaba por ella.
--- Pasa ---le dijo al ver a Caspian.
--- Peter ya casi tiene todo listo ---le dijo calmado sentándose a su lado--- creo que deberías bajar pronto.
--- En seguida iré ---respondió sin ánimos.
--- Susan… ---le habló Caspian tomando su cara suavemente para que lo mirase---Se muy bien que tu dolor es grande y que tal vez yo no pueda hacer mucho para aminorarlo, pero quiero que sepas que yo estoy aquí y que puedes contar conmigo para lo que sea.
--- Gracias ---dijo con una pequeña sonrisa y con lágrimas en los ojos. Caspian la abrazó intentando tranquilizarla. Muchas veces había soñado con tenerla de nuevo entre sus brazos, pero esa no era la situación que le hubiera gustado. Sabía que no era el momento adecuado para hablar sobre ellos, esperaría hasta que fuera el momento indicado --- ya verás que Lucy aparecerá--- le dijo confiado mientras se separaban. Susan asintió agradecida por sus palabras.
--- Te he traído esto ---le dijo mostrándole su cuerno--- Úsalo si me necesitas---dijo con una sonrisa.
--- Gracias---sonriendo también--- creo que ya es hora de que me vaya ---dijo mientras se ponía de pie. Y ambos fueron hacia las puertas del castillo donde se hallaba Peter.

--- Estaba a punto de ir a buscarte ---le dijo a Susan al verla llegar--- es hora de irnos, Truman se ha ofrecido a acompañarnos.
--- Antes de que se vayan ---le dijo Caspian--- prometí devolverte esto a tu regreso --- entregándole su espada Rihndon.
--- No es necesario Caspian ---dijo amablemente.
--- Por favor, acéptala --- pidió Caspian--- no me sentiría cómodo llevarla cuando dije que la guardaría hasta tu regreso.
--- Esta bien ---aceptó Peter--- gracias, Caspian --- Montaron sus caballos y Truman montó junto con Susan listos para partir --- esperamos regresar pronto.
--- Yo también lo espero ---dijo Caspian preocupado por ellos--- Tengan cuidado y mucha suerte.
--- No te preocupes, la tendremos.
Estaban a punto de espolear a sus caballos cuando un centauro llegó corriendo hasta ellos.
--- Majestades, ¡La reina Lucy ha vuelto! ---dijo emocionado.
Las caras de Peter y Susan se iluminaron de alegría y desmontaron rápidamente de sus caballos y fueron corriendo a la entrada mientras las puertas de Cair Paravel se abrían y Lucy entraba caminando junto a Trumpkin, Reepichip y el caballo de Caspian con la mirada hacia el suelo visiblemente derrotada.
--- ¡Lucy! ---escuchó que dos voces muy familiares gritaron al mismo tiempo y confundida levantó la vista. No podía creer lo que sus ojos veían, Peter y Susan corrían a su encuentro, habían vuelto, no era su imaginación ¡Eran ellos!
--- Peter…Susan… ---susurró asombrada--- ¡Están aquí! ---gritó emocionada y con lágrimas de felicidad mientras salía corriendo hacia ellos.
Peter fue el primero en llegar a su hermana y la abrazó con fuerza alzándola en el aire aliviado de que estuviera bien y feliz por verla nuevamente, después siguió el turno de Susan quien también la abrazó llorando de felicidad.
--- ¡Los he extrañado tanto! ---dijo en medio de lágrimas abrazando a ambos.
--- Tranquila ---susurró Peter--- ya estamos aquí.
--- ¡Peter, tenemos que buscar a Edmund¡---le dijo desesperada separándose del abrazo para mirarlos--- ¡está en alguna parte del bosque, lo sé, él…!
--- Lucy ---le interrumpió Peter mirándola con tristeza--- Caspian ya me ha hablado de eso, se cómo te sientes, pero él…
--- ¡No está muerto, Peter! ---gritó enfadada, ellos tampoco le creían ¡¿Por qué?!--- ¿Recuerdas la cadena que les di? --- dijo sacando la suya idéntica a la de Edmund a excepción de que tenía grabado: Reina Lucy, la valiente y del otro lado su cordial y su daga atravesada--- El que piensan que es Edmund no la traía, no era él.
--- Lucy, pudo perderla---dijo Peter comprensivo.
--- No, Peter ---le dijo exasperada--- ¿Acaso no lo sienten? Yo se que él está vivo, lo siento ---dijo convencida.
--- Lucy, por favor ---dijo Susan llorando--- no te hagas ilusiones.
--- No son ilusiones, Susan ---respondió con lágrimas de frustración--- ¡Es la verdad!
--- No es momento para discutir esto---dijo Peter cansado--- Ahora entra al castillo, hablaremos de esto más tarde.
---Pero…---intentó discutir.
--- Más tarde, Lucy ---la calló y ella no pudo hacer nada más que obedecer derrotada. Dirigió su mirada a Trumpkin y Reepichip que estaban rezagados tras de ella y estos sólo pudieron mirarla apenados, sus hermanos no le habían creído mucho menos lo haría Caspian, sus esperanzas por encontrar a Edmund se hacían cada vez más pequeñas; y tristemente siguió a sus hermanos al castillo.
Caspian se acercó a Trumpkin y Reepchip con seriedad, ambos advirtieron que les esperaba un buen regaño de parte del Rey.
--- Los veré en la sala de reuniones ---dijo severamente--- no tarden ---les advirtió y regresó al castillo.
--- Sí, majestad---respondieron al mismo tiempo avergonzados.
Un fuerte golpe en la cabeza le hizo a Trumpkin quejarse y girarse molesto para ver quién había sido el agresor, pero al ver la cara molesta de su abuelo palideció al instante.
--- A…Abuelo ---dijo asustado--- ¿Qué haces aquí?
--- ¡Primero tu dime qué rayos crees que hacías ayudando a la Reina a escapar sabiendo que el bosque es muy peligroso en estos momentos! ---le gritó Truman molesto --- ¡Eres un insensato!
--- ¡Tengo una muy buena razón! --- respondió con el mismo genio.
--- ¡Pues espero que sea muy buena! ---dijo iracundo--- Ahora vayan ustedes dos a hablar con el Rey Caspian ---dijo señalando a Trumpkin y a Reepichip--- y espero que les dé un buen escarmiento.

Lucy fue directamente a su habitación sin dirigirles la palabra, estaba dolida de que no le creyeran, le alegraba que estuvieran ahí pero, su escepticismo le irritaba. ¿Tan difícil les era creerle por lo menos una vez?
--- Ya entrará en razón--- le dijo Susan a Peter, quien había tenido la intención de seguir a Lucy--- dejémosla sola por un rato.
--- Sí, tienes razón.

Mientras tanto en la sala de reuniones, Caspian les miraba a Trumpkin y a Reepchip muy molesto.
---Espero una muy buena explicación ---empezó a decir con seriedad--- sobre el por qué ayudaron a Lucy a escapar y alimentaron más la ilusión de que su hermano seguía con vida.
---Perdone que lo contradiga, majestad ---habló Trumpkin--- pero desde que conozco a la reina Lucy ella jamás se ha equivocado en algo, está muy convencida de que el rey Edmund sigue vivo y yo le creo.
--- Siempre hay una primera vez, Trumpkin ---respondió con el mismo tono.
--- Su alteza ---dijo esta vez Reepichip--- ¿No cree que la muerte del rey Edmund es inverosímil? Es decir, él es un gran guerrero y la forma en que se dice que murió es…
--- Estuve ahí, Reepichip ---levantó la voz Caspian--- Vi cuando la bola de fuego caía en dónde peleaba Edmund ---explicó con dolor--- aunque cueste creerlo yo lo vi, desafortunadamente él está muerto.
Trumpkin y Reepichip se miraron sin decir nada, no podían contradecir a Caspian, pero aún así también le creían a Lucy. No sabían qué hacer. Caspian vio que se sentían contrariados y decidió dejarles ir.
--- Pueden irse ---les dijo cansado--- espero que no se vuelva a repetir.
--- Sí, majestad ---respondieron sumisos y se retiraron.


En la madriguera de las Liebres, el señor Liebre entró de súbito a la casa muy animado, dándole un buen susto a su esposa que tiró el plato que llevaba para Edmund.
--- ¿Por qué entras de esa manera a la casa?---le regañó molesta mientras recogía la comida regada en el suelo--- Me hiciste tirar todo.
--- Perdóname, querida ---dijo apenado ayudándole a recoger la comida.
--- ¿Sucedió algo señor Liebre? ---preguntó Edmund preocupado por su entrada. Sus hijos, quienes habían estado junto a Edmund disfrutando de los relatos sobre sus aventuras, también parecían asustados por su precipitada aparición.
--- ¡Oh, sí!, casi lo olvidaba, ¡Petirrojo ha venido! ---exclamó contento, mientras volvía a salir deprisa de la casa y lo llamaba. Segundos después el petirrojo entró con un par de aleteos y se quedó parado en la entrada mirando sorprendido hacia Edmund.
--- ¡Por la melena del León! ---dijo perplejo--- ¡Es el Rey Edmund!
--- Me alegro de verte, Petirrojo ---dijo Edmund aliviado.
---Pero…Pero ---balbuceó turbado--- ¿Cómo es qué está vivo? Su…su cuerpo fue llevado hasta Cair Paravel, ¡Todos lo vieron!
--- ¿Mi cuerpo?--- dijo Ed confundido--- eso es imposible, como podrás notar.
--- El escudo del Gran Rey Peter fue hallado junto a un cuerpo irreconocible, majestad ---explicó Petirrojo aún conmocionado--- Claramente fue un tremendo error.
--- El escudo… ---susurró afligido--- no puede ser… pobre muchacho ---dijo tristemente--- yo le di el escudo a un joven que se encontraba junto a mí antes de la batalla, debió haber sido él con el que me confundieron ---explicó cabizbajo.
La señora Liebre se acercó a Edmund poniendo su pata en su brazo en modo de consuelo.
--- No es tu culpa querido ---le dijo dulcemente.
--- Lo sé, pero se veía tan asustado… debí haberle dicho que regresara.
--- El pasado no se puede cambiar ---dijo el señor Liebre comprensivo--- pero siempre se puede hacer algo por el futuro.
--- Tiene razón ---dijo más animado. Recordó que Petirrojo había dicho que todos le creían muerto y su mente salió disparada hacia Lucy--- Mi hermana debe estar destrozada ---dijo preocupado--- Petirrojo, necesito que les digas que estoy vivo y le lleves un mensaje muy importante a Caspian.
--- Soy todo oídos, majestad ---dijo emocionado.
--- Niños, vayan a su cuarto ---ordenó la señora Liebre a sus hijos, los cuales decepcionados por no poder escuchar la conversación se retiraron.
Una vez que quedaron sólo Petirrojo y los señores Liebre, Edmund se dispuso a hablar.
--- Debes advertir a Caspian de un grave peligro ---dijo Edmund seriamente--- La Bruja Blanca ha vuelto--- Petirrojo adopto la misma cara de asustado que anteriormente habían mostrado los señores Liebre y la señora Mandy, sin embargo, no hizo preguntas--- No sé cómo lo hizo, pero es la verdad. Tienes que decirle cuanto antes, Petirrojo ---dijo inquieto--- ¿Puedo contar contigo?
---Por supuesto, rey Edmund ---dijo Petirrojo solemnemente--- Iré lo más rápido que me permitan mis alas y llevaré su mensaje al rey Caspian, señor. Cuente con eso. Vendrán pronto a buscarlo.
--- Muchas gracias, Petirrojo ---dijo aliviado.
Petirrojo salió volando velozmente de la madriguera rumbo a Cair Paravel, Edmund por fin pudo respirar aliviado, con cansancio y dolor volvió a recostarse en el suelo. Al menos ya estarían sobre aviso y el saber que estaba vivo seguramente aliviaría a Lucy. Esperaba que se diera prisa, no sabía cuánto tiempo más la Bruja seguiría escondida, podría atacarles en cualquier momento.
--- Será mejor que descanses, Edmund ---dijo la señora Liebre preocupada por su aspecto.
--- Tiene razón --- concordó el señor Liebre con su esposa--- debes estar fuerte para cuando veas a tu hermana.
Su hermana… Estaba preocupado por ella.
--- Es cierto ---dijo con una pequeña sonrisa en su rostro--- cuando la vea lo más seguro es que me golpee.
--- ¿Por qué haría algo así? ---dijo extrañada la señora Liebre.
--- Por haber roto la promesa que le hice ---dijo con nostalgia--- Prometí que no haría ninguna locura, y el perseguir a la Bruja Blanca solo, creo que es una.
--- Seguramente lo entenderá.
--- Sí… pero habrá sufrido mucho por eso.


Angel nos veremos muy pronto Bailando
adioss!

_________________
___________________________________
La radiante estrella que una vez brilló tanto,
me la han quitado, para siempre.
Aunque nada pueda devolver el esplendor del césped,
o la gloria de la flor, no vamos a sufrir,
más bien buscaremos fuerzas en
lo que tenemos...*"
William Wordsworth

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MensajePublicado: Sab May 08, 2010 10:27 pm    Asunto: Responder citando

oye estuvo muy hermosa ojala continues prnto ya quiero ver cuando los pevensie se vuelvan reencontrar
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divinafer
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MensajePublicado: Mar May 11, 2010 5:24 pm    Asunto: Responder citando

¡Si! esta super lindo este capitulo
ya espero con ansias el siguiente...
que mal que peter y susan no le creyeran a lucy

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MensajePublicado: Sab May 15, 2010 11:09 pm    Asunto: 9no Capítulo: Aslan Responder citando

Volvi con un nuevo capítulo! espero les guste


9.- Aslan



Tres días, tres largos días habían pasado. Edmund se sentía terriblemente inquieto al no tener noticias de Petirrojo y que nadie viniera a buscarlo, tenía un mal presentimiento y el estar tendido en el suelo, herido y no poder hacer nada le desesperaba.
Los señores Liebre y la señora Mandy estaban al tanto de cómo se sentía Edmund e intentaban vanamente tranquilizarlo.
---Lo mejor que puedes hacer por el momento es dormir y recuperar fuerzas---le recomendó la señora Mandy--- ya verás que pronto vendrán a buscarte.
--- Aunque quisiera otra cosa esto es lo único que puedo hacer---suspiró derrotado.
Los tres se miraron preocupados entre sí, no sabían qué más decirle. Edmund cerró los ojos e intentó no pensar en todas las preocupaciones que había en su cabeza y se quedó dormido.

Estaba en el bosque, el sol resplandecía en lo alto segándole un poco y una cálida brisa jugaba con sus cabellos. Sin saber por qué, caminó adentrándose más en él. Algo le llamaba, algo le decía que siguiera avanzando. A pesar de qué todo parecía tan extraño no tuvo miedo y tampoco tuvo tiempo para analizarlo por lo que siguió adelante. Se detuvo en un claro en donde el sol parecía cubrir todo de luz y un ambiente de tranquilidad y calidez le rodeaban, Edmund fijó su vista hacia el centro y vio a quien lo llamaba, era Aslan, se encontraba sobre una roca, mirándolo con su porte imponente y una mirada amable en sus ojos.
--- Ven ---dijo Aslan con voz apacible--- no te demores.
En ese momento Edmund quiso ir a su lado pero, su piernas no se movían, la imagen de Aslan se iba desvaneciendo al igual que las palabras que seguía repitiendo se hacían más lejanas.
---Aslan ---murmuró mientras despertaba. Enfocó su vista y se encontró de nuevo en la madriguera de los señores Liebre, aún no era muy tarde, Avery, Ben, Cindy, Dean, Ester y Fay todavía seguían cenando y alegres se acercaron a él al verlo levantarse. Se incorporó lentamente a causa de sus heridas y los saludó distraído aún con su sueño muy presente en la mente, necesitaba contárselo a los señores Liebre.
--- ¿Estás bien, Ed?---preguntó Ben.
--- ¿Qué?---preguntó saliendo de sus pensamientos.
--- Pareces distraído ---dijo Ester. Sus demás hermanos asintieron de acuerdo.
--- Estoy bien ---cambiando su expresión preocupada a una sonrisa.
--- Ed, cuando tus heridas se curen ¿Te irás? ---preguntó Avery con el semblante triste. Era una pregunta que no se esperaba, los pequeños se habían encariñado mucho con él y les dolía que se fuera a ir pronto. Recordó el sueño que había tenido y supo que no podría quedarse ahí por más tiempo.
--- Creo que tendré que irme mucho antes ---dijo Edmund apenado. Sus caritas se mostraron abatidas, sin embargo el señor y la señora Liebre se quedaron sorprendidos.
--- ¿A qué te refieres, Edmund?--- dijo la señora liebre aturdida.
--- Necesito hablar con ustedes ---les dijo seriamente mirando a la pareja. Rápidamente la señora Liebre mandó a sus hijos a la cama a pesar de las quejas que hacían.
--- ¡Queremos saber! ---decían, mientras eran arrastrados por su madre a su habitación. Una vez que había regresado, ambos miraron a Edmund esperando a que hablara.
---He tenido un sueño con Aslan ---ambos lo miraron con la boca abierta.
--- ¿Aslan? ¿De verdad? ---preguntó el señor Liebre fascinado.
--- Si ---aseguró--- me llamaba, creo que quería que fuera a ese lugar.
--- ¿Qué lugar era?
--- Era un claro y en el centro había una gran roca, ahí es donde estaba él---explicó--- creo haber visto ese lugar antes, pero no estoy seguro.
El señor Liebre se quedó muy pensativo unos minutos y después miró a Edmund positivo.
--- Se dónde queda ese claro ---aseveró--- estoy seguro de que es ese, no puede haber otro.
--- ¿En serio? ---preguntó emocionado--- ¿En dónde está?
--- Pues te sorprenderá saber que está rumbo a Cair Paravel ---dijo el señor Liebre--- pero aún así es un largo camino.
--- ¡Claro! ---dijo Edmund recordando de pronto--- pasamos por ahí cuando íbamos hacia el altozano de Aslan, si es así entonces no tendré mucho problema en llegar.
--- Pero… ---dijo la señora Liebre visiblemente preocupada--- ¿Piensas irte ya?
--- Aslan me dijo que no demorara ---dijo él--- Tengo que ir.
--- Pero aun no estás sanado ---Se le veía aún tan mal que ella no quería que se fuera en esas condiciones. Además que al igual que sus hijos, había tomado un gran cariño hacia Ed.
--- Estoy mucho mejor a cuando ustedes me encontraron ---dijo conmovido por la preocupación de la señora Liebre--- Créanme qué de no haber sido por ustedes ni siquiera estaría aquí.
--- Bueno, pero no puedes ir sólo ---dijo el señor Liebre--- te acompañaré.
--- Pero…
--- Nada de peros---le interrumpió --- es la única condición para que te dejemos ir, después de haberte salvado no puedo permitir que vayas en ese estado sólo y con el peligro rondando por todas partes ---dijo terminantemente como un papá enojado.
--- Esta bien ---dijo resignado.
--- Así está mucho mejor ---dijo contento--- partiremos antes de que amanezca, así aprovecharemos más el tiempo, será mejor que duermas lo más que puedas…
--- ¡No te vayas! ---gritaron a coro los pequeños, mientras salían corriendo por la puerta y abrazaban a Edmund.
--- Tengo que hacerlo ---Edmund también compartía su tristeza --- pero les prometo que vendré a visitarlos---les dijo en un intento de animarlos.
--- ¿Seguro? ---preguntó Dean.
--- ¡Por supuesto! ---dijo con una sonrisa--- en cuanto pueda vendré a jugar con ustedes, mientras tanto prométanme que cuidarán de sus papás, se portarán bien y no les darán problemas.
--- ¡Lo prometemos! ---dijeron más animados.

La hora de partir llegó y los pequeños se levantaron temprano para despedirse de Edmund. La señora Liebre le regaló a Edmund una camisa blanca que había hecho especialmente para él ya que la que tenía antes había quedado inservible.
--- Esperaba más tiempo para terminarla ---le dijo al entregársela--- me hubiera quedado mejor.
--- Así es perfecta, señora Liebre ---dijo Edmund agradecido por el gesto--- muchas gracias.
--- No olvides tu promesa, Ed ---le dijo Avery al momento de despedirse.
--- No lo haré, Avery, ustedes tampoco olviden la suya.
--- Jamás ---respondió Fay.
---No te preocupes querida, estaremos bien ---le decía el señor Liebre a su esposa que los miraba preocupada.
--- Eso espero ---asintió entristecida--- tengan mucho cuidado.
Después de una larga despedida por todos, partieron rumbo hacia aquel claro. Su paso era lento, ya que las heridas de Edmund aún no estaban curadas, sin embargo, no quería detenerse mucho tiempo pues sentía la necesidad de llegar lo más pronto posible y no sólo porque Aslan le hubiera dicho que no demorara.

No llevaban mucho tiempo caminando cuando un extraño brillo llamó la atención de Edmund, se acercó hasta el lugar de donde provenía la pequeña luz, seguido de cerca por el señor Liebre quien también lo había notado. Al estar a centímetros de distancia, miró con asombro el objeto que se hallaba tirado frente a ellos. El brazalete que el profesor Kirke le había dado a Lucy era quien desprendía esa extraña luz. Pero, ¿qué hacía ahí en primer lugar? Se suponía que Lucy lo llevaba puesto, eso sólo podía significar que su hermana había estado ahí y por alguna extraña razón lo había perdido. Se acercó a recogerlo y en cuanto sus dedos lo rozaron, éste dejó de brillar, Edmund se mostró extrañado, pero no le tomó la debida importancia pues en su mente rondaban otras preguntas más importantes. Mientras lo sostenía en su mano, le observó detenidamente, cómo si por alguna razón el brazalete le pudiera decir por qué se hallaba ahí sin su hermana.
--- ¿Pasa algo, Edmund? ---preguntó el señor Liebre al notarlo preocupado.
--- Este brazalete… ---dijo sin dejar de mirarlo, su voz se mostró angustiada--- es de mi hermana.
--- ¿Pero, qué hace aquí? ---dijo extrañado.
--- Eso es lo mismo que yo quisiera saber ---dijo mientras miraba a los alrededores esperando alguna señal de su hermana por alguna parte--- Ella estuvo aquí.
--- ¿Crees que haya venido a buscarte?
--- Es lo más probable ---respondió, sabía a la perfección que eso es lo que haría su hermana--- Pero lo que más me preocupa es en dónde está en este momento ---expresó al señor Liebre--- si Petirrojo les dijo que estaba con vida, lo más seguro es que ella hubiera venido a buscarme, pero Caspian no la dejaría ir sola.
--- ¿Crees que les haya ocurrido algo?
Esa era la pregunta que Edmund se temía hacer, habían pasado tres días sin recibir noticias de que vinieran a buscarlo, la única posibilidad que se había hecho era que durante el camino les hubieran atacado, pero se negaba a creerlo, debía haber otra explicación razonable por la que el brazalete de Lucy estuviera ahí y por la que no hubieran ido por él.
--- Tal vez… tal vez pasaron por aquí y… ---ni siquiera sus palabras le convencían a sí mismo, sabía que algo malo había pasado ahí--- Tengo que buscarla ---dijo al final, convencido de que su hermana estaba por ahí.
--- Creo… ---dijo el señor Liebre no muy seguro--- creo que deberíamos seguir ---Edmund lo miró--- Aslan te habló en sueños por una razón, dijo que no te demoraras, tal vez se refería a esto---dijo con más seguridad---Demos seguir y llegar hasta el claro, después de eso podrás hacer lo que quieras.
El señor Liebre tenía razón, él lo sabía, confiaría en las palabras de Aslan y seguiría adelante sin mirar atrás.
---Tiene razón, señor Liebre ---dijo por fin, recobrando la compostura--- debemos seguir.
Deseaba con todas sus fuerzas que lo que encontrara en el claro le dijera que su hermana se encontraba bien y que todas sus suposiciones eran erradas. Enganchó el brazalete a su cadena y ambos siguieron su camino hacia el claro.


Tres días. Tres largos días Lucy había estado intentando convencer a sus hermanos y a Caspian de que Edmund seguía con vida, mas sus esfuerzos fueron completamente inútiles. Ninguno le creía, estaban completamente convencidos y resignados a que Edmund estaba muerto al igual que sus padres y que nada lo haría volver. No entendían por qué ella se empecinaba en decir todo lo contrario, no había sucedido eso cuando se habían enterado que sus padres habían muerto y llegaron a la conclusión de que la muerte de Ed fue la gota que derramó el vaso y su mente se había cerrado a creerlo. La realidad era que ellos se habían cerrado a creerle.
Hacía dos días que habían sido avisados que los calormenos no habían abandonado completamente Narnia y se conglomeraban en la frontera, seguramente planeando un segundo ataque. Peter, Caspian y Susan se reunían a cada momento para informarse de los movimientos de los calormenos y median sus opciones de ataques y defensas con los demás narnianos, haciendo más difícil poder hablar con ellos.
Lo que era aún peor es que la tenían vigilada día y noche para que no se volviera a escapar. Ni siquiera podía contar con la ayuda de Trumpkin y Reepichip, pues Caspian había ordenado que no tuvieran contacto con ella hasta que por lo menos hubiera entrado en razón.
Aquel día Lucy se marchó molesta a su habitación después de una nueva discusión con sus hermanos sobre Edmund durante la cena.
--- Lucy, entiende que no podemos discutir esto todo el tiempo ---le dijo Peter fastidiado y abatido--- es demasiado doloroso para nosotros recordarte que Edmund murió, Lucy, no volverá, era él y nadie más.
--- Pero…
--- Por favor, Lucy ---suplicó Susan con lágrimas en los ojos--- ya no sigas.
--- ¡¿Por qué no quieren escucharme?! ---les gritó, mientras se iba corriendo.
No podía hacer más que llorar, sola en su habitación, como cada noche ¿Qué más podía hacer? ¿Cómo podría hacerles entender? Con esos pensamientos en su cabeza después de un largo tiempo y cansada de tanto llorar se quedó dormida.

El bosque se hallaba a su alrededor, era extraño, pues estaba muy segura de encontrarse en su habitación tan sólo unos segundos atrás, además ahí el sol se hallaba en su punto más alto mientras que en el castillo era de noche. A pesar de todas sus preguntas no sentía miedo, avanzaba casi sin darse cuenta impulsada por la curiosidad. Cuando se detuvo, un claro se hallaba frente a ella iluminado por los rayos del sol, una enorme alegría la inundó al ver parado en el centro a quién tanto había deseado poder ver y el único que podría ayudarla en ese momento, Aslan.
Intentó correr para abrazarlo, mas sus piernas no se movieron. Aslan la miró con su cálida mirada.
--- Ven ---le dijo.
--- Pero, Aslan---habló ella--- no puedo--- dijo mientras seguía intentando mover sus piernas.
--- Si en verdad lo deseas vendrás ---le dijo mientras la imagen se oscurecía--- date prisa.
--- ¡Aslan!
Se despertó sobresaltada mirando a su alrededor y descubrió que aún estaba en su habitación, el sol apenas comenzaba a entrar por su ventana, rápidamente se levantó de un salto y salió corriendo hacia la sala de reuniones dónde seguramente se encontrarían sus hermanos.

--- ¡Peter! ¡Susan! ---llegó gritando a la sala de reuniones, dónde solamente se encontraban ellos dos en compañía de Caspian. Los tres la miraron asustados por sus gritos.
--- ¿Qué sucede, Lucy? ---preguntó Caspian alarmado.
--- ¡Es Aslan! ¡Soñé con él! ---gritó emocionada.
--- ¿Aslan? ---dijeron los tres al unísono.
--- Sí ---respondió con una enorme sonrisa--- me mostró un claro, quería que fuera a ahí.
--- ¿Por qué? –preguntó Susan extrañada.
--- No lo sé ---respondió Lucy--- pero debo ir.
--- ¿Segura que esto no es sólo para escaparte? ---le dijo Susan recelosa.
--- Yo no jugaría con algo así ---dijo molesta--- te digo la verdad, lo vi.
--- Aunque así fuera, es muy peligroso que vayas por ahí sola en estos momentos ---dijo Peter.
--- ¿Acaso no se supone que los calormenos se están agrupando en la frontera? ---inquirió Lucy---Entonces no hay ningún calormen cerca, por lo que no correré peligro.
--- No hay garantía de que todos se hayan ido ---intentó objetar Caspian.
--- Peter ---le habló Lucy a su hermano, reuniendo toda su fuerza de voluntad. Tenía que luchar por convencerlos por lo menos en ese momento tan importante, no podía perder más tiempo, Aslan quería que se apresurara--- ¿Recuerdas cuando les dije que había descubierto un mundo en el ropero? ¿Me creyeron? ---preguntó con seriedad.
--- No ---respondió apenado.
--- ¿Y en nuestra siguiente visita a Narnia y les dije que había visto a Aslan? ¿Me creyeron?
--- No, no lo hicimos ---dijo cabizbajo. Susan y Caspian se miraban entre sí, sabían a dónde quería llegar Lucy con sus palabras, al parecer de nuevo habían mostrado una gran incredulidad hacia ella.
--- Necesito que me creas, que los tres me crean, por una sola vez --- rogó Lucy--- déjame ir, por favor--- Peter la miró a los ojos, en ellos pudo ver la enorme decisión que tenía en ir de cualquier forma a ese claro. Arrepentido, dio un largo suspiro.
--- Esta bien, Lucy ---respondió--- puedes ir.
Lucy sonrió feliz al haber conseguido que le creyera, deseaba haberlo dicho antes, tal vez se hubiera ahorrado demasiado tiempo.
--- ¡Gracias!
--- Pero, aún no sabe dónde queda ese claro ---objetó Susan.
--- Creo que cruzamos un claro cuando íbamos hacia el altozano de Aslan ---dijo Caspian--- probablemente sea ese, tenía una gran roca en el centro.
--- ¡Ese es! --- exclamó --- Aslan estaba parado sobre ella.
--- No se encuentra muy lejos de aquí ---explicó Caspian mirando a Peter--- está a unas seis horas.
--- Bien---suspiró Peter cansado--- tienes doce horas para ir y volver, Lucy ---le advirtió --- sino, iré yo mismo a buscarte.
--- Te prometo que estaré aquí en doce horas ---le aseguró. Se acercó a él y le dio un fuerte abrazo--- gracias Peter.
---Vete antes de que me arrepienta ----le dijo intentando sonreír aunque su mirada mostraba una enorme preocupación.

Preparaban un caballo para Lucy mientras que Peter, Susan y Caspian se despedían de ella en la entrada de Cair Paravel.
--- Ten mucho cuidado ---le pedía Susan.
--- Lo tendré.
--- ¿Segura que no quieres que te acompañe? --- preguntó Peter, deseando fervientemente que le dijera que podía ir con ella.
--- Tengo que hacerlo sola --- hubiera deseado que la acompañaran, pero Aslan se lo había dicho sólo a ella por una razón, así que tenía que hacerlo sin su compañía.
Un fauno se acercó a ellos junto con el caballo listo para Lucy, ella montó sin esperar más tiempo y con una última mirada se despidió de ellos mientras salía a todo galope.


¿Qúe tal?
¿Que creen que pasara?
lo sabrán muy pronto n.n

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La radiante estrella que una vez brilló tanto,
me la han quitado, para siempre.
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o la gloria de la flor, no vamos a sufrir,
más bien buscaremos fuerzas en
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MensajePublicado: Dom May 16, 2010 1:13 pm    Asunto: Responder citando

oye estubo fabuloso el capitulo ya me muero por leer el otro, ya me imagino que va a pasar, confio que el proximo capitulo va estar muy hermoso
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divinafer
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MensajePublicado: Mar May 18, 2010 5:04 pm    Asunto: Responder citando

si, esta muy bonito...
y obiamente no puedo esperar al siguiente capitulo,
pues espero que pase lo que imagino.
¡que bueno que alfin le creyeron a Lu!

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MensajePublicado: Dom May 23, 2010 1:08 am    Asunto: Responder citando

Hola!! ya llegó lo que estaban esperando!!
por poco y no publicaba hasta el lunes, menos mal que mi internet regresó ^^




10.- Reencuentro



Llevaban ya varias horas caminando y descansando cada poco, pues Edmund no tenía la suficiente fuerza para avanzar tan rápido. Había sido buena idea del señor Liebre el salir antes del amanecer, estaba seguro de que si no lo hubieran hecho, en esos momentos la noche ya hubiera caído sobre ellos. No faltaba mucho de camino, eso aseguraba el señor Liebre, estaba demasiado ansioso por llegar que dejaba a un lado el dolor que sentía y seguía caminando.
--- Espera ---le gritó el señor Liebre.
--- Ya casi llegamos ---dijo Edmund desesperado.
--- No, no es eso ---dijo el señor Liebre, Edmund vio que el señor liebre miraba algo por delante de ellos, parecía asustado.
Fijó su mirada en la misma dirección que él y sus ojos se agrandaron con sorpresa. Delante de ellos, estaba una estatua en el suelo, la estatua de un pájaro. Ambos sintieron un nudo el estómago al darse cuenta de quién era.
--- ¡Petirrojo! ---gritó el señor Liebre mientras corría hacia la pequeña estatua. Edmund no podía creerlo, sólo había alguien que podría haberlo hecho, la Bruja Blanca, pero con qué fin. Ahora entendía porque no habían ido a buscarlo, Petirrojo no había podido entregar el mensaje. ¿A caso ella sabía dónde se encontraba? Si fuera así, por qué no lo había matado desde un principio, por qué simplemente evitar que pudiera comunicarse con Caspian, ¿Tenía planeado atacar Cair Paravel? Necesitaba darse prisa y alertarlos.
--- Señor Liebre, tome a Petirrojo y regrese a la madriguera ---le dijo Edmund. El lugar era demasiado peligroso para quedarse por más tiempo, la Bruja Blanca podría seguir por ahí.
--- De ninguna manera te dejaré aquí sólo ---se negó el señor Liebre mientras sostenía a Petirrojo con sus patas.
--- Ya no falta mucho ---intentó convencerlo--- puedo seguir sólo desde aquí, necesita volver antes de que el sol caiga.
--- La Bruja Blanca puede estar por aquí ---dijo el señor Liebre asustado--- no puedes ir sólo. Mira lo que le pasó a Petirrojo.
--- Precisamente por eso lo hago ---dijo Edmund seriamente--- piense en sus hijos y su esposa ¿Qué será de ellos si le pasa algo? ---no quería que ellos estuvieran en peligro, si les pasaba algo sería por su culpa y no podría cargar con eso en su conciencia ---debe volver, ya han hecho suficiente por mí, no soportaría que les ocurriera algo, por favor ---le rogó.
--- Pero, yo…
--- Por favor ---suplicó Edmund--- estaré bien, necesito saber que usted también lo estará.
--- Esta bien ---dijo resignado--- pero si te pasa algo no te lo perdonaré.
--- Lo tendré en mente ---dijo sonriendo.
Rendido se despidió de Edmund, mientras le daba indicaciones sobre la ubicación del claro y le decía que tuviera mucho cuidado. Una vez que lo perdió de vista, siguió el camino que le había indicado. Caminó por unas pocas horas más cuando el sol ya estaba en su punto más alto, se sentía cansado y el dolor de sus heridas se hacía cada vez más grande, pero no le importaba, estaba a punto de llegar.


Lucy había cabalgado durante las seis horas de camino, descansando solo un poco para que el caballo pudiera beber agua. Se sintió emocionada cuando por fin pudo distinguir el claro de sus sueños, desmontó del caballo y lo recorrió todo con su mirada, el sol brillaba con intensidad recordándole mucho a su sueño, estaba segura que ese era el lugar, pero además de la gran roca en el centro, no había nada más, Aslan no estaba ahí. ¿Había llegado demasiado tarde?
Caminó hacia el centro intentando buscar algo que le dijera qué tenía que hacer, una simple señal de Aslan, nada. Se sentía tan desilusionada ¿Por qué Aslan le había hecho ir hasta ahí?
En ese momento un ruido le hizo sobresaltarse, alguien se acercaba, por un momento pensó que podría ser un calormeno y sintió el deseo de salir corriendo pero, un extraño presentimiento le hizo quedarse ahí. Después de unos segundos, salió de los arbustos aquel que había hecho el ruido y su corazón se rebosó de alegría al ver quién era.
--- ¡Edmund! ---gritó con júbilo, sin pensarlo dos veces salió corriendo lo más rápido que sus piernas le permitían.
--- Lucy ---dijo sorprendido y a la vez feliz de verla a salvo. Al llegar hasta él su hermana lo envolvió en un fuerte abrazo que lo tiró de rodillas, mientras ella lloraba de enorme felicidad.
--- ¡Lo sabía! ¡Lo sabía! ---sollozaba escondiendo su cara sobre su pecho--- ¡Sabía que estabas vivo! ¡Lo sabía!
Edmund se alegraba tanto de verla, pero se sentía realmente mal por haberla hecho sufrir tanto, nuevamente la había hecho llorar, no podía imaginarse el enorme sufrimiento que le había causado al pensar que había muerto, sólo podía imaginarse lo que él hubiera sentido si algo le hubiera pasado a ella y el dolor era verdaderamente insoportable.
--- Perdóname, Lucy ---dijo con remordimiento--- no cumplí mi promesa.
--- Eso ya no importa ---dijo mientras levantaba su rosto lleno de lágrimas pero con una enorme sonrisa--- lo único que me importa ahora es que está aquí, vivo ---y nuevamente lo abrazó.
Estuvieron así por un buen tiempo, tenía miedo de que si lo soltaba se fuera de nuevo y eso no lo soportaría.
--- Lucy ---susurró Edmund--- debemos irnos, no es seguro estar aquí.
--- Esta bien ---aceptó, apartándose por fin del abrazo.
Edmund intentó levantarse pero el dolor de sus heridas se hizo presente y cayó nuevamente al suelo con una mano en su costado.
--- ¡Edmund! ---gritó Lucy asustada--- ¡¿Estás herido?!
--- No…no es nada, Lucy ---intentó fingir, fracasando enormemente. Lucy se quitó la cadena que pendía de su cuello y se la extendió a su hermano.
---Bébela ---le ordenó.
---No es necesario…
--- No me hagas repetirlo ---le dijo molesta, Edmund pudo ver que sus ojos se llenaban de lágrimas nuevamente. Sabía que estaba preocupada por él así que con tal de no ver nuevamente sus lágrimas bebió del frasco que llevaba la gota de la flor de fuego e instantáneamente el dolor desapareció y sus heridas se sanaron.
--- Mucho mejor ---dijo complacida colocándose nuevamente la cadena en su cuello--- Ahora dime qué fue lo que pasó ¿Dónde estabas?--- Edmund dio un largo suspiro.
--- Es una larga historia, Lucy.
--- Tenemos mucho tiempo ---dijo decidida a saberlo todo.
No sabía por dónde empezar, tenía tantas cosas qué contarle, decidió empezar por lo más importante en ese momento.
--- Ella ha vuelto…---dijo casi sin voz.
--- ¿Quién? ---preguntó confundida.
--- La Bruja Blanca ---dijo seriamente.
Los ojos de Lucy se abrieron sorprendidos y en su rostro se mostró claramente el temor.
--- No…no puede ser ---estaba asustada, suficiente tenían con los calormenos para que ahora tuvieran que lidiar con ella --- ¿Pero cómo?--- ¿Cómo era posible que hubiera regresado? Aslan la había derrotado.
--- No lo sé ---dijo igual de asustado que ella--- pero necesitamos advertir a Caspian, ella es mucho más peligrosa que los calormenos.
--- ¿Tu la viste? ---si Edmund la había visto ella seguramente habría tratado de matarlo.
--- La primera vez que la vi estábamos en la playa ¿Lo recuerdas? Creí que había sido mi imaginación, por eso no te dije nada.
Lucy recordaba perfectamente la expresión que había adoptado Edmund de pronto ese día cuando jugaban en la playa. Ahora entendía la razón, aún así, había algo que no cuadraba.
--- Pero, ¿Por qué no nos atacó en ese momento? ---le resultaba realmente extraño que hubiera desaprovechado esa oportunidad--- ¿Por qué yo no la vi?
--- No tengo la menor idea, pero era ella ---le aseguró---Durante la batalla, la vi de nuevo. Intenté seguirla por el bosque pero desapareció, me había alejado de la batalla y me topé con un calormeno, lo vencí pero estaba muy herido y me desmayé, por suerte una pareja de Liebres (el señor y la señora Liebre) y una tortuga (la señora Mandy) me encontraron y ayudaron, sin ellos hubiera muerto seguramente, todo este tiempo he estado a su cuidado.
--- Si la Bruja Blanca se encontraba por ahí, pudo haberte matado pero, no lo hizo, todo esto es tan extraño, Ed ---dijo confundida.
Las palabras de su hermana le hicieron formarse en su cabeza una pregunta que le llenaba de aprensión.
--- Lucy… ---dijo con recelo--- ¿Tú me crees? ---su hermana permaneció unos segundos en silencio.
--- Es verdad que hay muchas preguntas sin respuesta, Edmund ---aceptó Lucy--- pero, si tú dices que es verdad yo te creo, eres mi hermano ¿Por qué no habría de hacerlo?--- Sus palabras le reconfortaron enormemente.
--- Gracias, Lu---dijo con alivio dándole un fuerte abrazo.
--- No sabes cuánto te extrañé en todo este tiempo ---le dijo con voz ahogada al revivir los días pasados--- hubiera deseado saber que estabas bien.
--- Lo sé---dijo Edmund sintiéndose igual que su hermana--- intenté comunicarme con ustedes, pero…---se calló al recordar lo que le había pasado a petirrojo.
--- ¿Pero qué? ---preguntó Lucy al notar que la expresión de su rostro había cambiado.
--- La Bruja Blanca lo impidió ---dijo amargamente.
--- ¿Qué? ---dijo asustada.
--- ¿Recuerdas a Petirrojo?
--- Claro que lo recuerdo ---afirmó ella--- ¿Qué pasa con él?
--- Logré que él les llevara el mensaje de que estaba vivo ---le contó---y que la Bruja Blanca había vuelto, sin embargo, pasaron días sin saber nada de él o de ustedes. Entonces, soñé con Aslan y me dijo que viniera a este claro.
--- ¿De verdad? ---dijo emocionada--- ¡Yo también soñé con él! ---exclamó con felicidad--- y también me mostró este claro.
--- ¿En serio? ---dijo sorprendido y a la vez agradecido con el león por hacer que volviera a ver a su hermana.
---Lo hizo para que nos reencontráramos---dijo contenta--- Aslan lo hizo.
--- Sí ---concordó con ella--- gracias a Aslan estamos aquí.
---Te dije que lo volveríamos a ver.
--- Sí, tenías razón, Lucy ---dijo, recordando lo que su hermana le había dicho aquella vez.
--- Pero ---dijo ella recordando su conversación anterior--- ¿Qué pasó con Petirrojo?
--- De caminó aquí ---continuó él con el semblante serio--- el señor Liebre y yo lo encontramos… convertido en piedra.
--- ¡No puede ser! ---exclamó Lucy horrorizada--- ¡Pobre Petirrojo!
--- Lo sé---dijo Edmund sintiéndose culpable de lo que le había pasado a Petirrojo---Hice que el señor Liebre regresara con él a su madriguera, pues seguir en el bosque era demasiado peligroso para él y continué yo sólo desde ahí.
--- ¿Crees que el señor Liebre estará bien? ---preguntó preocupada.
--- Eso espero ---no podía estar seguro de que estaría libre de peligro, pero el que no estuviera cerca de él le daría mejor oportunidad de regresar a salvo, pues la Bruja Blanca no se molestaría en él cuando tenía a Edmund al alcance de su mano ¿o sí?

Lucy recordó de pronto la promesa que le había hecho a Peter de volver en doce horas y se les estaba haciendo tarde.
--- Debemos volver, Edmund ---le dijo a su hermano alarmada, se levantaron del suelo y se apresuraron hacia el caballo que pastaba en la orilla del claro--- o vendrán a buscarme ---después agregó mirando a Ed con una sonrisa traviesa--- Hay algo que tienes que ver cuando lleguemos ¡No vas a creerlo! ---Edmund todavía no estaba enterado del regreso de Peter y Susan a Narnia por lo que le daría una enorme sorpresa cuando volvieran.
--- ¿De qué se trata? ---preguntó intrigado por la misteriosa sonrisa de su hermana, al menos parecía ser algo bueno.
--- Ya lo verás ---dijo aún sonriente--- démonos prisa.
Edmund montó el caballo mientras Lucy se ponía detrás de él, abrazándolo por la cintura. Asiendo bien las riendas dio una patada al caballo y cabalgaron de prisa para llegar a Cair Paravel antes de que el plazo se terminara.


El sol estaba por ocultarse, en cuanto lo hiciera se habrían cumplido las doce horas. Peter se hallaba de pie en las afueras de Cair Paravel, no apartaba su vista del bosque, justo dónde había visto por última vez a Lucy alejarse. Los nervios lo estaban matando, ansiaba verla aparecer sana y salva, se arrepentía tanto de haberla dejado ir sola pero ya era demasiado tarde para eso, ahora sólo podía esperar.
Susan llegó a su lado, lucía igual de preocupada que él y ahora ambos miraban hacia el bosque esperando alguna señal de Lucy.
--- ¿Crees que esté bien? ---le preguntó.
--- Eso espero ---respondió Peter.
--- No debimos haberla dejado ir sola ¿Y si le pasa algo?
--- Yo también estoy preocupado Susan, pero si Aslan le llamó estará bien.
--- ¿Por qué no nos llamó a nosotros? ---dijo Susan resentida --- ¿Por qué nos trajo aquí? ¿Por qué nos ilusiona de nuevo? ---dijo llorando--- ¿Por qué no salvó a Edmund?
--- Aslan sabe por qué hace las cosas ---dijo Peter entendiendo perfectamente cómo se sentía Susan, de alguna manera el también lo sentía--- debemos de confiar en él ---la abrazó para dejar que se desahogara.
Los últimos rayos desaparecieron en el horizonte, el plazo se había acabado.
--- Iré a buscarla ---dijo Peter a Susan mientras daba media vuelta para entrar al castillo por su caballo.
No había dado ni dos pasos cuando un cuerno resonó desde la muralla anunciando la llegada de alguien. Peter y Susan se sintieron aliviados y fijaron su mirada hacia el bosque esperando ver salir en cualquier momento a su hermana.
Una sombra se divisó saliendo de entre los árboles, Peter y Susan no podían distinguir muy bien de quién se trataba debido a la oscuridad, la sombra fue aclarándose mientras se acercaba. Lo primero que vieron fue el caballo de Lucy que iba tranquilamente hacia ellos junto con dos sombras caminando a su lado, una era más alta que la otra.
Caspian llegó corriendo al lado de Peter y Susan después de haber escuchado el sonar del cuerno y junto con ellos fijó su mirada en la misma dirección.
La luz del castillo por fin llegó a ellos, un gran alivio llegó a los tres al distinguir a Lucy sana y salva, pero quedaron totalmente pasmados en cuanto vieron a su acompañante. ¡Edmund! No podían creerlo ¡Estaba vivo!
Edmund tampoco podía creer lo que sus ojos veían, miró a Lucy para comprobar que sus ojos no le mentía y ella asintió con una enorme sonrisa ¡Peter y Susan habían vuelto! Sus hermanos estaban de regreso en Narnia.
Sin esperar ni un segundo más Peter y Susan corrieron a ellos como si sus vidas dependieran de ello, Edmund y Lucy los imitaron encontrándose a medio camino, Susan llegó sorprendentemente primero que Peter y envolvió a Edmund en un enorme y sofocante abrazo mientras lloraba sin parar enormemente feliz de verlo con vida.
--- Susan sé que me quieres mucho, pero no puedo respirar ---se quejó Edmund intentando zafarse un poco del abrazo de su hermana. Ella rápidamente se apartó un poco mientras tomaba su cara con ambas manos para verlo mejor y le dio un beso en la mejilla--- Ed, pensé… pensé…---dijo sollozando.
--- Tranquila ---le dijo con una amable sonrisa--- estoy bien.
Peter observaba la escena con Lucy a su lado, por su cara corrían las lágrimas, mas en su rostro se mostraba una sonrisa, Lucy se dirigió a él feliz y tranquila.
--- Te dije que estaba vivo ---no era un reproche más bien era como una respuesta confortante.
--- Lamento no haberte creído, Lucy ---dijo Peter realmente feliz de que su hermana hubiera tenido razón.
Edmund se separó de Susan y miró a Peter, sin decir nada Peter se acercó a él y lo abrazó con fuerza. Ambos lloraban dichosos de poder estar juntos, Susan y Lucy los observaban abrazadas y lloraban igual que ellos.
--- No vuelvas a asustarme así, Ed ---le dijo entre lágrimas sin apartarse del abrazo.
--- Intentaré no hacerlo, Peter ---respondió bromeando--- me alegra que estén aquí.
--- A mi también.
Por un momento creían haberlo perdido para siempre, se habían sentido tan devastados que la alegría de verlo con bien superó con creces el dolor por el que habían pasado. Susan y Lucy se acercaron a ellos y los cuatro se abrazaron como la familia que eran, juntos de nuevo, como siempre había sido, como se habían prometido y esperaban no separase jamás.

Caspian se había apartado un poco para darles espacio, después de tanto sufrimiento se merecían un poco de alegría. Se sentía feliz de que Edmund estuviera con vida, aunque no entendía muy bien cómo había sucedido. Se acercó a ellos después de que los abrazos y las lágrimas hubieran terminado.
--- Me alegra que estés con vida, Edmund ---dijo Caspian feliz y asombrado--- ¿Cómo fue posible? Habíamos hallado un cuerpo con el escudo de Peter…
--- Lo sé ---dijo Edmund con algo de tristeza--- yo le di mi escudo a un muchacho que había olvidado el suyo en el campamento.
--- Eso explica todo ---Caspian se avergonzaba de haber creado todo ese malentendido--- si hubiera prestado más atención… si me hubiera dado cuenta… no habrías pasado por esto. Lo siento tanto ---dijo apenado.
--- No, Caspian ---le contradijo--- no tienes por qué culparte yo tengo la culpa de este embrollo.
--- ¿Qué quieres decir? ---preguntó Peter intrigado.
--- Aquí no es un buen lugar para hablar ---murmuró Edmund.
--- Vamos a la sala de reuniones ---sugirió Caspian y los cinco se adentraron en el castillo.
Lucy y Edmund se dirigieron una mirada significativa, era el momento de enterarlos de las malas noticias, esperaban que se lo tomaran con calma, aunque teniendo en cuenta la situación en la que se encontraban sería realmente imposible.

Llegaron a la sala de reuniones y todos voltearon a ver a Edmund esperando que empezara a hablar. Edmund dio un largo y cansado suspiro por lo que le esperaba. Decidió empezar por contar dónde había estado y cómo es que Lucy y él se habían reencontrado dejando a la Bruja Blanca hasta el final.
--- Hay algo más ---les dijo preocupado.
--- ¿Qué es? ---preguntó Peter notando la preocupación de Edmund en su rostro.
--- La Bruja Blanca, Peter… volvió.


Mr. Green
¿Les gustó?

Lamento decirles que el siguiente capítulo lo tendrán que esperar por un tiempo, porque estas semanas que vienen las tendré horriblemente ocupadas con trabajos finales y examenes T-T por lo que no creo poder escribir mucho.
Triste
Pero tan pronto como me libere y la inspiración llege les traeré el capítulo.

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MensajePublicado: Dom May 23, 2010 3:37 pm    Asunto: Responder citando

estubo hermosisimo este capitulo, casi lloro de la emcion estubo precioso , latima que no puedas continuar pronto me encanto
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MensajePublicado: Mar May 25, 2010 6:05 pm    Asunto: Responder citando

Fue el capitulo mas hermoso,
que bueno que los hermanos pevensie ya están juntos,
pobre petirrojo:(

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MensajePublicado: Mar Jun 22, 2010 2:49 am    Asunto: 11vo Capítulo: Responder citando

Siento haberme tardado tanto, pero apenas me he librado de la escuela T-T
y gracias por sus comentarios que me alegran mucho n.n
espero que les guste, creo que me emocioné de más jejeje



Llegaron a la sala de reuniones y todos voltearon a ver a Edmund esperando que empezara a hablar. Edmund dio un largo y cansado suspiro por lo que le esperaba. Decidió empezar por contar dónde había estado y cómo es que Lucy y él se habían reencontrado dejando a la Bruja Blanca hasta el final.
--- Hay algo más ---les dijo preocupado.
--- ¿Qué es? ---preguntó Peter notando la preocupación de Edmund en su rostro.
--- La Bruja Blanca, Peter… volvió.


11.-Locura


Las caras de Peter, Susan y Caspian palidecieron completamente, estaban tan desconcertados que se quedaron sin habla por un momento.
--- ¿Q…Qué?---pudo por fin preguntar Peter.
--- Regresó ---respondió---no sé cómo, pero es cierto, la he visto--- aseveró.
En su mente estaba preguntándose lo mismo que se preguntaban los demás. ¿Cómo pudo regresar la Bruja Blanca? Era claro que sola no lo hubiera hecho, necesitó la ayuda de alguien, pero otra pregunta surgía con esa respuesta ¿Quién? ¿Quién había sido capaz de liberarla? La voz de Caspian surgió, interrumpiendo sus pensamientos.
--- ¿Dónde la viste? ---preguntó confuso.
--- Durante la batalla, intenté seguirla pero la perdí, después me tope con el calormeno y ya saben lo demás --- dijo él--- pero no era la primera vez que la veía.
--- ¡Qué! ---dijeron Peter y Susan asustados.
--- Hace unos días, Lucy y yo salimos a dar un paseo por la playa ---explicó--- y ahí la vi, al principio creí que había sido mi imaginación…
--- ¿Por qué? ---preguntó Peter.
--- La vi sólo un instante, por eso creí haberlo imaginado, pero cuando la vi de nuevo en la batalla me di cuenta que no fue así.
--- ¿Estás seguro? ---cuestionó de nuevo su hermano.
--- Claro que estoy seguro, Peter ---dijo ofendido--- ¡Era ella!
--- Quiero decir… Ed… ---dijo dudoso--- tal vez fue por el momento… el estar en medio de la batalla… y…
--- Nadie más la vio ¿o sí? ---continuó Susan mirando a Caspian.
--- Estoy seguro que si alguien más la hubiera visto ya lo habrían reportado ---respondió.
--- Lo ves ---le dijo Peter---Tal vez sólo fue…
--- ¡No lo imaginé! ---gritó enfadado--- ¿Crees que no se diferenciar la realidad? ¡Estoy seguro de lo que vi!
--- Diles lo de Petirrojo ---le apoyó Lucy.
--- ¿Petirrojo? ---cuestionó Caspian.
--- En el bosque… ---empezó a decir Edmund tratando de calmarse--- cuando me dirigía al claro, encontré a Petirrojo convertido en piedra---Los tres se sobresaltaron con la noticia.
--- No puede ser ---dijo Capsian asustado. Pero Peter seguía reacio a creer completamente en sus palabras.
--- ¿Y dónde está él ahora?---preguntó.
--- Le dije al señor Liebre que regresara con él a su madriguera ---dijo de mal humor. Veía claramente en el rostro de Peter que desconfiaba de su palabra, Susan y Caspian se mostraban indecisos respecto a qué creer, pero estaba claro que darían por sentado lo que Peter aceptara--- No era seguro que permaneciera en ese lugar.
--- Bien ---dijo con escepticismo--- entonces sugieres que fue la Bruja Blanca la que lo hizo ¿no?
--- ¿Para qué te molestas en intentar parecer interesado? ---dijo Edmund harto de su actitud--- Está más que claro que no crees ni una palabra de lo que digo y aunque lo veas con tus propios ojos no lo creerás --- dicho esto dio media vuelta y salió con rabia de la sala dando un fuerte portazo.
--- ¿Por qué les es tan difícil? ---les dijo Lucy dolida--- ¿Por qué no pueden tan siquiera considerar por un momento que lo que dice es verdad?
--- Lucy, la Bruja Blanca no pudo haber regresado, es imposible ---dijo Peter a la defensiva--- Aslan acabó con ella y lo sabes.
--- Pero también sabes que era posible hacerla volver ---respondió ella--- ¿O acaso olvidaste lo que pasó en el altozano de Aslan? Además ¿Qué hay de Petirrojo? ¿También crees que no es real?
--- Pudo haber sido una simple figura tallada en piedra --- dijo Susan sin más--- Lucy los miró con decepción y tristeza.
--- Edmund tiene razón ---dijo desilusionada--- diga lo que diga no va a entrar en su cerrada mente--- y se marchó tal como lo hizo Edmund.

Un tiempo a solas es lo que Edmund necesitaba en esos momentos por lo que subió a una de las torres del castillo a respirar un poco de aire e intentar calmarse mientras buscaba la forma de que le creyeran.
Una vez ahí caminó hacia un extremo de la torre y se asomó por el borde mientras cerraba un momento los ojos. Se sentía tan bien la brisa sobre su cara, hacía que los problemas se quedaran de lado. Abrió los ojos y miró hacia el cielo, si tan sólo éste no se hubiera nublado sería un paisaje perfecto, desde ahí se podía ver mucho mejor toda Narnia, dese el mar meciéndose suavemente iluminado por tenues rayos de la luz de la luna que se hacían visibles a través de las nubes, hasta los grandes bosques que se extendían casi en la mayor parte del territorio. Era una vista estupenda, sólo una cosa lo arruinaba, y no era precisamente el mal humor que traía, ese ya se había disminuido un poco, sino aquellas dos colinas, en especial, lo que una vez había existido en medio de ellas, el castillo de Jadis. No quería pensar en lo que podría llegar a hacer mientras todo el mundo pensaba que no había vuelto, podría incluso hacerle daño a su familia, no podía permitir eso, debía buscar la manera de que le hicieran caso pero en esos momentos le parecía imposible lograrlo ¿Pero qué les pasaba? ¿Qué es lo que había cambiado? ¿Por qué no le creían? Dio un largo suspiro de derrota y extrañado observó como vapor salía por su boca, se dio cuenta que la temperatura había descendido varios grados y un ligero temblor se apoderó de él. Giró su cabeza hacia atrás asustado pero se vio solo en la torre, era muy extraño, estaba seguro de haber sentido a alguien detrás de él, misteriosamente el frio también había desaparecido, eso no le gustaba para nada. Posó su mirada nuevamente hacia la playa y supo que su presentimiento no había sido infundado. ¡Ahí estaba ella! Caminaba apaciblemente por la playa ¡¿Cómo es que nadie la había visto?!
Probablemente debió haber pensado antes de actuar, pero no sería él si lo hiciera, así que corrió escaleras abajo lo más rápido que podía sin mirar con quién se topaba en el camino y salió directo hacia la playa, tenía que enfrentarla, tenía que detenerla. Llegó con la espada desenvainada listo para cualquier ataque pero al mirar a su alrededor ya no había nadie, se le había escapado de nuevo. Se sentía frustrado por haber perdido la oportunidad de demostrarles que estaba viva y paseándose por toda Narnia como si nada. Derrotado, enfundó nuevamente su espada.
--- ¡Edmund! ---escuchó que alguien le gritaba. Al voltear vio como Lucy corría a él con preocupación en su rostro.
--- ¿Qué haces aquí? ---preguntó extrañado.
--- Te vi… salir corriendo… del castillo ---dijo entrecortadamente después de haber corrido tanto--- y me preocupé... ¿Qué pasó?
--- La vi otra vez, Lucy ---le dijo intranquilo--- pero cuando llegué ya se había ido.
--- ¿Estuvo aquí?---dijo espantada--- ¿De nuevo?
--- Sí ---dijo con seriedad--- no sé a qué está jugando.
--- Debemos decirles, Edmund ---dijo Lucy desesperada--- Tal vez ahora te crean.
Sin esperar su respuesta lo jaló de regreso al castillo y entraron corriendo al comedor en donde sus hermanos y Caspian cenaban.
--- ¡Estuvo aquí!---llegó Lucy gritando, alarmando a todos los presentes--- ¡En la playa, la Bruja Blanca!
--- ¿La viste? ---preguntó Caspian asustado.
--- No, yo no pero, Edmund lo hizo ---dijo agitada--- ¿Verdad Ed?
--- Si ---respondió vagamente, estaba pendiente de las reacciones de su hermano que seguía sin parecer convencido--- ¿Crees que lo he inventado? ---preguntó a Peter que tenía la vista fija en su plato. Él se tomó su tiempo en responder para después decir un simple ---No.
--- ¿Entonces me crees? ---dijo sorprendido.
--- Tampoco he dicho eso ---dijo mirándolo con pena.
--- ¿Entonces? ---dijo desesperado.
--- Hablemos en otro lado ---se levantó de la mesa y caminó fuera del comedor seguido de Edmund que no entendía su extraño comportamiento. Lucy quiso seguirlos pero Susan le llamó.
--- Lucy, déjalos hablar a solas ---tomó a su hermana por los hombros y la sentó en la mesa--- por ahora acompáñanos en la cena, nosotras también necesitamos hablar---Ella no puso objeciones pues sabía que no era conveniente interponerse en su plática y se sentó en la mesa, por otro lado sentía que no iba a resultar nada bien.

Fueron a una pequeña sala de estar y ambos se sentaron en los sillones sin decir palabra. Edmund lo miraba inquisitivo, formulando sus propias conclusiones sobre el porqué quería hablar con él a solas, cosa que no le agradaba.
--- Ed ---comenzó a decir Peter sin mirarlo. ¿Por qué no lo miraba? --- Hay muchas razones por las que la Bruja Blanca no podría haber vuelto y sé que también hay mínimas posibilidades de que lo haya hecho, pero ese no es el punto. El punto es que me preocupa que la hayas visto y cuando digo esto me refiero a que sigo creyendo que no ha vuelto.
--- Un segundo ---dijo sin poder creérselo --- ¿Me estas queriendo decir qué me volví loco o algo parecido?
--- Por supuesto qué no ---dijo algo incómodo--- sólo algo… confundido--- ¡¿Sólo algo confundido?! Prácticamente lo estaba aceptando. No podía creer que Peter pensara eso--- Escucha ---habló Peter llamando su atención de nuevo--- Con todo lo que nos ha pasado… la muerte de nuestros padres… la guerra contra los calormenos. Tu mismo dijiste que al principio creíste que lo habías imaginado.
--- Pero no fue así ---le interrumpió Edmund--- la volví a ver y era real.
--- ¿Y si no, Ed? ---le cuestionó Peter--- Nadie más la ha visto, ni siquiera Lucy que estuvo contigo cuando la viste por primera vez. ¿No te has detenido a pensar por un segundo que en verdad podrías haberla imaginado?
Sus palabras en verdad lo habían puesto a pensar, no podía creer que en verdad se estaba planteando lo que Peter le había dicho. Pero si lo ponía de esa manera, era cierto que nadie más la había visto, sólo él. Además, todas las veces que la veía ésta desaparecía en segundos. ¿Todos sus encuentros los había imaginado? No, no era así. Ella era real, nadie más habría convertido en piedra a Petirrojo, ese era el único punto a su favor y lo único que necesitaba para creer que no se había imaginado nada.
--- Te estás olvidando de Petirrojo ---dijo mostrando su única carta. No podría poner trabas a eso.
Peter dio un largo suspiro y lo miró tristemente. ¿A qué venía esa cara?
--- Petirrojo acaba de llegar hace unos momentos ---le explicó Peter con suavidad--- y ha negado haberte visto desde tu llegada a Narnia.
Eso si no lo esperaba.

Edmund se quedó sin habla, totalmente confundido y desconcertado. ¡Era imposible! ¡Él mismo lo había visto convertido en piedra!
--- ¡No puede ser! ---dijo pasmado--- ¡Yo lo vi! ¡Estaba convertido en piedra, Peter! No puede ser él.
--- Lo es, Edmund ---dijo Peter con clama--- No hay nada que pruebe que en verdad la Bruja Blanca ha vuelto.
Edmund permanecía en silencio hecho un remolino de ideas, intentando llegar a una conclusión coherente de que Petirrojo estuviera ahí, completamente sano y sin memoria de su encuentro. Lo único que podía explicarlo era que la bruja tuvo algo qué ver pero, eso no le ayudaba en nada, porque volvía a salir a la luz la posibilidad de que todo estuviera en su imaginación.
--- De verdad lamento que esto te esté pasando ---dijo Peter realmente preocupado por él.
--- Déjame solo ---fue lo único que pudo decir en esos momentos.
--- Ed…
--- ¡Vete! ---le gritó desesperado.
Mirándolo con pena, Peter se levantó de su asiento y salió por la puerta. Edmund puso ambas manos en su cabeza desesperado ¿Qué estaba pasando con él?

--- ¡¿Petirrojo está aquí?! ---gritó Lucy de la sorpresa.
--- Así es, Lucy ---le dijo Susan después de haberle explicado que hacía poco había aparecido y decía no haber visto a Edmund durante ese tiempo--- por eso creemos que Edmund lo imaginó todo.
--- Pero…
--- ¿Qué más pruebas necesitas, Lucy? ---le dijo Susan molesta --- Está claro que Petirrojo no fue convertido en piedra y que la Bruja Blanca no ha regresado. No se necesita nada más para darse cuenta de eso.
Lucy se quedó callada, mirando tristemente a su plato, aún creía en lo que Edmund le había dicho. Todo debía tener una explicación ¿o no?


Llegó un nuevo día en Cair Paravel, Edmund se levantó muy de mañana y caminaba por los pasillos en busca de Petirrojo, no había podido dormir bien después de lo de anoche y necesitaba aclarar todas sus dudas. Lo encontró descansando en uno de los balcones del castillo, caminó hasta ahí observándolo detenidamente, sin duda era él, pero seguía sin explicarse cómo es que no era una estatua de piedra. Petirrojo al verlo hizo una leve reverencia y lo miró de una forma extraña.
--- Majestad ---dijo Petirrojo en forma de saludo.
--- Buenos días, Petirrojo ---respondió Edmund--- quisiera hablar contigo.
--- Si es sobre que fui convertido en piedra por la Bruja Blanca, majestad---dijo Petirrojo con algo de monotonía--- le aseguro que jamás la he visto y desde el día en que usted y su hermana llegaron a Narnia no he tenido contacto con ustedes.
--- ¿También vas a decirme que no conoces al señor y la señora Liebre? ---preguntó incrédulo.
--- En efecto ---dijo sin inmutarse--- jamás he conocido a dichas criaturas.
Nada de eso tenía sentido ¿También se había imaginado a aquellos que le salvaron la vida? Era completamente inverosímil. Algo le había hecho a Petirrojo esa bruja, pero otra cosa comenzó a preocuparle, si el señor Liebre lo había llevado, cuando había sido una estatua, de regreso a su madriguera eso significaba que la bruja le había hecho algo. Necesitaba saber que había pasado en verdad.
--- Petirrojo ---dijo Edmund intentando encontrar algún hueco en sus palabras--- Recuerdas dónde has estado estos últimos días.
--- Los recuerdo perfectamente ---respondió con frialdad, como si Edmund no creyera en lo que decía--- He estado en mi casa en los bosques de Occidente.
Edmund iba a seguir haciéndole más preguntas cuando un cuerno comenzó a sonar al anuncio de la llegada de un visitante. Sabía que tenía que ir a la entrada así que se despidió de Petirrojo diciéndole que hablarían luego, cosa que al parecer no le agradó mucho y se marchó.
Camino a la entrada se encontró con Lucy, esta lo miró inquieta y supo al instante que ya sabía lo de Petirrojo y su posible estado de “confusión” ¿O debería decir locura? Aunque por supuesto estaba seguro de no estarlo. Edmund prefirió seguir de largo sin mirarla, se sentía dolido de que al final les creyera a ellos y no a él, no obstante no podía culparla pues él mismo tenía sus dudas, claro que éstas eran mínimas. Lucy pareció ignorar su indiferencia y siguió caminando a su lado.
--- Aún te creo ---dijo por lo bajo para que sólo él la escuchara. Edmund se detuvo sorprendido y la miró anhelante--- Se que todo debe tener una explicación. Y estoy completamente segura de que no estás loco.
--- ¡Vaya! ---exclamó divertido--- al menos eres la única que me dice lo que todos piensan de mí y no que estoy “confundido”.
--- Solo están preocupados, Ed --- dijo Lucy--- Pero habrá que encontrar una forma de probar lo que dices.
--- Como encontrar una aguja en un pajar ---suspiró derrotado.
--- Confía ---lo animó su hermana--- Aslan ya nos ha ayudado antes, estoy segura de que lo volverá a hacer.

Al llegar al recibidor se encontraron con todos ya reunidos y saludando a los recién llegados. Lucy y Edmund notaron que se trataba del profesor Cornelius y Cazatrufas. Después de saludarlos e ignorar olímpicamente las miradas preocupadas de sus hermanos y Caspian todos pasaron a la sala de reuniones. Caspian les explicó que el profesor y Cazatrufas habían sido enviados como embajadores a Archenland para pedir apoyo militar y evitar más el cruce de los calormenos a las tierras narnianas.
--- Los calormenos también les han causado leves problemas y están dispuestos a prestar una parte de sus tropas para ayudarnos ---explicó el profesor a los presentes.
--- Ahora mismo las tropas de Archenland están extendiéndose por la frontera y así evitar más infiltraciones--- dijo Cazatrufas--- pero aún permanecen las tropas de calormenos que sobrevivieron a la batalla.
--- Me han informado que planean un nuevo ataque muy pronto ---dijo Caspian--- al parecer no quedaron muy contentos con su derrota, pero en estos momentos no tienen suficientes tropas.
--- Los calormenos buscarán la forma de aumentar su ejército ---expresó Peter con preocupación.
--- Si las fronteras están bloqueadas, la única medida que les queda será traer tropas por mar ---dijo Susan.
--- Les tomaría al menos alrededor de cinco días si el viento nos favorece---dijo por primera vez Edmund con seriedad--- ¿Tendremos suficiente tiempo para planear un contraataque?
--- Creo que es más que suficiente ---dijo Caspian --- Necesitaremos que las tropas de Archenland sean nuestros refuerzos ¿Será posible que estén aquí en tres días? ---preguntó al profesor Cornelius.
--- Haré todo lo posible para que así sea ---dijo con seguridad.
--- Nosotros prepararemos nuestras tropas para su llegada ---dijo Peter.
La reunión concluyó y todos se dirigieron a realizar sus respectivas tareas. Antes de que Edmund saliera de la sala Peter le llamó.
--- ¿Qué has pensado? ---preguntó.
--- Sigo creyendo en lo que vi --- respondió con seriedad y se marcho antes de que pudiera decirle algo más.

Transcurrieron dos largos días muy ajetreados, las tropas aún no estaban completamente recuperadas de la batalla anterior y tenían que organizarse y planear una mejor estrategia para que las heridas no fueran una mayor desventaja. Afortunadamente para Edmund eso los mantuvo a todos demasiado ocupados para entablar nuevamente el tema de su “imaginación”. Aún no contaba con alguna prueba lo suficientemente sólida para que le creyeran y tampoco tenía demasiado tiempo para buscarla, el día anterior se habían pasado horas trabajando en la estrategia, era bueno que aún confiaran en él para idearla pero, no era suficiente. Por el momento había decidido que a menos que la Bruja Blanca hiciera algún movimiento no podría hacer nada, sin embargo, esperaba encontrar una solución rápida para todo esto antes de que las cosas resultaran mal.

Caspian caminaba un poco por el castillo, después de haber estado horas trabajando acordaron tomar un respiro y vaya que todos lo necesitaban, en su camino se encontró con Susan que miraba por una ventana, lucía preocupada, y quien no en esos momentos.
--- Hola ---le dijo suavemente. Ella despertó de su ensoñación y al verlo le dedicó una tímida sonrisa.
--- Hola ---respondió amablemente.
--- Se que no es un buen momento para hablar ---comenzó a decirle mientras ella lo miraba atentamente--- con lo de Edmund y los calormenos… debes tener demasiadas preocupaciones en estos momentos.
--- Si ---respondió ella vagamente, sabía a lo que él se refería con “hablar”--- pero es lo mejor--- Caspian la miró confundido--- si no es eso será otra cosa y cuando las cosas lleguen a calmarse será demasiado tarde para hablar y nosotros volveremos a nuestro mundo ---dijo con tristeza--- así que para que hablar de eso si después nos separaremos.
--- ¿No deseas aprovechar los momentos en que estamos aquí y ahora juntos? ---le dijo dolido.
--- Yo sólo no quiero terminar con una herida más grande cuando tenga que partir y no verte más ---respondió Susan con lágrimas en los ojos.
Caspian comprendía cómo se sentía, él se sentía igual pero, ahora que tenía la oportunidad de estar con ella otra vez cuando había creído que jamás lo haría no desaprovecharía ni un segundo.
--- Durante la batalla contra los calormenos me hirieron gravemente ---comenzó a narrarle, Susan lo miraba sin comprender--- creí que iba a morir ahí y pensé en lo que nunca pude decirte cuando te vi partir aquel día ---Susan podía sentir el dolor en sus palabras--- Edmund me dijo que te lo dijera en persona, en ese momento creí que lo decía para no dejarme morir, pero ahora tengo esa maravillosa oportunidad de decírtelo.
Susan lo miraba atentamente y ansiosa por que continuara, aunque después se arrepintiera de ello.
--- Susan… ---le dijo con gran cariño--- eres y serás siempre la persona más importante en mi vida. Y a pesar de no haber tenido el suficiente tiempo para disfrutar juntos aquellos días, ahora quiero atesorar cada momento a tu lado y no pienso dejarlo pasar--- Susan le miraba con lágrimas corriendo por sus mejillas conmovida por sus palabras, Caspian creyó por un momento que la había hecho sentir mal pero al ver que ella sonreía ampliamente supo que no era así.
--- Tú también eres la persona más importante en mi vida ---dijo limpiando sus lágrimas--- y aunque al final nos separemos no quiero desperdiciar ni un momento a tu lado Caspian.
Caspian sonrió ante sus palabras y la abrazó con gran cariño, permanecieron abrazados por un buen tiempo, anhelando quedarse así por siempre.

Edmund, aliviado de desprenderse un poco del trabajo decidió dar una vuelta por la orilla del bosque, no quería acercarse demasiado a la playa por los desagradables momentos que últimamente había pasado ahí, por lo que caminar un poco por el bosque no le pareció tan mala idea. Se sentó a la sombra de un gran árbol y cerró los ojos para descansar un momento y liberarse de tanta presión, tenían encima a los calormenos y las tropas de Archenland aún no llegaban mientras que a él se le sumaba la preocupación de la bruja, era demasiado para él.
Cuando sentía que estaba a punto de quedarse dormido un viento helado le rodeó por completo y alarmado se puso de pie. Frente a él se encontraba ella, con su mirada penetrante y sonriéndole con malicia. Esta vez Edmund no se dejó intimidar y sacó su espada dispuesto atacar en cuanto hiciera algún movimiento.
--- ¿Qué es lo que pretendes? ---dijo bruscamente--- ¿Por qué sólo te muestras a mí?
--- Edmund, Edmund, Edmund ---habló fríamente con una sonrisa en su cara. Aún podía recordar esa fría voz como si la hubiera escuchado ayer--- ¿Estás seguro de lo que tus ojos ven? ---En ese momento la Bruja Blanca desapareció para luego estar en un parpadeo junto a él, Edmund dio un brinco del susto y rápidamente se apartó sin dejar de apuntarla con su espada.
--- No sé a qué estás jugando ---dijo sin perderla de vista--- Pero haré lo que sea para detenerte.
--- ¿Crees que puedes detenerme? ---se burló, mirándolo como si fuera un ser insignificante y desapareció de nuevo para reaparecer unos metros más a la izquierda--- Es una lástima, quería divertirme un poco más.
Estaban tan cerca del castillo si alguien pasara por ahí en esos momentos la vería y por fin sabrían que volvió pero, ¿Cómo hacer que la vieran? Mientras pensaba en alguna forma la bruja volvió a desaparecer y en seguida se puso alerta esperando su reaparición. El crujir de una rama a sus espaldas lo hizo girarse rápidamente blandiendo su espada dispuesto a atacar pero se detuvo casi al instante. El gritó de Lucy resonó en sus oídos mientras ella caía de espaldas y lo miraba aterrada, en ese instante soltó su espada asustado de haber estado a punto de atacar a su propia hermana y se arrodilló junto a ella alarmado.
--- ¡Lucy! ¡¿Estás bien?! ---preguntó preocupado--- ¡Perdóname, yo no quería lastimarte! ¡Ella estuvo aquí y yo creí…!
--- Edmund tranquilízate ---dijo por fin Lucy recuperándose de la impresión --- estoy bien.
Edmund la abrazó temblando de miedo, si no se hubiera detenido a tiempo le hubiera hecho daño y no podría perdonárselo nunca.
--- ¿La viste otra vez? ---preguntó Lucy cuando logró que Edmund la soltara, se veía tan asustado.
--- Sí, ella…
--- ¡Lucy! ---el grito de Peter lo interrumpió y ambos lo vieron llegar agitado--- ¿Estás bien?---preguntó preocupado arrodillándose junto a ella--- ¿Qué pasó? ¿Por qué gritaste?
--- Fu…Fue un accidente ---murmuró Lucy mirando hacia el suelo.
Peter vio la mirada culpable de Edmund y su espada tirada a un lado y comprendió a lo que se refería.
--- ¡¿La atacaste?! ---gritó a Edmund con furia.
--- No fue su culpa, Peter ---intentó Lucy defenderlo.
--- Fue un accidente ---dijo Edmund afligido--- creí…
--- ¡¿Creíste qué?! ---preguntó airado--- ¡¿Qué era la bruja?!--- Edmund no pudo responder y bajó la cabeza avergonzado. Peter levantó a Lucy del suelo poniendo un brazo sobre sus hombros en forma protectora y miró a Edmund enojado --- ¡Ya he tenido suficiente, Edmund! ---y obligó a Lucy a regresar con él al castillo, dejando a Edmund sólo en el bosque.
--- Tendrás que controlar mejor tus impulsos ¿no crees? ---dijo divertida la fría voz de la Bruja Blanca que lo miraba con satisfacción, parada a unos metros junto a él. Edmund sólo pudo mirarla con odio y desprecio, cuando nuevamente desapareció.
Sintiéndose completamente inútil, permaneció ahí en el suelo, derramando lágrimas de frustración e impotencia. Deseaba tanto que Aslan pudiera ayudarlo en esos momentos. Se sentía tan perdido. ¿Nadie más la veía? ¿De verdad se había vuelto loco? Comenzaba a pensar que sí. Todas las cosas estaban en su contra ¿Qué más podía hacer? Ya no estaba seguro de nada, ni de sí mismo.


Mr. Green ¿Qué opinan?
jejeje nos veremos en el proximo capítulo Picaro diablo

_________________
___________________________________
La radiante estrella que una vez brilló tanto,
me la han quitado, para siempre.
Aunque nada pueda devolver el esplendor del césped,
o la gloria de la flor, no vamos a sufrir,
más bien buscaremos fuerzas en
lo que tenemos...*"
William Wordsworth

Mi fanfic Muy Feliz :
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Primer trailer:La Guerrra, El regreso y El brazalete
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jillpole95
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MensajePublicado: Mar Jun 22, 2010 1:08 pm    Asunto: Responder citando

d'oh! No puedo creer que piensen que Ed este loco , no es justo que no le crean, se que algun dia se van a dar cuenta pobre Ed.
Estuvo excelente el capitulo no me di cuenta de lo largo que era ojala publiques uno muy pronto, me muero por saber que sigue y que pasara, que le crean a tiempo
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divinafer
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MensajePublicado: Mar Jun 22, 2010 4:18 pm    Asunto: Responder citando

Yo tampoco puedo creen que no le crean,
ya se les está haciendo costumbre la de no creer,
y lo peor de todo,
Ed ya no cree en si mismo.

Me encanta como escribes,
sigue asi!

_________________
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