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Historias de Ilyum: El Joven Rey & La Chica en la Rosa



 
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Wolve21
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MensajePublicado: Mar Jul 31, 2012 3:07 am    Asunto: Historias de Ilyum: El Joven Rey & La Chica en la Rosa Responder citando

Wolve21 escribió:
Este es mi primer cuento, disfruten.

[Borrador] Aun no terminado.

El Joven Rey & La Chica en la Rosa

En el vasto territorio de Ilyum existe una región llamada Vecna-Zima de la cual se cuenta que nunca ha visto nacer una flor en su suelo y sus jardines están cubiertos de una nieve tan blanca como desoladora. Dos grandes montañas al oeste y al este lo separa de las demás regiones haciéndoles difícil el ingreso más no imposible. Su relieve es de una atmosfera escalofriante y flora tétrica. Tiene 4 grandes ciudades; OigHear siendo esta la más importante y donde reside el rey, después le sigue Koch, Snih y Lounapoolus.

Su Rey, Ollpheist de 20 años, era el más joven de todos los soberanos de Ilyum, de cabello corto y rubio oscuro, ojos marrones y de tez blanca, pero esto es solo una suposición ya que nunca fue visto. Solo Troskab, su sirviente, lo podía llegar a describir. Se le apodaba "el señor de los lobos" ya que se creía que podía comunicarse con los lobos y les ponía a la tarea de proteger y recorrer sus tierras en busca del pago de sus súbditos.

A Ollpheist se le podía ver solo de noche cuando paseaba por los alrededores del castillo contemplando su jardín marchito e imaginando que estaba lleno de color y millares de flores de abundantes aromas. Pero como toda fantasía, debía acabar y ahí siempre lo invadía la tristeza. Antes de acostarse le gustaba observar dibujos de Gairdín, la región del jardín florido, que tenía en una vieja libreta, la cual pertenecía a su padre, a la luz de la chimenea.
Una mañana recorriendo su castillo se da cuenta que su mayordomo olvido cubrir una de las ventanas.
-Troskab inepto cuantas veces te he dicho que no olvides tapar todas las ventanas cada mañana antes de que amanezca, sabes que odio la luz del día-. Irritado el rey grito.
Troskab como un rayo llego apresurado donde su rey y agacho la cabeza en vergüenza por su descuido.
-Lo siento mucho mi señor no volverá a suceder-. Dijo Troskab aun con la cabeza agachada.
Cuando Ollpheist se disponía a golpear a su sirviente algo afuera lo detuvo.
-¡Una flor! esto es imposible. Vecna es polvo, es suelo muerto, debe ser una ilusión.- Dijo en su interior.
De inmediato Ollpheist se dirigió a su aposento y recorriéndolo de un lado a otro no podía dejar de pensar sobre aquel suceso.
-Mi señor Ollpheist me retiro, ya está cayendo la noche-. Se escucho decir a Troskab a través de la puerta.
-Claro, claro-. Respondió Ollpheist. Sin más, Troskab se retiro.

Troskab ya era un anciano de 60 años. Nació en Jord-Havene, de estatura mediana, musculoso, de tez morena, ojos negros y cabello corto de color castaño oscuro. Comenzó siendo carpintero en su juventud y había trabajado en esto por 20 años. Una mañana al ir a su taller observo a unos vándalos destruirlo sin el poder hacer nada y mientras este veía arder lo que con su vida había construido, sintió temblar el suelo.
A lo lejos diviso un carruaje y un gran corcel negro galopando con gran vigor hasta que este se detuvo frente a él y se abrió la puerta del carruaje. De este salió un hombre robusto, cabellos color miel y largos hasta los hombros, de tez morena y de ojos color rojo carmesí. Después de un pequeño silencio, el hombre comenzó a hablar:

-He visto arder tu hogar y que ya no tienes nada. Necesito que hagas algo por mí así que vengo a ofrecerte un trabajo-.
-Y cuál es su nombre mi señor.- Contesto Troskab viendo al hombre hablar con imponente voz pero una tristeza grabada en los ojos.
-No necesitas saber mi nombre, solo necesitas conocer el propósito de nuestro encuentro. Dentro de un día moriré y no tengo quien cuide de mi pequeño hijo.- Dijo el misterioso hombre.
Troskab movió hacia un lado su cabeza y observo al pequeño dormir plácidamente, pero noto una pequeña marca detrás del cuello en forma cruz envuelta con un ala de ángel y otra de un demonio.

Vivió con el joven Ollpheist hasta la edad de 18 años, de ahí se mudo a la afueras del castillo. Todas las tardes cuando bajaba a su casa sentía como la gente lo miraba con cierta curiosidad y los niños eran los únicos capaces de acercársele y saciar las suyas preguntándole que como era vivir con una bestia. Troskab solo echaba a reírse y les contestaba que su señor Ollpheist no era una bestia o algo parecido, solo que era alguien frívolo pero que no significaba que dentro de su ser no hubiera un pequeño destello de luz que se negaba a morir como el resplandor de una vela que resiste al impetuoso viento que solo busca apagarla.

Al caer la noche Ollpheist se dispuso a admirar más de cerca a tan bella flor ya que por fin no era a través de un simple trozo de papel. Frente a ella se agacho y toco con una delicadeza, impropia de él, uno de los pétalos de la flor. Inmediatamente una luz de un azul cristalino cayó del cielo abriéndose camino hacia la pequeña flor y sin mas de ella broto tan elegante señorita de cabellos rojos como el fuego, ojos color miel, tez blanca aun mas blanca que la que había en todo Vecna, labios de un rojo aun más intenso que el de sus cabellos que invitaban a la lujuria, y lo inmaculado de su figura protegida de naturaleza.
-Cómo te llamas, mi nombre es Ollpheist.- Comento el rey dentro de su sorpresa.
La chica bajo la mirada y no pronuncio ninguna palabra.
-Parece que se te congelo la lengua.- Bromeo Ollpheist, algo muy raro en él.
Ella subió la mirada, frunció las cejas como si estuviera molesta para luego dibujar una pequeña sonrisa en su rostro.
-Bueno no le hice hablar, pero por lo menos la hice sonreír.- Continuo burlándose Ollpheist.
-Voy a dar un paseo, si quieres me puedes acompañar.- Le propuso el rey.
La chica lo miraba con curiosidad mientras se alejaba, no obstante, se dispuso a seguirlo. Luego al querer tomarle el brazo a Ollpheist, para su sorpresa, este se desintegro en pequeñas partículas de luz para luego volver a formarse.
-Jajá.- Murmuro Ollpheist. Enseguida la chica le pego levemente en el hombro, sin embargo, no ocurrió lo mismo que cuando le quiso agarrar el brazo, ya que esta vez sí lo toco.
-No te asustes ya decidí que me puedes tocar.- Dijo Ollpheist con una carcajada.
-No me asuste.- Contesto La mujer mientras hacía a un lado la mirada. Ollpheist continúo con la caminata.
-Que bromista eres.- Expreso la chica mientras le seguía el paso a Ollpheist.
-Porque no serlo cuando la vida va cuesta arriba.- Parafraseo el rey mientras la miraba con una sonrisa.
-Y quien o que eres, porque de carne y hueso no eres.- Pregunto la chica.
-Como te dije me llamo Ollpheist, soy el gobernante de Vecna y como bien dijiste de carne y hueso no soy, lamentablemente cuerpo y alma no son más uno solo. Yo soy recluido dentro de un espejo cada mañana mientras estoy encarcelado, y aunque se me permite salir cada noche, no tengo ni el más mínimo control sobre el cuerpo, ya que él lo domina y a diferencia de mi él puede transportarse por todos los espejos del castillo-. Respondió el rey.

A lo que se refería Ollpheist es a que cuando Troskab al llegar al castillo su padre le mostro con mayor importancia una habitación no tan grande que se encontraba dentro de la alcoba real. Era de forma circular, de paredes altas pintadas con relieves de oro y rojo oscuro, su piso de baldosas azul oscuro y su techo hecho completamente de vidrio el cual reflejaba el color del suelo dando la imagen de que fuera el cielo nocturno. Pero lo más importante que tiene son dos espejos a los lados y de frente uno con él otro; el de la derecha con un ángel sosteniendo una espada en la parte superior y alrededor de todo el espejo otros ángeles, lo mismo con el de la izquierda el cual tenía en la parte superior al que llaman el caído, Lucifer, y miles de bestias alrededor del espejo. En el medio del cuarto hay un círculo, de tamaño mediano, cubierto en la mitad que da hacia el espejo derecho por el ala de un ángel y la otra que da hacia el izquierdo por el ala de un dragón. Su padre le había encomendado a Troskab que cuando la marca comenzara a brillar colocara a Ollpheist en el medio del círculo y cerrara la puerta. Las veces que lo hizo se dio cuenta que siempre el ala del demonio se encontraba extendida antes de anochecer, pero al esperar y volver a abrir la puerta, notaba que ahora la del ángel estaba extendida y la del dragón se cerraba. Después en la noche cuidaba el alma del pequeño príncipe, y volvía ponerlo en la habitación antes de amanecer. Hizo esto hasta la edad de 9 años, desde ahí Ollpheist ha tenido que hacer todo ese ritual por sí solo.

-¿Quien domina tu cuerpo?-. Pregunto la chica con gran curiosidad.
-Trevas. Él es una entidad maligna y de una oscuridad tan negra como blanca es la nieve que nos rodea. Lo deje crecer en mi soledad hasta tal punto que ya no puedo manejarlo y simplemente ya he dejado de luchar. Tal vez llegue a un punto de conforte del cual me da miedo salir y enfrentar el obstáculo para el cambio. No puedo decir que lo odio o algo parecido-. Contesto Ollpheist.
-¿Y qué pasa si no entras a la habitación antes que anochezca o amanezca?-. Pregunto la chica.
-La marca brilla y soy transportado a la habitación. Ya creo que te he contado mucho sobre mí, es hora de que por lo menos me deje saber tu nombre-. Contesto Ollpheist.
-Mi nombre es Ariadne y como toda flor que se encuentra en Ilyum provengo de Gairdín o mejor conocida como la región de la primavera eterna-. Contesto la chica.

Gairdín, el origen de lo verde y colorido en Ilyum. Según la leyenda antes era un desierto pero una lagrima de Dios cayó sobre la arena y de allí broto la primera flor del mundo, un lirio de oro. Luego comenzaron a levantarse grandes montes a su alrededor transformando al desierto en un valle florido, estos montes protegen al jardín virgen de cualquier persona. Se encuentra ubicada al este de Ilyum y Limita al noreste con Surm, al sureste con Vecna-Zima, al oeste con Jord-Havene, y al este con las Montañas del Taevas. El Lirio de Oro rige a Gairdin y siendo la reina se debe encargar de velar por el cuidado de todas las flores. También las distribuye a todo Ilyum, por lo cual muchos de los soberanos de otras regiones envían a algunos de sus guardias especiales a cuidar los alrededores del jardín, teniendo prohibido ingresar en el. Solo Surm y Vecna son excluidos de esta repartición.

-¿Y porque te envió a Vecna? Si aquí es como condenar a toda vida que nace de la tierra-. Expreso Ollpheist.
-Creo que estarás de acuerdo conmigo que es mejor aquí que en Surm-. Contesto Ariadne.
-Mmm… si tienes razón-. Afirmo Ollpheist mientras asentaba con la cabeza.

Surm o el lugar a la que la misma muerte le teme. Se encuentra al norte de Ilyum y limita al sur con las Montañas Taevas, al oeste con Gairdin, Y al este con el Imperio Valgus. Paso de ser un gran bosque exuberante a un suelo sin vida más aun que el de Vecna. Esto no fue por casualidad ya que en este bosque se escondían los mayores criminales de Ilyum, así que los soberanos de las distintas regiones decidieron construir altas murallas alrededor del bosque y quemar el bosque convirtiéndolo en un lugar fúnebre en donde el sol es juez y lo árido de la tierra el pago de sus pecados. Escapar no es una opción ya que el más mínimo rincón de las murallas es vigilado por una unidad especial en la que colaboran todas las regiones. Desde entonces aquel que cometa actos criminales aun siendo el más mínimo es castigado a vivir en Surm.

-Creo que ya está por amanecer, será mejor que me retire. Un gusto conocerla y espero alguna otra noche seguir charlando, chao-. Dijo Ollpheist. Luego dio media vuelta y se dirigió por el camino a la derecha del castillo en la cual había una entrada al castillo que daba hacia una las escaleras para dirigirse a su habitación en el segundo piso. Ariadne lo siguió hasta verlo desaparecer en aquella puerta. Mientras subía los escalones, Ollpheist se dio cuenta la confianza y tranquilidad que le provocaba Ariadne para hablar de sí mismo, sabiendo lo reservado que era en cuanto a su vida con los demas. Desde hace mucho no se le veía ser encerrado en el espejo con una sonrisa en su rostro y una pequeña alegría en su corazón.

Pasaron tres noches desde aquel encuentro. Cuando la puerta que daba de frente al jardín se abrió y Ariadne vio salir a Ollpheist mientras ella se encontraba sentada sobre una roca con las piernas recogidas.
-Creo haber pedido que quitaran las esculturas de brujas-. Bromeo Ollpheist como siempre.
-J a….ja….ja-. Se rio Ariadne irónicamente.
-¿Que tienes?-. Pregunto Ollpheist.
-Creo que mi existencia esta maldita, mira al lugar que me han enviado-. Contesto Ariadne con una tristeza plasmada en su rostro.
-No lo tomes a mal pero la situación que te agobia ha sido una bendición para mí-. Expreso Ollpheist.
-¿Por qué dices eso?-. Pregunto Ariadne.
-En estos últimos años, el salir a caminar por mi jardín solo lo hacía para ver algo más que paredes y rincones vacios. Desde aquella vez que te vi por la ventana a través de mi cuerpo, el salir ahora se volverá más interesante, divertido y menos solo para mí-. Respondió Ollpheist.
-Entonces prácticamente seré tu bufón-. Dijo Ariadne.
-La cara ya la tienes solo te hace falta el traje y el maquillaje-. Contesto Ollpheist con una pequeña carcajada.
-¡Idiota!-. Exclamo Ariadne sin disimular la sonrisa.
Tomo un puñado de nieve y se lo lanzo a Ollpheist, pero este alcanzo a esquivarla. Cuando se escucho una voz de tono grave.
-Mi Señor-. Dijo aquella silueta en la oscuridad.

Poco a poco fue saliendo de la oscuridad mostrándose como un lobo y detrás de él le seguían dos más. Ellos fueron un regalo por parte de su padre a Ollpheist y se criaron junto al joven rey. Para Ollpheist eran sus “tres mosqueteros” y comandaban la recaudación y vigilancia en Vecna. De izquierda a derecha eran Mesic, Tesak y Vyt. Los dos primeros eran machos y Vyt la única hembra. Mesic, de color gris, era el más corpulento de los tres, algo gruñón pero de corazón noble. Tesak, de color azul oscuro, tenía una cicatriz en la frente en forma de luna menguante, de pocas palabras pero muy inteligente. Por último, Vyt, de rasgos delicados y de un color tan blanco que casi no se logra ver junto con la nieve, es la más sentimental del grupo pero igual de inteligente que Tesak.

Tesak tenía el hocico empapado de nieve y mientras se sacudía la cabeza, Ariadne se coloco detrás de Ollpheist tan solo llegando a exclamar en voz baja, ¡perdón!
-No te asustes-. Dijo Ollpheist.
-No estoy asustada-. Contesto Ariadne.
-¿Y por qué estas detrás de mi entonces?-. Pregunto Ollpheist.
-Porque si atacan, te tiro hacia ellos como carnada entretanto yo salgo corriendo-. Respondió Ariadne. El rey la miro fijamente durante unos segundos sonriendo y luego los presento ante ella.
-Ariadne ellos son mis hermanos Mesic, Tesak y Vyt. Vyt es hembra así que creo que te llevaras mejor con ella-. Dijo Ollpheist.
-Hola mucho gusto-. Expreso Ariadne mientras sonreía.
-Igualmente, miladi-. Respondieron los 3 al unisonó mientras se inclinaban al mismo tiempo.
-Mi señor traemos lo recaudado y debemos hablarle sobre un asunto-. Dijo Tesak
-Ok, Vyt quédate acompañando a Ariadne-. Respondió Ollpheist.

Mientras el rey, Tesac y Mesic se alejaban por la pérgola hacia la torre que había más al fondo del jardín. Vyt se monto en la roca acostándose a un lado de Ariadne y colocando su cabeza en sus piernas.
-Que dulce aromas tienes-. Dijo Vyt entretanto se quedaba dormida.
-¡Gracias!-. Exclamo Ariadne en voz baja para luego acariciar a Vyt.
Mesic le entrego a Ollpheist una pequeña bolsa llena de oro, para luego comentar la situación.
-Mi rey hay una banda de ladrones molestando a la gente de Koch, la cual se está comenzando a alterar y lo peor es que aun no encontramos su escondite. Tengo a muchos a mi disposición pero aun así se nos hace difícil ubicarla-. Comunico Tesak.
-Sigan buscando, confió plenamente en ustedes. Tal vez no sea un rey presente para el público, pero mi ley se cumple-. Replico Ollpheist.
-Si mi rey-. Contesto Tesak. Luego partió junto a Mesic.
-Vyt, vámonos-. Grito a lo lejos Mesic e inmediatamente Vyt los siguió.
Al salir el rey de la pérgola vio a Ariadne mas alegre de lo que estaba al principio, pero con la tristeza aun impregnada en sus ojos.
-¿Por qué te demoraste tres días en salir?- Pregunto Ariadne de golpe.
-Mmm… Trevas estos últimos meses ha logrado controlar mi cuerpo mas allá de lo que la maldición le tiene permitido, así que por eso no pude verte en estos días.- Respondió Ollpheist.
-¿él sabe de mi existencia?- Continuo preguntando.
-No creo que lo sepa. A Trevas no le gusta salir, así que estás segura.- Contesto Ollpheist. Mientras Ariadne miraba hacia una de las ventanas que daba a la habitación del rey.
-¿Y como es que te puedes comunicar con los lobos?- Siguió preguntando Ariadne fijando ahora su mirada en Ollpheist.
-Fue un regalo para mi tatarabuelo por salvar a Kvara, el cuarto macho alfa desde el nacimiento de los lobos, de un gran oso. Entonces desde ese momento todo descendiente directo lo tiene, además, de que debe ser puro de corazón-. Respondió Ollpheist.

El tatarabuelo de Ollpheist fue un afamado estafador apodado el “Robín Hood de Ilyum” que solo le robaba a los más adinerados para luego darle una gran parte del botín a la gente más pobre. Nadie sabe con exactitud de que parte de Ilyum era. Solo se conoce que cuando era perseguido por soldados del Imperio Valgus entro a Vecna, siendo esta tierra inhóspita en ese tiempo. Los soldados no lo siguieron pensando que de seguro moriría allí dentro. Aquel hombre casi cumple con el deseo de los soldados, pero el haber salvado a Kvara hizo que la suerte le cambiara y le fue otorgada la habilidad de poder hablar con los lobos, llegando a ser tan respetado como el mismo macho alfa lo era. Despues fundaría OigHear e invitaría a muchos de sus camaradas a trasladarse hacia Vecna formando Koch, Snih y Lounapoolus.

-¿Trevas también puede hablar con los lobos?- Pregunto Ariadne. Entretanto Ollpheist se sentaba junto a ella en la piedra.
-No el no puede hacerlo ya que el don es dado a la voz del alma no a la voz física y ellos, los lobos, saben reconocerla.- Respondió Ollpheist mientras miraba a Ariadne y le sonreía.
-He sido todo un libro abierto para ti y solo conozco unas cuantas páginas de tu vida.- La Interrumpió Ollpheist cuando Ariadne le iba a hacer otra pregunta.
-Nunca te pedí que me contaras algo sobre ti, tú lo abriste para mí-. Contesto Ariadne desvaneciendo su sonrisa.
-Sí, tienes razón. Pero tu aura le dio un gran sosiego a la soledad que traía y tal vez tome esa oportunidad para desarrollar cierta confianza contigo.- Dijo el rey mirándola fijamente a los ojos.
Ariadne aparto la mirada de Ollpheist y no se produjo ningún ruido durante varios minutos, pero el rey rompió aquel silencio.
-Se tu nombre, y que el que te mandaran aquí a Vecna ha sido todo un calvario para ti. Quiero saber cuál fue la razón de que te enviarían aquí. Claro si puedes confiar en mí.- Comento Ollpheist.
-Bueno.- Contesto Ariadne.
-¡Qué bien! Y no te preocupes seré una tumba-. Exclamo Ollpheist con disimulada alegría.
-La cara de muerto ya la tienes.- Dijo Ariadne para luego reírse como nunca desde que llego a Vecna.
-Vaya, vaya y ahora quien es la bromista.- Expreso Ollpheist mirándola con cara de serio, pero en el fondo no aguantaba la risa.

...Continuara


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MensajePublicado: Mar Jul 31, 2012 9:15 am    Asunto: Responder citando

Primera LECTORA!!! Al fin!!! Je je me gusta tu fic; continua!!! Parece bueno.

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MensajePublicado: Mar Jul 31, 2012 10:43 am    Asunto: Responder citando

Genial! Continua pronto Sonrisa

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MensajePublicado: Sab Ago 04, 2012 9:04 am    Asunto: Responder citando

santiago ya pondre un capi y tengo sorpresas!!!

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Santiago_Pevensie
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MensajePublicado: Sab Ago 04, 2012 3:59 pm    Asunto: Responder citando

Ok ok, genial! Muy Feliz tomate tu tiempo para todo, si? ^^

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MensajePublicado: Dom Ago 05, 2012 3:07 pm    Asunto: Responder citando

Ya lo puse. Continua con la historiawolve21!!!!!

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