Tabla de Posiciones:
CC-GNU GPL
El contenido de este sitio web esta bajo una licencia:CC-GNU GPL
Powered by PHP
Powered by MySQL

Narnia > Foros




EL RETORNO DE LA REINA DULCE (capítulo 4)



 
Este foro está cerrado y no podés publicar, responder o editar temas   Este tema está cerrado y no podés editar mensajes o responder    

Foros de discusión

->

FanFics y FanArts

Ver tema anterior :: Ver tema siguiente  
Autor Mensaje
reyNiles
Novato


Reputacion: 1    


Registrado: 03 Sep 2007
Ultima Visita: 12 Mar 2015
Mensajes: 205
Ubicación: en una galaxia muy, muy cercana


MensajePublicado: Jue Sep 20, 2007 12:08 pm    Asunto: EL RETORNO DE LA REINA DULCE (capítulo 4) Responder citando

¡uf! Me adelanté un día por necesidades sociales, bueno, espero sea una sorpresa bienvenida. Comienza el viaje de Niles y Hakim hacia el sur... les esperan algunas grandes sorpresas. Sin más los dejo con la historia.


Capítulo 4: La puerta se abre

–Voy a decirte algo, Niles –gruñó Hakim echando a un lado latas y latones–, hace años que no saco este cacharro. Tal vez no tenga gasolina, ni aceite, ni nada de nada de nada.
–Hakim –dijo Niles–, date cinco segundos de creer.
Habían llegado a un patio bastante abandonado, no tan lejos de la casa de Hakim como para tomar un bus, aunque sí lo bastante lejos como para darse el trabajo de caminar un par de horas. Allí, tras la cerca de madera cayéndose a tablones, lo primero que vieron Niles y Hakim fue el nogal. Estaba viejo, muy seco y lleno de nueces apolilladas, pero apenas Hakim lo vio se alegró profundamente.
–Esta casa era de mi tío. Aquí pasé los días más felices de mi niñez.
–Nunca me lo mencionaste –dijo Niles comenzando a conmoverse no sabía de qué.
–Es que tengo demasiados tíos –bromeó Hakim–. No, la verdad es que me conociste en el momento de la vida en que uno quiere olvidar todo lo que signifique ser niño.
–Muy cierto –reconoció Niles.
El auto descansaba bajo la sombra del nogal. Al parecer los años no habían quemado en exceso su pintura, ni los pájaros lo habían ensuciado. La verdad, parecía un auto bien cuidado, viejo, pero bien cuidado.
–Tu tío se tomó una gran molestia al lavarlo –dijo Niles.
–No seas –dijo Hakim–, mi tío murió hace años. La casa está abandonada.
–He dicho una barbaridad. Perdón, Hakim.
–Al contrario –Hakim sonrió–, me has dado unas ganas tremendas de subirme a este loro y conducir. ¡Vamos! –ágil como pantera, Hakim trepó al asiento del chofer y sin dudar, metió la llave de contacto y el auto comenzó a rugir, al principio como un viejo gato, al final, como un león–. ¡Arriba, hombre de Aslan! ¿No me urgías a llevarte al sur? ¡Sube ya de una vez!
Lo que menos esperaba Niles era el repentino entusiasmo de Hakim, verlo tan entusiasmado lo sorprendió tanto que tuvo que obligarse a reaccionar, para estar a su altura. Siempre sucede que el ver las cosas que queremos resultando al fin nos desconcierta, así de extraños somos los seres humanos.
Hakim maniobró con pericia entre la mugre, atravesó unas tablas podridas, y una vez en la calle se largó a correr olvidando sus pensamientos de policía, feliz de manejar, sin pensar en licencias de conducir, exceso de velocidad, papeles de propiedad del automóvil ni nada. Pasó por las calles de su barrio tocando la bocina, gritando alegremente: “¡adiós, adiós!”. “¡Adiós, almacén del barrio! ¡Adiós, panadería! ¡Adiós, café de la esquina!”. Al pasar frente a su casa, gritó más alegre que nunca: “¡Adiós, cajón cruel, ya nunca te veré! ¡No dirán que no te conocí!”.
–No esperé verte tan feliz de esto –confesó Niles.
–Te diré algo: siempre odié esa casa mugrienta, qué casa; ese cajón metido entre cajones simulando ser una casa –confesó Hakim a su vez–. Sólo la tuve para estar cerca del cuartel, por si me necesitaban a medianoche o algo así. Vivir dentro me hizo sentir como un león de circo, encerrado en una jaula sucia para la cual no nací. ¡Oh sí! Ahora me siento libre como un león de la sabana, por primera vez en años. ¡Y todo por Aslan!
–Vaya. Pensar que hace dos horas eras tú el que me creía loco por hablar de Aslan –dijo Niles– ¿Qué pasó, te diste cinco segundos de fe?
–¿Fe? Nada de fe, amigo. Simple lógica. ¿Quién iba a tener un auto abandonado, limpio y con el tanque lleno? –Hakim se reía–, además, tu Aslan tiene un sentido del humor muy especial. Nos ha dejado una señal de su presencia. No tan grandiosa como tu chaqueta de piel de león, por cierto.
Por cierto. Porque frente al volante los saludaba una figurita como la de esos perritos que sacuden la cabeza, pero en lugar de perrito, era un león.
Los dos amigos no pudieron parar de reír.

A muchos kilómetros de allí, Penny Sue comenzó a hablar en sueños murmurando con una voz que parecía llorar. Helen, desde el pasillo, la oyó murmurar sin sorpresa y con pesar.
–“Seguramente habla con ellos, como siempre que tiene esas pesadillas que terminan despertando en llanto” –pensó– nunca deja de verlos y nunca los ve sin llorar. ¡Ay Dios Creador! ¿Cuándo dejará al fin de llorar su pobrecito corazón?

Si nunca han corrido libres por la carretera, no sabrán que lo mejor que se puede hacer es abrir las ventanas y dejar que el viento bese tu cara, mientras suenas la radio del auto a todo dar. Eso hacían, precisamente, Hakim y Niles, y eso hicieron durante horas rumbo al sur. Las millas volaron raudas, el sol empezó a esconderse detrás del mar. al hacerse de noche, llevaban varias horas de viaje. Hakim empezó a inquietarse.
–¿No dijo Aslan qué tan al sur teníamos que viajar?
–No; sólo dijo que al viajar hacia el sur todo tendría sentido –respondió Niles.
–Pues no parece ser muy generoso con la información, te digo.
–Que remedio. No es un león domesticado –sonrió Niles.
La radio de Londres que tenían sintonizada comenzó a perder señal a medida que se alejaban, hubo una pausa de chicharreo y a continuación, una radio local tomó su lugar. Esta radio estaba dando noticias en lugar de música, Niles hizo amago de cambiarla, pero Hakim lo paró. Le dio más volumen en lugar de cambiarla o apagarla.
–¿Eh? ¿Qué pasa con las noticias, Hakim?
–¡Shhhht!
“Bzzzt, bzzzt –sonaba el chicharreo de la radio–, se informa que el auto en fuga tomó la ruta norte al doblar hacia la carretera principal...”
–Ya no eres policía, Hakim, ¡No te gastes en eso! –regañó Niles.
–¡Deja oír! Aunque no esté ya en el cuerpo, un auto en fuga es cosa seria –le respondió.
“La policía ha dicho que el auto en fuga es un compacto de color violeta con flores rosadas y amarillas pintadas en toda la carrocería...”
–¡Qué jardín! –dijo Niles– ¡Un auto así es un letrero de “aquí estoy, agárrenme”!
–¡Shhhht!
“La secuestrada, una joven de 25 años, se encontraba en el hospital afectada de un cuadro de sobredosis. Según el doctor Grahamm, estaba lúcida pero incapaz de moverse por sus propios medios. No hay ninguna pista de los motivos del secuestrador, ya que de acuerdo a la información disponible, la joven no tenía nada ni a nadie. La policía ha dado extrema prioridad al caso...”
–¡Dioses! ¿Quién querría robarse a una mujer enferma desde un hospital? –se preguntó Niles.
–Por mi experiencia como policía –dijo Hakim–, todas las respuestas posibles me revuelven el estómago.
–No creo que Aslan quisiera que fuéramos detrás de un sicópata –pensó Niles en voz alta.
–Tal vez, pero seguramente nos caería su maldición si, pudiendo ayudar, no ayudáramos –respondió Hakim.
–Es verdad –admitió Niles. Aunque en silencio pensó: “pero no quisiera que esto formara parte de la tarea”.
–Si el auto ha tomado la ruta norte... –señaló Hakim.
–...Déjame adivinar, tenemos serias posibilidades de chocarlo de frente –Niles completó la frase.
La radio enmudeció entonces con un nuevo chicharreo, y por más que Hakim lo intentó moviendo la perilla entre una maldición y otra, la señal no volvió. Como cuando las personas sensibles sienten venir un temblor antes de que en realidad comience, así Niles comenzó a sentir en su piel un vago temor. La noche los rodeaba por todos lados como una niebla negra. No era la noche de la ciudad, llena de luces de neón y faroles de alumbrado público; era la noche en pleno campo sin más luz que las estrellas, puntitos blancos en el cielo que nada alumbran en la tierra. Los faroles del auto sólo mostraban una carretera desierta que se perdía en el horizonte.
–¡Radio de... de... la caramba! ¡Se le fue la señal! –bramó Hakim.
–¡Deja esa radio! –Niles le contestó el bramido–. No está en nosotros atender una llamada de secuestro. Sólo en las historietas un civil se mete a ayudar a la policía y sale como un héroe. En la vida real meterse sólo provoca más problemas. No sabemos hacia donde va, y francamente, tampoco sabemos bien hacia donde vamos nosotros. Aslan sólo nos dijo: “Tomen la ruta hacia el sur. Todo tendrá sentido cuando estén en viaje”. Así que estamos en viaje. Lo que tenga que ocurrir, que ocurra.
–Dale al césar lo que es del césar –Bromeó Hakim en respuesta–. Espero por tu bien que le estés dando a Aslan lo que es de Aslan. Yo no puedo sacarme el asunto de la cabeza.
–¿Y tú crees que yo sí? –preguntó Niles–. Claro que me aflige una mujer secuestrada, ¡me aflige y quisiera hacer algo de justicia! –un torrente de inesperada violencia brotó de Niles. Como una puerta quebrada, dejó salir de su corazón un sentimiento amargo que creció hasta hacerse tan claro que pudo verlo–. Pero el punto es que yo no soy un héroe. No importa cuantas cosas haya soñado en mis historias, al volver a la realidad sólo veo en el espejo a un pellejo sin el menor bulto de un músculo para golpear a los abusadores. Ni disparo, ni manejo una espada, y ni hablar de patadas de karate. Sólo soy un tipo común que ni siquiera hace suficiente ejercicio.
Hakim lo miró con ternura.
–Yo tampoco soy la gran cosa –dijo–. No hago temblar a los malos como los policías de la tele. De hecho, casi nunca veo malos, uno que otro ladrón de poca monta, y ya. Casi todo el tiempo se me va en atender querellas entre particulares, vecinos que se pelean, fiestas que no dejan dormir al vecindario... parece una vida excitante, de niño lo creí, me hice policía con la idea fija de ser un héroe defensor de los inocentes, pero nada más encontré un trabajo ingrato y mal pagado. Muchas veces yo también me miro en el espejo y me pregunto donde quedó el héroe que quería proteger a los desvalidos, y no sé qué respuesta buena darme. Sólo me queda admitir que el tiempo corrió demasiado, y ya estoy viejo para sueños.
–Eres mucho mejor de lo que crees, Hakim –dijo Niles.
–Tú también, amigo. Tú también.
–Si veo ese extravagante auto del secuestrador, te prometo que te avisaré y entre los dos haremos algo.
–Yo también. No podría ser un héroe sin el hombre de la chaqueta del león.
–¡Eso! ¿Qué podemos temer, si Aslan está con nosotros?
–Sólo nuestra propia oscuridad, amigo. Sólo eso.
–Y a propósito de oscuridad, ojalá hubiera un pueblo aunque sea a lo lejos, porque esta carretera parece la boca de un lobo que se hubiera comido un tarro de alquitrán.
–Exacto –dijo Hakim–. Aquí se podría perder un elefante tragado por la noche. Me encantaría ver unas pocas amigables... ¡¡¡LUCES!!!
–¡¡CUIDADO HAKIM!! –gritó Niles. Dos luces de auto aparecieron de golpe frente a sus ojos, corriendo a toda velocidad por su carril. Fue tan rápida su aparición que Hakim no alcanzó a reaccionar. Niles, cegado por la luz, intentó agarrar el volante en una desesperada maniobra que los hizo girar violentamente, luego Hakim reaccionó aplicando los frenos; se escuchó un terrible chirrido de neumáticos resonando en la oscuridad de la noche. Pasaron unos segundos que duraron siglos, donde los autos parecieron bailar en el vacío, entonces, ambos autos se golpearon de lado en un choque que provocó mucho ruido, pero fuera del susto, escasos daños.
–¡Imbécil! ¡Corre por tu carril! –gritó Hakim enfurecido. Los autos habían chocado puerta con puerta, y la puerta del chofer estaba libre en el auto verde de Hakim–. Si llega a ser uno de esos extranjeros que circulan por el lado contrario lo voy a...
–¡Por favor, corra por su carril! –gritó una voz de mujer demasiado dulce para estar tan enojada.
–¡Pero qué cara! ¡Tú ibas por el carril equivocado! –respondió Hakim.
–Eso fue lo que te dije hace veinte millas –dijo otra voz de mujer desde el interior del auto.
–¿En serio? ¡Ay no! –gimió la primera voz de mujer.
Sin saber si compadecerse o ponerse aún más furioso, Hakim miró a una extraña mujer rubia de cintillo y blusa de veinte colores, con collares hechos de madera y jeans desteñidos. Su cara de pasmo era tan patética que, o la consolabas como se consuela a una niña pequeña, o le gritabas como a una completa imbécil. Hakim iba a optar por lo primero, pero algo lo detuvo. La otra mujer, dentro del auto, se veía muy extraña.
–No puedo creer que alguien que sepa manejar se equivoque en algo tan obvio –por alguna razón Hakim decidió mantener la conversación mientras se acercaba–, ¿qué tal si choca de frente y provoca unas muertes?
–No sé qué decir, ¡no veía nada en esta noche oscura! Penn, er, mi amiga aquí me dijo que pusiera los faroles altos, que la carretera parecía una boca de lobo que hubiera tragado alquitrán. Pero a mí no me gusta hacer eso, alguien puede salir lastimado en los ojos –dijo la mujer de cintillo.
–Mejor en los ojos que partirse la cabeza –dijo Hakim–. En esa clase de cosas hay que elegir el mal menor.
–¡Mal menor! –se indignó la mujer– ¿Qué es eso de mal menor? ¡El mal, cuando es mal, hace daño aunque sea menor! Eso del mal menor lo inventó de la sociedad patriarcal para justificar la violencia. Le llaman mal menor a matar diez en vez de matar cien. A envenenar el aire a cambio de viajar más rápido.
–¿Cómo nos desviamos de las leyes del tránsito a la ideología? –preguntó Hakim, perplejo. Pero la joven malentendió su pregunta como sarcasmo.
–¡Ya deja de tratar de convertir al primero que te habla! –le gritó con cansancio la joven en el interior del auto a su amiga.
–¿Le pasa algo a tu amiga? –preguntó Hakim preocupado por el tono de voz.
–¡Nada! –se adelantó a responder la mujer dentro del auto–. Sólo quiero irme lejos, muy lejos, donde nada me recuerde lo que perdí.
–¡Déjala en paz! –gritó la mujer del cintillo– ¿No ves que está deprimida? Lo último que necesita es que se pongan a discutir a gritos...
–¡Maldición Hakim! ¿Qué estás haciendo? –Niles, fuera de la escena hasta ese momento, llegó corriendo con una linterna en la mano que alumbró de golpe el auto y a la mujer dentro. Al ver la luz, la joven del cintillo saltó como si le hubiera caído agua helada, mientras Hakim, que hasta entonces había sentido una extraña simpatía por ella, saltó también, pero como si le hubiera caído agua hirviendo. La joven del auto, al ver la luz, se escondió bajo el asiento. Hakim saltó furioso.
–¡Qué significa... esto! –preguntó en un rugido, con su antigua voz de policía.
El auto de la mujer del cintillo era el compacto de color violeta con flores rosadas y amarillas pintadas en toda la carrocería.
–¡Escuchen, esto no es un secuestro! –dijo la joven del cintillo apelando a la cordura–. Ella fue quién me pidió, me rogó, que la sacara fuera del hospital...
–Ya. Y tú vas y le haces caso a una mujer privada de juicio.
–¡Ella está bien! –la joven se indignó– ¡Que ella esté loca es invento de esa estúpida radio! Sabe bien lo que dice, es verdad que se tomó unas pastillas... –aquí vaciló– miren, desde que conocí a Penny Sue, ella ha sido una mujer muy triste. Ha vivido sola y sin amigos, desde que un horrible accidente le quitó a toda su familia. No es loca ni drogadicta, es sólo que esos imbéciles médicos materialistas la han saturado de pastillas tranquilizantes, como si con eso pudieran sanar su alma. Lo único que han logrado es debilitarle el cuerpo, y así le vienen esos ataques.
–¿Y para salvarla de esos imbéciles médicos materialistas, tú vas y te la robas del hospital? –preguntó Niles.
–¿Tengo acaso cara de terrorista ecológica? –preguntó indignada–. Bueno sí, tengo un poco. Pero tu amigo tiene cara de terrorista musulmán, y yo no he hecho un sólo comentario discriminatorio desde que nos encontramos –aquí Hakim tragó aire de golpe, pero Niles tuvo que admitir que ella les había tocado un buen punto–. Fui a visitarla como amiga, nada más. Entonces Penny me pidió que la llevara hacia el norte. Dijo que había visto a alguien, alguien a quién no veía desde su niñez. Me lo pidió con tanta energía... jamás la había visto tan convencida de algo. Dijo que iba en busca de su propia paz, y que me necesitaba...
–No la vi tan energética arriba del auto –objetó Hakim.
–Bueno, el viaje la cansó. Comenzó a desanimarse cuando las horas pasaron sin que nada ocurriera. Él le dijo que si hacía el viaje, todo tendría sentido, pero...
–¡Espera! –interrumpió Niles– ¿Qué fue lo último que dijiste?
–Que todo tendría sentido si...
–¡Eso es lo de menos! –interrumpió Hakim con brusquedad–. El punto es que ella debe volver al hospital y usted debe dar muchas explicaciones. Tiene a toda la comunidad conmocionada con este secuestro, o semi secuestro, así que apenas funcione uno de los autos...
–¡No Hakim! –gritó Niles– ¡Déjala terminar de hablar!
–¿Qué? Pero Niles, tú la oíste decir que...
–¡Es importante! –insistió Niles–. Vamos, repite lo último que dijiste.
–¿Que acaso soy grabadora para repetir al gusto de ustedes? –la joven les respondió con fuerza–. Ni siquiera les estaría explicando si ustedes dos no estuvieran jugando a los policías, interrogando con voz de macho fascista.
–El caso es que somos policías –dijo Hakim–, así que mejor repita.
–¡Desgraciados! ¡Así que chocaron a propósito para detenernos! ¡Y yo apelando a su cordura! –repentinamente furiosa, la joven chilló con una cara que Niles pensó que iba a atacar en cualquier momento–. No piensen que se la van a llevar de vuelta al hospital y a los sedantes, ¡no soy una de esas que les pueden romper la cabeza de un palo! ¿Quieren pelear? ¡Atrévanse!
–¡Cálmate! –dijo Niles–. Es mentira que seamos policías. Él era, pero ya no, lo retiraron. Y yo soy artista, bueno, dibujo historietas. No te chocamos adrede, fue un accidente. Supimos de ti por la radio, pero la verdad, ni te seguimos ni pensamos arrestarte. Fue accidente y nada más. Pero la última frase que dijiste es, bueno, necesito que la repitas una vez más. ¿Puedes? Te lo estoy pidiendo.
–Ya no les creo nada. Piérdanse o los pierdo –la joven se puso fría como piedra.
–Ni nos perdemos ni nada, y usted nos acompaña –dijo Hakim.
–¡Silencio Hakim! ¡No estás ayudando nada! –gritó Niles.
–¿Pero qué hay que ayudar? Ella está enferma y su amiga la sacó del hospital, poniendo en riesgo su vida.
–¡No-pienses-como-ADULTO! –bramó entonces Niles, marcando con fuerza cada palabra–. Recuerda cómo empezamos este viaje, recuerda por qué lo empezamos. Ella tiene razón, ¿no te das cuenta? Lo que dijo fue...
–¡Oh cielos! –interrumpió la joven.
Aprovechando la discusión, la muchacha del auto se había bajado y echado a correr hacia el interior, que era campo desolado. Sin linterna ni nada que le permitiera ver los obstáculos, corrió hasta que la oscuridad se la tragó con una energía que, definitivamente, no era de una joven enferma bajo efectos de un sedante. Todos dejaron de discutir y al verla perderse en la oscuridad se quedaron quietos sin reaccionar durante demasiados segundos. La joven del cintillo, presa de la angustia, la miró perderse en la oscuridad y luego estalló con rabia.
–¡¿Ya ven lo que hicieron?! ¡La asustaron! ¡Ahora la pobre Penny Sue va corriendo en medio de esta oscuridad horrible! ¿Y si se tropieza? ¿Y si choca con un árbol o se cae a un hoyo? ¿Y si hay un río y se ahoga? ¡Pedazos de policías estúpidos!
–¡Ya te dije que no somos policías! –le contestó Niles igual con rabia–. Y en vez de discutir estupideces, mejor vamos a buscarla. Yo tengo una linterna.
–¡Y yo ya les dije que no les creo nada! ¡Y tengo una linterna en mi bolso! –eso era mentira. No tenía ninguna.
–Pues sácala y búscala. Igual te voy a ayudar –dijo Niles.
–Está bien, ve de frente –no queriendo que le descubrieran la mentira, la joven fingió condescender–, pero te advierto que nada de arrestos ni regresos al hospital.
–Te lo prometo. Y ya deja de mirarnos como instrumentos del poder establecido –gruñó Niles.
Repentinamente, la joven hizo una extraña pregunta.
–¿Qué hay en el corazón de una flor?
–El amor de una estrella que quiso bajar hasta la tierra –respondió Niles sin vacilar.
–Así que de verdad eres artista. Eso está bien –por primera vez desde que se encontraron, la joven sonrió.
–No mires en menos a mi amigo. Él también vino conmigo en busca de un sueño. Quizá debiera contarte todo.
–Si no te molesta, prefiero defenderme solo –gruñó Hakim.
–Eres bastante defensivo –se rió la joven.
–Sólo con quien me ofrece golpes –contestó Hakim.
Niles, a solas con un pensamiento que luchaba por ordenar, se internó en la oscuridad linterna en mano buscando alguna pista de Penny Sue. Hakim y la joven se quedaron atrás, demasiado atrás para lograr una búsqueda eficiente. No paraban de decirse estupideces mientras Niles luchaba solo por hallar el rastro de la fugitiva.
–Háganme un favor y al menos finjan que me ayudan –dijo al fin cansado de oírlos discutir.
–Sólo le estaba preguntando a tu amigo si su olfato policial no podría llevarnos directo a Penny Sue –dijo la joven.
–Y yo le pregunté por qué no trataba de ubicarla con sus cristales de cuarzo –respondió Hakim.
–Y yo les voy a preguntar cuando piensan dejar de hacerse los niños –dijo Niles–. ¡A ver si tu amiga te interesa un poco más que ganar discusiones! –se dirigió a la joven–. Lo conociste en un muy mal momento, pero créeme, Hakim es un hombre que cree. Ha hecho un largo viaje conmigo, sólo confiando en mi palabra.
–Y en las evidencias –aclaró Hakim.
–Y yo viajo siguiendo una promesa –siguió Niles–. Alguien me dijo que si viajaba hacia el sur, todo tendría sentido.
–¿Qué? ¿Quién te dijo eso? –preguntó la joven, abriendo los ojos de pronto.
–¿Te importa saber quién es Alguien? –Niles la taladró con la mirada.
–Sí... digo no... ¡digo sí! –la joven atropellaba sus palabras de la emoción–. Es que... esas fueron las palabras de Penny. Me dijo que si viajábamos hacia el norte, todo tendría sentido.
–Tú le creíste. Y Hakim me creyó a mí. Ya ves, no son tan distintos...
–¡YIIIIIIII!
–¡PENNY SUE!
El grito de la joven perforó la noche. Niles saltó a correr como un rayo, los otros lo siguieron guiándose apenas por la débil mancha de luz de la linterna. En aquella oscuridad infernal podía pasar cualquier cosa. Corriendo sin pensar, tropezando a veces, no parando nunca, los tres llegaron al lugar del grito, pero nada hallaron. Luego Niles se adelantó.
–¡No vayas tan ligero, Niles! –gritó Hakim.
–¡Ve más ligero, Penny Sue tiene que estar por aquí! –gritó la joven.
–¡Oye, hasta cuando me vas a contradecir! –se enojó Hakim.
–Hasta que digas algo sensato, musulmán.
–Soy anglicano, niña hippy.
–Mejor no pierdas de vista a tu amigo.
–¿Siempre cambia de tema cuando pierde el punto, señorita new age?
–El punto es que tu amigo se perdió. La luz ya no está.
En efecto. El brillo de la linterna había desaparecido por completo. Tragado por la inmensa oscuridad.
–¡Maldición! ¡NILES! ¿Puedes oírme? ¡NIIIILES!
Nada más el silencio respondió. Hakim, por largo rato, no supo qué hacer. La joven comenzó a asustarse, tanto, que sin pensar buscó el cuerpo de Hakim para abrazarlo. Hakim no la rechazó.
–No hay remedio. Debemos seguirlo –ella dijo al fin fuera de toda predicción.
–¿En esta oscuridad? –preguntó Hakim.
–Sólo tu propia oscuridad te puede hacer caer –contestó la joven.
Era mucho peor que caerse en un barril de alquitrán, oscuro por todas partes. Si no fuera por las estrellas no habría arriba ni abajo.
–¿Sabes? –dijo la joven hippy– mi madre me dijo una vez que estando en lo oscuro es mejor cerrar los ojos. Si los abres y tratas de ver en la oscuridad, la desesperación te desorientará. Cerrar los ojos te despierta tus otros sentidos, y así la angustia se va.
–Era muy sabia tu madre –reconoció Hakim.
–ES –corrigió la joven–. Los vegetales y la vida natural la conservan muy sana.
Hakim decidió darse cinco segundos de no discutir ningún tema espinudo. Cerró los ojos y, en verdad, descubrió que caminar así le daba más confianza. La tomó de la mano y avanzó por el sendero donde había desaparecido Niles.
–¿Estamos pisando sus huellas? –preguntó de pronto.
–Eso espero. Tengo fe –dijo la joven.
Las manos de la joven eran tan cálidas que, por un instante, Hakim pensó si ella sería capaz de cambiar la mala opinión que se formó de él. Como dijo Niles, se conocieron en un mal momento. Una de esas estúpidas casualidades que no deberían existir. Niles, querido Niles, siempre con la frase justa volando de su boca, siempre con su corazón en alas, ¿donde se habría metido?
–¡¡HAKIM!! ¡¡USTEDES DOS!! ¡¡VENGAN!! –se oyó una fuerte voz. ¡Era Niles!
–¡Niles! ¿Donde estás? –gritó Hakim.
–¡¡VENGAN PRONTO, VENGAN!! –gritó Niles aún más fuerte– ¡¡LA ENCONTRÉ!! ¡¡LA ENCONTRÉ!!
Esas palabras hechizaron a la joven. Alzando la voz y abriendo los ojos, sin seguir su propio consejo, buscó a Niles en la oscuridad con ansiedad.
–¿Niles? Te llamas Niles, ¿sí? –dijo– ¿Donde estás? ¿La encontraste?
–La he encontrado –dijo Niles con una voz que sonó alegre como Hakim no la escuchaba en meses–. Sigan el sendero que corre por sus pies. ¡No abran los ojos! Eso sólo los confundirá. Abrir los ojos en plena oscuridad es puro desperdicio. Ciérrenlos y caminen. Sus pies los guiarán. Dense cinco segundos de creer.
Escuchando a su amigo, Hakim prometió darse cinco segundos de creer. Era como andar en una habitación oscura sin paredes ni techo, pero apostó. La joven aceleró el paso, y él la siguió. Con los ojos cerrados, (siguiendo el consejo con toda su fe), avanzaron por lo que pareció un camino en bajada, sintieron humedad en los pies, y de improviso, les pareció que el frío de la noche se volvía más y más cálido. Tan cálido, que si no supieran que era imposible, habrían jurado que el día había llegado de pronto.
–¡Abran los ojos! ¡Abran los ojos! –se escuchó una voz. ¡Era Niles! Ambos hicieron caso al mismo tiempo, y al mismo tiempo, dieron un grito y cayeron sentados sobre un hermoso y brillante prado, ¡iluminado por el sol!
Niles, bajo el sol brillante, los miraba con una sonrisa. Ellos le contestaron la mirada con la cara más tonta que se puede poner. Un cielo azul con nubes blancas brillaba sobre sus cabezas. A lo lejos, se escuchaba el arrullo del mar.
–¿Qué es esto? ¿No era de noche hace cinco segundos? –dijo Hakim apenas sacando la voz.
–¿Qué lugar... es este? –dijo la joven.
–¿No se dan cuenta aún? –dijo Niles–. Él nos abrió la puerta. Estamos en Narnia.
–¿Narnia? ¿Tú que sabes de Narnia? –preguntó la joven recuperándose de la impresión.
–No tanto como quisiera, pero más de lo que te imaginas –dijo Niles.
–No la imaginaba así. ¿Seguro que es Narnia? –dijo la joven.
–Lo siento en la piel, lo huelo en el aire, lo escucho en el mar. ¡Es Narnia! –bromeó Niles–. Ningún país de la tierra tiene este cielo y ese mar. Si no es Narnia, estamos muertos. Pero créanme, la muerte no es así. Yo lo sé. Es Narnia.
–Narnia es.
Como un fantasma, la voz de Penny Sue sonó por detrás de sus espaldas. Caminaba muy lento, y aun así parecía venir de una agitada carrera por su respiración. Tenía los ojos húmedos y la mirada de alguien que viniera despertando de una larga pesadilla.
–Hacia allá se encuentra el Páramo del Farol –continuó–, y hacia donde se escucha el mar, se alza el castillo de Cair Paravel.
Aunque tenía más color en la cara que hace cinco minutos, Penny Sue se veía muy pálida, tan frágil que Niles quiso correr a tomarla en sus brazos, pero por razones adultas, se contuvo.
–¿Estás segura? Quiero decir, ¿cómo sabes tanto? –dijo Niles al fin.
–Conozco cada rincón de esta tierra. Aquí viví los años más felices de mi vida –respondió–. Mucho antes de perder a todos los que amaba, mucho antes de quedarme sola y cambiar mi nombre a Penny Sue, yo viví aquí –su voz se quebró, y sin poder contenerse, comenzó a llorar–. Mi verdadero nombre es Susan. Susan Pevensie.


(CONTINUARÁ) link al siguiente capítulo


Última edición por reyNiles el Jue Ago 07, 2008 4:41 pm, editado 2 veces
Volver arriba
reyNiles esta desconectado Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado  
rachel
Hidalgo
Hidalgo


Reputacion: 32    


Registrado: 15 Abr 2006
Ultima Visita: 01 Feb 2010
Mensajes: 3746
Ubicación: argentina


MensajePublicado: Dom Sep 23, 2007 5:14 pm    Asunto: Responder citando

Muy bueno Rey Niles!!!

Tu forma de escribir atrapa, pues uno desea saber como se irá resolviendo la situación.

Algunas reflexiones:

Te confieso que me contó entender como, partiendo de la misma ciudad, y yendo uno hacia el norte y otro al sur, lograron finalmente encontrarse... Avergonzado

La frase "date 5 segundos para creer"..¡simplemente genial" Creo que te la copiaré, me gusta mucho el concepto que involucra.

Qué diferente sería todo si nos diéramos más seguido esa oportunidad de creer, simplemente por 5 segundos!

En realidad creo que con eso basta para que Dios nos afirme en el creer Muy Feliz Muy Feliz Muy Feliz

Me gusta como se van "viendo" los personajes, cada uno con una personalidad definida.

Si están en la Narnia real...¿murieron en el choque sin que se percataran de ello? Pensando

Espero pronto la continuación...

Bendiciones!

Muy Feliz Muy Feliz Muy Feliz

_________________
Las Cronicas de Narnia en Espanol
Las Cronicas de Narnia en Espanol***Las Cronicas de Narnia en Espanol

“Si encuentro en mi deseos que nada en esta tierra puede satisfacer, la única explicación lógica es que fui hecho para otro mundo”. C.S.Lewis
Volver arriba
rachel esta desconectado Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado [ Oculto ]
Bethan Maleza
Novato


Reputacion: 2    

Edad: 33
Registrado: 31 Dic 2005
Ultima Visita: 30 Ago 2012
Mensajes: 2128
Ubicación: Argentina


MensajePublicado: Dom Sep 23, 2007 8:47 pm    Asunto: Responder citando

Me dejaste así Shoqueado

Riendo

Nunca me imaginé que X fuese X Riendo. Lo escribo así por la misma razón que Rach.

En un punto yo también empecé a preguntarme como diablos iban a llegar a Narnia en el auto verde Lengua

Un gran aplauso, me encanta tu historia, no puedo esperar hasta el próximo viernes Dientes

_________________
Las Cronicas de Narnia en Espanol
Contramaestre del "Resplandor Cristalino"
Entrego mi alma
al dulce resplandor
de la vida misma, del sol
de la Reina Lucia, la Valiente,
en todo su esplendor.


Las Costas Dicen
Volver arriba
Bethan Maleza esta desconectado Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado [ Oculto ] Blog MSN Messenger
reyNiles
Novato


Reputacion: 1    


Registrado: 03 Sep 2007
Ultima Visita: 12 Mar 2015
Mensajes: 205
Ubicación: en una galaxia muy, muy cercana


MensajePublicado: Lun Sep 24, 2007 1:38 pm    Asunto: Responder citando

Querida Rachel:

Me alegro que te guste. Siéntete libre de usar mis frases donde hagan falta, eso me hace sentir muy bien.

Cita:
Te confieso que me contó entender como, partiendo de la misma ciudad, y yendo uno hacia el norte y otro al sur, lograron finalmente encontrarse...


Mmmh, tal vez no di información suficiente. Cuando recién aparece Helen, pongo que ella está "a varios kilómetros de allí", connotando, (quizá insuficientemente) que ella y Susan vivían en otra ciudad, al sur de Londres. Además, cuando van por la carretera, "la radio de Londres pierde señal" es decir, se sale de cobertura, lo cual implica que van bastante lejos. Eso explica por qué ellas viajando hacia el norte se topan de frente con ellos, o sea, debían encontrarse para la tarea que les queda por delante.

Cuando dices la Narnia Real, ¿te refieres al país de Aslan? (es decir, el cielo) Si es así, no arruino ninguna sorpresa si digo que no, es la Narnia material. ¿Que por qué aún existe si supuestamente desapareció en los días de Tirian? Ahí sí, sorry, pardon, no puedo adelantar sorpresas... arruinaría la historia.

un abrazo y nos vemos pronto.

rey Niles
Volver arriba
reyNiles esta desconectado Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado  
reyNiles
Novato


Reputacion: 1    


Registrado: 03 Sep 2007
Ultima Visita: 12 Mar 2015
Mensajes: 205
Ubicación: en una galaxia muy, muy cercana


MensajePublicado: Lun Sep 24, 2007 1:45 pm    Asunto: Responder citando

Estimado Bethan Maleza:

Me halaga saber que quedaste así Shoqueado . Un escritor siempre aspira a sorprender y me gusta saber que logré el efecto. Te aviso que las sorpresas apenas están empezando, así que prepárate.

Te confieso que me intrigó un poco la "x" que pusiste, lo siento, no descifré el código. ¿me aclaras?

Como dije también en el mensaje a Rachel, la aventura recién comienza... ya veremos que pasa.

saludos

rey Niles.
Volver arriba
reyNiles esta desconectado Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado  
Bethan Maleza
Novato


Reputacion: 2    

Edad: 33
Registrado: 31 Dic 2005
Ultima Visita: 30 Ago 2012
Mensajes: 2128
Ubicación: Argentina


MensajePublicado: Lun Sep 24, 2007 6:45 pm    Asunto: Responder citando

Cita:
Te confieso que me intrigó un poco la "x" que pusiste, lo siento, no descifré el código. ¿me aclaras?


Acá se usa (no sé si es en todo el país, o solo en la región en que vivo) decir de una "persona X" cuando se habla de alguien que puede ser cualquiera.
Digamos que yo usé la X para reemplazar los nombres de los personajes, para no escribirlos.
¿Se entiende?


Una cosita más: es "estimada" en todo caso. Bethan es mi apodo. Guiño

_________________
Las Cronicas de Narnia en Espanol
Contramaestre del "Resplandor Cristalino"
Entrego mi alma
al dulce resplandor
de la vida misma, del sol
de la Reina Lucia, la Valiente,
en todo su esplendor.


Las Costas Dicen
Volver arriba
Bethan Maleza esta desconectado Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado [ Oculto ] Blog MSN Messenger
rachel
Hidalgo
Hidalgo


Reputacion: 32    


Registrado: 15 Abr 2006
Ultima Visita: 01 Feb 2010
Mensajes: 3746
Ubicación: argentina


MensajePublicado: Mar Sep 25, 2007 8:12 am    Asunto: Responder citando

reyNiles escribió:

Cita:
Te confieso que me contó entender como, partiendo de la misma ciudad, y yendo uno hacia el norte y otro al sur, lograron finalmente encontrarse...


Mmmh, tal vez no di información suficiente. Cuando recién aparece Helen, pongo que ella está "a varios kilómetros de allí", connotando, (quizá insuficientemente) que ella y Susan vivían en otra ciudad, al sur de Londres.


Ah!!!!!!! Glup! Avergonzado Ahora que lo dices, tienes razón, la mención de los kilómetros estaba en el texto,solo que más atrás... Avergonzado

Bueno, ahora sabes lo que todos los que me conocen...mi memoria se niega a funcionar si debe recordar lo que está no mucho más atrás en el tiempo Mr. Green Avergonzado

Nada, tu fic está muy bueno, y pues con lo de que es la Narnia material, me has intrigado más aún.

Espero pronto la continuación

Bendiciones!

Muy Feliz Muy Feliz Muy Feliz

_________________
Las Cronicas de Narnia en Espanol
Las Cronicas de Narnia en Espanol***Las Cronicas de Narnia en Espanol

“Si encuentro en mi deseos que nada en esta tierra puede satisfacer, la única explicación lógica es que fui hecho para otro mundo”. C.S.Lewis
Volver arriba
rachel esta desconectado Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado [ Oculto ]
Invitado


   








MensajePublicado: Mar Sep 25, 2007 5:39 pm    Asunto: Responder citando

querida, muy querida Bethan:

¡¡mil, pero mil perdones por la confusión!! Caí en el error más viejo del mundo al malinterpretar tu apodo. (en este instante, en el país de Aslan, Lewis y Tolkien se deben estar riendo a carcajadas de mí). Ansío sinceramente tus disculpas... lo más extraño es que, justo cuando leía tu respuesta, repasaba un pasaje del fanfic donde Hakim comete un error muy, pero muy parecido. Parece que un extraño destino conecta autores con sus personajes... espero que conecte también en las cosas buenas...

Me queda claro el uso de las X, gracias por la explicación. Nos vemos muy pronto.

rey Niles
Volver arriba
Invitado


   








MensajePublicado: Mar Sep 25, 2007 5:52 pm    Asunto: Responder citando

Querida Rachel:

espero sinceramente intrigarte y no angustiarte Gira ojos y no te aflijas, es muy normal al leer textos extensos... y tú tienes una facilidad envidiable para sacar análisis muy certeros.

Yo me autocritico porque dar información suficiente es requisito esencial en una novela. otra cosa es que soy medio fanático del suspenso y me encanta alargar los misterios... con lo cual espero no volverme pesado. Pero qué desagradable, por ejemplo, cuando tú estás "enganchadísima" con una película y viene alguien y te cuenta el final, ¡uugh! así que de mi parte, los misterios siguen hasta que se revelen... cariños hasta entonces.

Rey Niles
Volver arriba
reyNiles
Novato


Reputacion: 1    


Registrado: 03 Sep 2007
Ultima Visita: 12 Mar 2015
Mensajes: 205
Ubicación: en una galaxia muy, muy cercana


MensajePublicado: Mar Sep 25, 2007 6:01 pm    Asunto: ACOTACIÓN Responder citando

apenas terminado el mensaje anterior vine a darme cuenta que escribí sin registrarme... d'oh! pensé que sin registrarse era imposible responder, así que... ¡simplemente escribí! les aseguro que las respuestas son mías, no tengo ningún gemelo malvado Picaro diablo (por suerte)

cariños y nos vemos pronto.

Rey Niles Rey
Volver arriba
reyNiles esta desconectado Ver perfil de usuario Enviar mensaje privado  
Mostrar mensajes de anteriores:   
Este foro está cerrado y no podés publicar, responder o editar temas   Este tema está cerrado y no podés editar mensajes o responder       Foros de discusión -> FanFics y FanArts Todas las horas son GMT - 3.5 Horas
Página 1 de 1


BBCode Url de este topic:
Cambiar a:  
Podés publicar nuevos temas en este foro
No podés responder a temas en este foro
No podés editar tus mensajes en este foro
No podés borrar tus mensajes en este foro
No podés votar en encuestas en este foro


Powered by phpBB © 2001, 2005 phpBB Group